Al Hades en masa

Los gráficos de Legends of Troy no destacan en absoluto, de hecho se podrían confundir con los de un juego veterano. Los escenarios no son pequeños, pero dado el nivel de detalle general (casi todos están en el monte, aunque hay alguna excepción) es difícil pasar por alto imperfecciones como el popping y una fluidez inferior a la de otros juegos de la desarrolladora. Los personajes no están mal, el diseño es tal y como lo imaginamos, pero las animaciones no pasan de discretas. Lo mismo se puede decir de la iluminación y los efectos, que no impresionan en exceso.

Por suerte, el sonido sale mucho mejor parado. La banda sonora, bastante adecuada, queda en segundo plano con respecto a los aullidos de las víctimas y el choque del acero. Lo mejor es el doblaje, más que correcto y con unas interpretaciones lo suficientemente intensas para todo el reparto. Quizá no se pueda comparar al de las grandes producciones, pero en ningún momento deja de parecer creíble. Se nota que Tecmo Koei ha apostado mucho por la historia en Legends of Troy.

En definitiva, Warriors: Legends of Troy es un hack and slash muy al estilo de la empresa que lo firma pero no necesariamente superior a juegos anteriores como Dynasty Warriors: Strikeforce. La Guerra de Troya funciona muy bien como hilo narrativo para un juego de estas características, pero el control no es especialmente ágil y los cambios incluidos no afectan al desarrollo tanto como nos habría gustado. Pese a todo, y a sabiendas de que no es precisamente un portento técnico, conseguirá satisfacer a los seguidores del género que se sientan atraídos por su enfoque mitológico y que busquen algo razonablemente duradero.