Las 60 portadas de 2013

Portada egocéntricas


Remember Me

Capcom le gusta vender tres tipos de juegos: maravillas épicas medievales, reediciones deluxe de Street Fighter IV y fiascos de ciencia ficción. Remember Me pertenece al tercer tipo y al igual que Dark Void prometía una aventura única y trascendental con una protagonista (palabras textuales) "chica, de orientación sexual de ámbito personal y mestiza" (mestizo, entiéndase como persona con herencia genética de progenitores de razas distintas entre sí. ¿Ya lo sabían y no estaban impresionados? Yo tampoco, es populista promocionar un producto por la raza del personaje). Al final el juego era repetitivo y el argumento manido y en cuesta abajo, una desilusión en todo el mundo, excepto en Francia que fue muy bien valorado.

No obstante el fracaso no fue absoluto, pues su portada es infinita e intimista, de un fondo de color naranja industrial con ecos de torres siderúrgicos y fragmentos de recuerdos comprimidos al vacío, que ensalza el dilema moral de Nihil y su sufrimiento por no recordar quien es o en quien confiar, sola en un Neo-París elitista y hostil, lleno de ciber-horteras y mutantes calvos de las cloacas. Nihil sufre y con ella sufrimos todos nosotros. Además la portada realza su culo. Sí, todos ustedes han estado leyendo este tocho-fragmento para leer lo del culo, no se escandalicen ahora. Como marca el canon heroístico, el culo heroico es de proporciones realistas y bien compuesto. Por esto debió triunfar en Francia. ¡La revolución del culo del 68! ¡La vida es culo! ¡El Culo Rojo! ¡El arco del Culo! ¡Los jardines culíseos! ¡Culo!




Tomb Raider

A la señorita Cruz (perdón, Croft) se le representó de muchas maneras: arqueóloga, aventurera, guerrera, ángel vengador, modelo fotográfica, pin-up, rica heredera que martiriza a un viejo mayordomo... pero nunca como adolescente vulnerable. El borrón y cuenta nueva nos muestra a una Lara como nunca antes se había visto y prueba de ello es su desoladora portada con una chica mugrienta y herida en un entorno tropical pesadillesco. De entrada las portadas suelen ensalzar la vertiente colosal del heroísmo del protagonista colocándole victoriosos en escenarios caóticos de gran conflicto, pero rara vez lo muestran hecho una piltrafa humana. No obstante la caratula es posiblemente una de las emocionales del año e incluso de la historia, porque a pesar de que la muchacha esté demacrada y destrozada psicológicamente se sigue manteniendo en pie y con su arco en mano, dispuesta a sobrevivir en un panorama desolador y luchar ante cualquier situación adversa. Es inspirador.




Batman: Arkham Origins

¿Batman se convertirá en una nueva franquicia anual para Warner Bros? De momento no lo creemos pero sí que hubo dos entregas muy seguidas entre sí, la estupenda Arkham City y la estupenda-pero-no-tanto Arkham Origins. Ambas están desarrolladas por dos estudios distintos y se notan las diferencias, en cambio tienen semejanzas como el mismo marco espacial (la ciudad gótica) y una portada que resalta el ensamble serio del Caballero oscuro. Por suerte ha ido a mejor, porque mientras en Arkham City Batman parecía un marrullero en busca de gresca para desquitarse de sus problemas personales, en Arkham Origins sale más serio, calmado, frío e inamovible como una estatua o una gárgola de catedral. Incluso se permite una discreta sobreimpresión de sus enemigos en su armadura. No es que sea un alarde de originalidad ni espectacularidad, pero es decorativa y hasta elegante, al igual que nuestro amigo Wayne.




God of War Ascensión

Uno de los personajes más excretables de los videojuegos de los últimos tiempos tiene aquí la mejor portada de toda su prolífica franquicia. Este infraser no está interesado en salvar a la humanidad ni en disimular su anti-heroicidad, sólo en cumplir su deseo de venganza de la manera más salvaje y primaria posible. No obstante, no podemos negar que a todos nos gustaría tener la fuerza, de tener el poder, de tener el "fúa" de un titán y liquidar dioses griegos como si fueran escarabajos mundanos y de escuchar el lamento de sus adoradores.

En sus portadas siempre se recalcó su musculatura, sus pezones erectos y su bravura, excepto en la indescriptible portada "monovisual" de la tercera entrega, por ello es de agradecer la poética portada de Ascensión. De gran empaque visual y dramatismo, se nos presenta a un primerizo Kratos en el arte de destrozar seres mitológicos y de la lobotomía exprés a hombres-elefantes, así como sus primeros pasos hacia su divinidad. No sale Kratos gruñendo ni aniquilando ni portando armas puntiagudas, por no salir no salen ni sus ojos, sólo él en actitud abatida y de extremo cansancio y dolor, sujeto a un destino negro. De pinceladas difusas y hondo sentido artístico, por primera vez desde 2005 se consigue una buena portada para un personaje tan odioso.




Gears of War Judgment

Ciertamente las portadas de la franquicia no eran excesivamente originales ni espectaculares. Entre los hombres cachas y el deseo de añadir drama humano al conjunto (sólo lo consigue la segunda parte) estaban entre dos mundos en busca de su ideal, uno en que los musculosos lloran y tienen sentimientos aunque sierren Locust por la mitad con sus lancers. En esas tres entregas había un elemento común: Marcus Phoenix, un tipo malhablado, poco inteligente y menos sutil pero buen tipo en el fondo. Su persona y sus brazacos fueron la imagen clave, sin necesidad de un primer plano de su ojo, ya que para algo era el protagonista de la aventura. Con Judgment la cosa cambia porque el graciosete e ingeniero (e inteligente del grupo) Daimon Baird es el protagonista de esta precuela realizada por People Can Fly. Sigue la estela de las anteriores entregas: hercúleos luchadores del futuro combatiendo a hordas hostiles en una época de guerra y caos, colores suaves y rojizos fríos del atardecer, dinamismo en los movimientos y la inconfundible calavera del "augurio carmesí", la lancer y otros elementos característicos del mundo de Sera. Baird es el chistoso del grupo y de proporciones más humanas del grupo, el secundario cómico que todo el mundo ama, sin embargo aquí muestra su fiereza en el campo de batalla. Es decentemente épico, sí, pero quizás demasiado serio para el personaje que es, le pegaría más una actitud más cómica, sarcástica y chulesca, más acorde a su estilo.