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Total War: THREE KINGDOMS - Ocho príncipes
Si estás pensando adquirir el nuevo DLC de Three Kingdoms pero todavía no tienes muy claro qué ofrece, no te preocupes, te contamos todo lo que puedes esperar de Ocho Príncipes.
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El último acercamiento de Creative Assembly a la estrategia más bélica y cortesana de corte histórico fue todo un éxito, tal y como te contábamos en nuestro análisis de Total War: Three Kingdoms. Esta entrega, que se ambienta en China en la maravillosa y tenebrosa época de los Tres Reinos, y que se basa al mismo tiempo en la vertiente documentada y en el clásico literario, es quizás una de las mejores propuestas del género en lo que llevamos de generación; no en vano el apartado combativo clásico de la franquicia se ha visto reforzado con importantes opciones diplomáticas, lo que compone un título consistente, redondo y repleto de enfoques y ángulos. Una auténtica vorágine hambrienta de horas y de turnos sucesivos e interminables, para ser más exactos; y es que la cosa no queda ahí, pues hoy toca hablar de Ocho Príncipes, el último contenido descargable para el mayor delirio beligerante de Creative Assembly. ¿Quieres saber si merece la pena? Pues continúa leyendo, que te contamos en qué consiste exactamente Ocho Príncipes.
El decurso de las dinastías
A nivel de contextualización, Ocho Príncipes se sitúa algo más de cien años después de los acontecimientos de los Tres Reinos; corre el año 291 en la dinastía Jin, orden fundada por los descendientes de Sima Yi, uno de los más célebres e imponentes generales al servicio de Cao Cao -probablemente el líder de facción más emblemático a nivel popular, con permiso de Liu Bei y compañía- y los conflictos armados que azotaron la nación hace una generación amenazan con resurgir a ritmo de acero, herraduras y artillería medieval. Los Jin, otrora símbolo de la reunificación de los reinos como bando dominante, están al borde del colapso por las ambiciones ardientes de los príncipes que gobiernan los distintos territorios de la dinastía, especialmente de ocho de ellos; así pues, en Ocho Príncipes habremos de seleccionar a uno de estos dirigentes y emprender una campaña para decidir el transcurso de la historia.
Eso sí, cabe señalar que, a pesar de que estos ocho príncipes presentan ciertas diferencias fundamentales, ciertamente no se distinguen de la misma forma que las facciones, puesto que también tienen numerosos elementos en común; más bien las divergencias las encontramos en sus especializaciones, en sus dones personales. Cada uno de ellos se encuentra bajo una de las cinco categorías de héroe que pudimos ver en el título original, a saber: vanguardia, comandante, estratega, centinela y campeón; de igual forma, todos ellos cuentan con una mecánica de facción determinada, véase la influencia de Sima Yue, el ánimo defensor de Sima Yong, o los aristocráticos ardides de Sima Lun, quizás el más variado y complejo de todos los nuevos gobernantes. En líneas generales, las diferencias son lo suficientemente amplias como para incidir en la experiencia de juego; la pena es que no llegan a las cotas de calidad de las facciones que protagonizaban Three Kingdoms, por lo que a veces puede sentirse casi como un paso atrás, algo comprensible si tenemos en cuenta que es un paquete de expansión.
Otra de las inclusiones destacables la hallamos en el papel de las sintonías, una suerte de medidores que proporcionarán elecciones y eventos en nuestra facción conforme pasen los turnos. En total hay cuatro: poder, riqueza, espíritu y mente, y cada una de ellas, evidentemente, supone distintos beneficios para nuestro gobierno; el poder, por ejemplo, mejora el movimiento de nuestros regimientos, así como al mantenimiento de las unidades y al prestigio; la riqueza, por otro lado, influye en los ingresos y en las bondades del comercio, por lo que es muy recomendable enfocar bien la estrategia de la facción en consonancia con las sintonías.
