El mal que surgió de la oscuridad

Pese a que la tarea de completar el juego no nos llevará más allá de 10 horas, el peinar todo el castillo en la búsqueda de las almas, conseguir visitar todas las salas, etc., si que nos mantendrá pegados a nuestras Gameboy Advance durante decenas de horas, especialmente si no hacemos uso de las guías.

La exploración minuciosa de todos y cada uno de los recovecos del castillo se convertirá en una obsesión como bien sabrán todos los fans de las entregas 2D de Metroid, o los Castlevania posteriores al mencionado Symphony of the Night, lo que consigue que lleguemos a unos niveles de adicción enormes, aunque eso sí, la aparición constante de enemigos, y los enfrentamientos contra los jefes evitarán que la acción pueda resentirse.

Los enfrentamientos contra los jefes finales seguirán la misma tónica iniciada con Symphony of the Night, y podremos emplear diversas técnicas, desde ir a saco, haciendo un mayor gasto de ítems recuperadores, a demostrar toda nuestra habilidad evitando los diferentes patrones de ataque de estas bestias.

Entrando ya de lleno en los apartados técnicos, tenemos que destacar que tanto gráficamente como en términos de sonido se trata de uno de los mejores juegos del sistema. El motor gráfico de Aria of Sorrow es aún más refinado que el de Harmony of Dissonance, haciendo gala de unos diseños de personajes magníficos, de nuevo de la mano de Ayami Kojima, algunos de los clásicos verán retocada su apariencia ligeramente, además de aparecer nuevos enemigos más acordes con la época en la que se ambienta el juego. Las diferentes salas del castillo nos recordarán inevitablemente a pasajes de Symphony of the Night, pero pese a todo, tanto el nivel de detalle como su diseño son excepcionales, con un colorido y vistosidad que no tienen nada que ver con los del Circle of the Moon.

Quizás el apartado menos destacable en este apartado sea el tamaño de Soma Cruz, aunque para conseguir seguir la acción y no quedarnos vendidos en ciertos momentos, era algo indispensable, además está compensado con unas más que correctas animaciones, aunque sin llegar a la calidad de las de Alucard. Eso sí, los jefes finales serán brutales, ocupando toda la pantalla e incluso más, sin que se resiente en ningún momento el motor gráfico.

En cuanto al sonido, volvemos a disfrutar de una banda sonora excepcional, creada por Michiru Yamane, con el mismo tono gótico y temas rockeros más animados que suele ser características en la saga.

Konami Computer Entertainment Tokyo ha conseguido por fin aunar en un mismo título una calidad gráfica soberbia con un apartado sonoro de calidad, pese a las limitaciones del cartucho, demostrando que han alcanzado el grado de madurez en la programación para el sistema.

Koji Igarashi ha vuelto a conseguir crear una obra maestra, aunque el recuerdo de Symphony of the Night y su impacto hacen que de momento siga siendo considerado, en opinión de este humilde servidor, como el mejor integrante de la saga. Desde VicioJuegos os recomendamos encarecidamente que probéis este Aria of Sorrow, aunque su tímida distribución en España haga que sea una tarea casi imposible y bastante costosa.