Buenos días:
Como comenté ayer, he comenzado una partida con CK2, con el reino/taifa de Mursiya, como vasallo del califato Omeya. Pensaba que comenzar como vasallo iba a limitar mucho mis opciones y que haría la partida bastante más complicada, pero mentiría si no dijera que hasta ahora ha sido más sencilla de lo que esperaba (no es que pensara que iba a ser fácil, la verdad)
Dado que Mursiya comprende en el s. VIII las provincias de Almansa, Alicante y Mursiya, empiezas en una situación bastante cómoda, a excepción de que Alicante es tu vasallo y que en esta fecha concreta lo gobierna tu propia madre; al tener bastante claro mi objetivo, mi primer movimiento fue iniciar una peregrinación a la Meca para ganar piedad, ¿por qué? Porque habilitar la ley que permita revocar los títulos a tus vasallos requiere 100 de piedad, que no se tienen al comienzo, así que hala, a rezar que me voy. Al cabo de unos meses, ya terminada, tengo piedad suficiente para habilitar dicha ley, y en esa misma semana mi propia madre me declara la guerra

Afortunadamente, ella cuenta con solo una provincia y yo con dos, así que aunque por poco, supero en número y fuerza a su ejército, gano el combate y asedio Alicante. En ese intervalo mi santa progenitora muere y su heredero (que no es familiar mío, no se como consigue esto) sube al poder, pero en cualquier caso gano la guerra, adquiriendo prestigio y encarcelando al sucesor de mi amada madre.
Tras esto, inicio un pequeño "reino del terror", en el que consigo encarcelar a TODOS mis vasallo (alguno se rebeló, pero aplasté su pequeño intento) y revoco todos sus títulos nobiliarios, a saber, Alicante y las villas/mezquitas de cada provincia; esto me da el apelativo de "tirano" para con toda mi corte y antiguos vasallos, de modo que a los encarcelados los arrojé a la mazmorra más profunda, a las damas de la corte las casé con el primero que pillé a más de un país de distancia, y al resto los invité cortesmente a marcharse de mis dominios; en ese momento, me casé con mi segunda esposa e inicié un complot para asesinar a la primera (completamente exitoso/satisfactorio), de la que por cierto tuve a mi heredero

(primogénita hija, segundo hijo, el heredero, varón) En ese punto, nadie quedaba en la corte que supiera nada sobre mi tiranía, así que borrón y cuenta nueva, a comenzar a jugar

Invité a nuevos cortesanos cuidándome muy mucho que ninguno tuviera los rasgos de "ambición" o “mentiroso”, ya que ambos son el punto de partida para ver tu espalda apuñalada o los ejércitos de un vasallo en pie de guerra por un quítame allá esas pajas (o “¿qué hay de lo mío?”) y poco a poco, fui generando reclamaciones en las provincias que me interesaban, a saber, Almería, Valencia (Balansiyya) y Castellón; por un evento, el califa me otorgó también Calatrava, así que generé reclamaciones en La Mancha para poder conectar el territorio.
Durante todo este proceso, tuve varios hijos e hijas, y mi personaje sufrió probablemente todos los putos males del mundo, hasta que terminó muriendo de cáncer a los 50 años, momento en que Khabal I ascendió al trono. Si alguien pensó que su vida iba a ser más serena y saludable, que mire otra vez.
Para empezar, Khabal I es jorobado, sí señor, jorobado; Al-lāh sabrá qué hizo su padre para merecer esto, porque ojo, de siete descendientes, cuatro son jorobados. Además, Khabal I tiene bastante menos bonificación de Administración, así que donde su padre ostentaba diez títulos nobiliarios sin despeinarse, su hijo solo puede con cuatro. Aun así, gracias a un buen matrimonio, buenas decisiones y algún que otro evento, he conseguido aumentar su ¿heredad? (no se como se ha traducido al castellano) a ocho, así que a lo largo de un par de décadas he conseguido conquistar las provincias que ostentaban reclamaciones, más Granada y Qurtubah (Córdoba), la capital del califato Omeya y ya que estaba Málaga, por "cuadrar" los ducados, generar esos “ducados” y repartir los títulos menores para quedarme a las puertas de proclamar la independencia de Mursiya.
Qué maravilla, ¿verdad? Los cojones. He sufrido dos epidemias en todas las provincias, y mi personaje ha sufrido las dos, pero es más, el primer médico de la corte decidió que para curarle la mejor opción era
amputarle una mano; ni qué decir tiene que acabó colgando del cadalso, pero mi personaje pasó a ser jorobado y amputado (-50 o -60 en atracción) No acaba ahí la cosa, para tratar la segunda enfermedad, el nuevo médico, un reputado “milagrero” local,
le arrancó la puta cara, LA PUTA PIEL DE LA CARA, y obviamente tampoco le curó. Khabal I “el jorobado” es también el manco y el sin rostro (otros -60 de atracción creo), pero es que además padece sífilis (se llama de otra forma, pero es eso) porque ninguno de los dos le ha curado, y los tratamientos le han convertido en un lunático que, literalmente, en ocasiones se despelota en mitad de las reuniones del consejo y aúlla a la luna… Sus esposas, que lo aman y tienen todas las bonificaciones posibles para con él, tienen un -68 de opinión solo por sus enfermedades y amputaciones, joder

Ha bajado drásticamente su habilidad diplomática y prácticamente le huye todo el mundo porque es un engendro

Pero no acaba ahí la cosa, su heredero padece acondroplasia, sus tres hijas han heredado la joroba, y los dos hijos menores son “envidiosos”, “ambiciosos” y “maestros de las sombras”, es decir, a mi legítimo heredero le quedan dos putas siestas porque cada tres días hay un complot para matarle



He conseguido encarcelar a uno de ellos por este motivo, pero al otro no consigo pillarle…
En fin, que la partida está en un punto muy interesante y jodidamente divertido

Mi siguiente paso, si sobrevive el “mutilado”, será iniciar una guerra de independencia por Mursiya, y desde ahí, tratar de convertirme al catolicismo e intentar recrear la extensión del reino visigodo:

No sé si es posible cambiar la cultura de una provincia ahora, antes se que sí con eventos, pero creo que eso se eliminó hace unos parches, pero vaya, como muchos de mis cortesanos son visigodos, no debería ser difícil generar un descendiente visigodo en una o dos generaciones… a ver cómo sigue la cosa.