Conclusiones
Ocho Príncipes es una interesante y pequeña expansión que sienta unas lacónicas bases que escenifican cómo sucedieron las contiendas posteriores a los literarios y cruentos sucesos de los Tres Reinos, a pesar de que palidece en cualquier comparación con el juego base. No es que sea intrascendente o aburrida, en absoluto, sin embargo, de uno a otro se pierde muchísimo contenido y con ello también se sacrifica cierta profundidad y complejidad; en cualquier caso, es especialmente recomendable para los seguidores de la estrategia bélica y para los enamorados de Three Kingdoms, ya que supone un paso más allá en la delicada y cuidada estrategia militar de Creative Assembly, al tiempo que cimenta la llegada de futuros contenidos descargables subsidiarios a la narrativa central de los Tres Reinos.
El decurso de las dinastías
A nivel de contextualización, Ocho Príncipes se sitúa algo más de cien años después de los acontecimientos de los Tres Reinos; corre el año 291 en la dinastía Jin, orden fundada por los descendientes de Sima Yi, uno de los más célebres e imponentes generales al servicio de Cao Cao -probablemente el líder de facción más emblemático a nivel popular, con permiso de Liu Bei y compañía- y los conflictos armados que azotaron la nación hace una generación amenazan con resurgir a ritmo de acero, herraduras y artillería medieval. Los Jin, otrora símbolo de la reunificación de los reinos como bando dominante, están al borde del colapso por las ambiciones ardientes de los príncipes que gobiernan los distintos territorios de la dinastía, especialmente de ocho de ellos; así pues, en Ocho Príncipes habremos de seleccionar a uno de estos dirigentes y emprender una campaña para decidir el transcurso de la historia.

El tono heroico y legendario sigue presente, en parte porque la Dinastía Jin también es famosa por algunas de sus figuras.
Eso sí, cabe señalar que, a pesar de que estos ocho príncipes presentan ciertas diferencias fundamentales, ciertamente no se distinguen de la misma forma que las facciones, puesto que también tienen numerosos elementos en común; más bien las divergencias las encontramos en sus especializaciones, en sus dones personales. Cada uno de ellos se encuentra bajo una de las cinco categorías de héroe que pudimos ver en el título original, a saber: vanguardia, comandante, estratega, centinela y campeón; de igual forma, todos ellos cuentan con una mecánica de facción determinada, véase la influencia de Sima Yue, el ánimo defensor de Sima Yong, o los aristocráticos ardides de Sima Lun, quizás el más variado y complejo de todos los nuevos gobernantes. En líneas generales, las diferencias son lo suficientemente amplias como para incidir en la experiencia de juego; la pena es que no llegan a las cotas de calidad de las facciones que protagonizaban Three Kingdoms, por lo que a veces puede sentirse casi como un paso atrás, algo comprensible si tenemos en cuenta que es un paquete de expansión.
Otra de las inclusiones destacables la hallamos en el papel de las sintonías, una suerte de medidores que proporcionarán elecciones y eventos en nuestra facción conforme pasen los turnos. En total hay cuatro: poder, riqueza, espíritu y mente, y cada una de ellas, evidentemente, supone distintos beneficios para nuestro gobierno; el poder, por ejemplo, mejora el movimiento de nuestros regimientos, así como al mantenimiento de las unidades y al prestigio; la riqueza, por otro lado, influye en los ingresos y en las bondades del comercio, por lo que es muy recomendable enfocar bien la estrategia de la facción en consonancia con las sintonías.


La selección de un príncipe u otro no solo repercute en la mecánica principal, sino también en algunas cadenas de edificio y en los recursos.
Conclusiones
Ocho Príncipes es una interesante y pequeña expansión que sienta unas lacónicas bases que escenifican cómo sucedieron las contiendas posteriores a los literarios y cruentos sucesos de los Tres Reinos, a pesar de que palidece en cualquier comparación con el juego base. No es que sea intrascendente o aburrida, en absoluto, sin embargo, de uno a otro se pierde muchísimo contenido y con ello también se sacrifica cierta profundidad y complejidad; en cualquier caso, es especialmente recomendable para los seguidores de la estrategia bélica y para los enamorados de Three Kingdoms, ya que supone un paso más allá en la delicada y cuidada estrategia militar de Creative Assembly, al tiempo que cimenta la llegada de futuros contenidos descargables subsidiarios a la narrativa central de los Tres Reinos.