Xbox Classic
Tu Xbox en 2006
Xbox afronta su último año de andadura, en lo que a lanzamientos se refiere, a la sombra de la recién estrenada Xbox 360 y con pocos juegos que llamen la atención.

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Ha sido acogido en Norteamérica con excelentes críticas
A pesar de que el título de este juego pueda decirnos más bien poco acerca de él, el hecho de que uno de los responsables del mismo sea Tim Schaffer es suficiente aval para saber que estamos ante un juego de gran calidad que sin duda no pasará desapercibido por nuestra consola. Por si alguien es nuevo en esto de los videojuegos y no sabe de quién estamos hablando baste mencionar dos palabras: Monkey Island. En efecto, si bien su nombre quedó en un segundo plano -tras el de otro genio como Ron Gilbert, todo sea dicho- como parte responsable de este gran clásico de los videojuegos, lo cierto es que estuvo enrolado no sólo en dicho proyecto sino en la mayoría de aventuras gráficas de Lucas Arts, llegando a encabezar varios proyectos como El Día del Tentáculo, Full Throttle o el archiconocido Grim Fandango, todos ellos convertidos en leyendas hoy en día.
Quizás el mayor mérito de Psychonauts es el soplo de aire fresco que representa, alejado de los tópicos en los que han caído la mayoría de juegos lanzados en la actualidad -baste remitirnos a las conclusiones de este mismo reportaje-. Psychonauts se mueve entre géneros, tomando elementos de las aventuras gráficas, que tanta fama han dado a su autor, y mezclándolos con grandes dosis de acción y emoción, consiguiendo un resultado muy homogéneo y atractivo. El juego nos mete en la piel de Raz, un ser algo extraño, caracterizado por sus especiales poderes psíquicos, que descubre las verdaderas y malvadas intenciones de la organización en la cual acaba de ingresar, lo que le llevará a comenzar una cruzada en pos de salvarse no sólo a si mismo sino también al mundo que conoce. Para ello, Raz, tendrá que sondear las mentes de algunos de sus compañeros, surgiendo en cada una de ellas todo tipo de situaciones de lo más surrealista, planteándose diversos puzzles y, cómo no, alguna que otra pelea. Para hacer frente a todos estos desafíos, Raz, cuenta únicamente con sus poderes, aunque estos son de lo más completo, ya que le permiten desde volverse invisible o levitar, hasta mover objetos con la mente mediante la telequinesia, lanzar rayos magnéticos o incluso hacer que las cosas ardan gracias a la piroquinesia.
Técnicamente, el juego gozará de unos buenos acabados tanto en los escenarios como en los personajes, destacando especialmente el diseño de estos últimos. El aspecto del mundillo de Psychonauts distará mucho de ser el tradicional, de hecho si algo sobresale en sus gráficos será precisamente el look general del juego, a mitad de camino entre lo fantástico, lo irreal y, sorprendentemente, el buen humor. Si todo lo anterior no lo hiciese suficientemente atractivo, siempre se puede mencionar la cantidad de elogios y la buena aceptación en general que ha suscitado su lanzamiento en el continente americano.
El duro camino para convertirse en el rey de la "nieve"
Si tres páginas atrás comentábamos el lanzamiento de un juego basado en una película -trilogía sería más apropiado- de éxito, ahora le toca el turno a otra no menos conocida y de similares características: El precio del poder (Scarface para los anglosajones), una de las mejores interpretaciones de Al Pacino a las ordenes del director Brian de Palma. En efecto, baste cambiar italianos por cubanos, eliminar las tramas familiares y potenciar la importancia de la droga como negocio sucio de fondo, para encontrarnos con otro filme, de protagonista común, que derrocha violencia por los cuatros costados.
La historia nos coloca en el rol de Tony Montana, un joven cubano que trata de abrirse camino hasta la cumbre con su peculiar lema: "Todo lo que tengo en esta vida son mis cojones y mi palabra", de esta forma nuestra aventura comenzará siendo poco menos que un matón, dedicándonos a la venta de estupefacientes o cualquier otro chanchullo que nos haga conseguir dinero de forma rápida. Con el paso de las fases iremos creando nuestro propio imperio a través de una red de distribución en la que no tengamos que participar, manteniéndonos al margen y no involucrándonos. Durante el juego visitaremos diferentes localizaciones, entre las que se encuentran locales o mansiones en Miami, playas de Las Bahamas o incluso países como Bolivia, lugar de residencia de nuestro mayor enemigo, Alejandro Sosa. Nuestro ascenso a la cumbre no estará exento de peligros, pues habrá que mantener una lucha encarnizada con mafiosos de otros territorios o esquivar a los agentes de la DEA norteamericana. Para ello nada mejor que adquirir armas o contratar a matones, algunos de los "souvenirs" que, junto a nuevos coches e incluso un móvil, estarán disponibles en el juego.
La mayor innovación jugable llegará con un modo de juego bastante curioso denominado "Blind Rage". Durante el mismo dispondremos de un contador que se irá completando conforme vayamos realizando diversas acciones con nuestro personaje, al llegar a su límite Tony será capaz de arrasar a sus enemigos sin la menor de las complicaciones.
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