La tercera dimensión del Funk

Pongámonos en situación. Un par de extraterrestres muy patanes llegan a la Tierra, y no precisamente para invadirla y acabar con la humanidad como tanto desean en Hollywood. Su nave se estrella contra nuestro planeta tras chocar contra una roca espacial en un cinturón de asteroides, quedando destrozada y con las piezas esparcidas por todos los lados. Tanto ToeJam como Earl, que así se llaman, desconocen en el lio que se acaban de meter, su aventura en la Tierra será mucho más peligrosa que cualquier cosa que hayan podido vivir antes en su planeta de origen, Funkotron.

Así comienza la primera aventura de estos personajes, lanzada allá por el año 1991 en Mega Drive y desarrollada por un pequeño estudio americano que tuvo la suerte de contar con el apoyo y ayuda de Sega. Sus fundadores, Mark Voorsanger y Greg Johnson, consiguieron idear para el original ToeJam & Earl un universo lleno de buen humor y algunas situaciones muy divertidas, y que poco después reutilizaron para una segunda entrega en la misma plataforma pero cambiando la vista cenital por un scroll lateral. Fue ya en 1998 cuando ToeJam & Earls Productions comenzó a buscar distribuidora para lanzar una tercera entrega de su serie más afamada, esta vez en Nintendo 64. A finales de ese mismo año se confirmó que GTI estaba interesada en el proyecto y se planearon versiones para Nintendo 64 y Dreamcast aunque al final sólo esta última se comenzó a desarrollar. A mediados de 2001 se enseñaron los primeros bocetos y algún vídeo pero poco después el proyecto se paró en seco, hasta que Sega llegó a un acuerdo con Microsoft y se decidió aprovechar el trabajo realizado para lanzar finalmente ToeJam & Earl III: Mission to Earth en Xbox. Así llegamos hasta el juego que ahora nos ocupa.

La historia de esta aventura nos cuenta como Lamont, el pequeño y peludito Funkopotamous de Funkotron, descubre que los doce álbumes sagrados del Funk han sido robados por algún malvado enemigo que desde luego no es amante de la música más bailable del multiuniverso. Desesperado, decide mandar a ToeJam, Earl y Latisha para recuperar los vinilos. Pero, oh, ¡sorpresa! Los discos han sido llevados a la Tierra, ese extraño planeta poblado por una lunática raza de seres que ya volvieron locos a nuestros protagonistas en su primera aventura. Aprovechando la situación, Lamont también nos pide que "funkeemos" a esos humanos de pacotilla, ¿dispuesto a ayudar a pesar de los enormes riesgos que entraña la misión?

La mecánica es muy sencilla y aunque mezcla aspectos de las dos primeras partes, es más parecido al primer juego de la saga. Mientras nos movemos por zonas divididas en distintos niveles creados de forma aleatoria, tenemos que ir encontrando los dichosos vinilos musicales, al tiempo que cumplimos otros objetivos secundarios para poder acceder a las siguientes fases, tales como conseguir cierto número de llaves para abrir determinada puerta o convertir al funk a todos los humanos. Por el camino iremos mejorando nuestas habilidades y también debemos hacer un buen uso de las decenas de regalos que iremos recogiendo, muy útiles para eliminar a nuestros enemigos y conseguir mejoras. Desde un principio tendremos la oportunidad de elegir el personaje que queremos controlar, pudiendo cambiar en ciertos puntos de cada zona. ToeJam, por ejemplo, es el más rápido y el que tiene más suerte a la hora de ganar dinero, pero por contra Earl tiene más vida o un ataque funk más potente. Por su parte, Latisha, la nueva incorporación y también la más hortera, destaca especialmente por su suerte a la hora de abrir regalos sorpresa o potencialmente peligrosos.

Para ayudarnos en nuestra tarea están los ya mencionados regalos y que encontraremos por el camino, esparcidos por el suelo, enterrados bajo tierra o colgados de globos en el aire. Estos regalos contienen todo tipo de ítems y objetos de ayuda, y nos servirán para correr o saltar más por un tiempo limitado, para poder ir volando de un lugar a otro, para teletransportarnos, o ganar comida y dinero. Se han rescatado muchas ideas del primer título de la saga y, de la misma forma que en aquella primera entrega, también tendremos que tener cuidado con los regalos que contienen sorpresas nocivas, como comida en mal estado o un enemigo dispuesto a acabar con nuestra vida. Además, la novedad de poder realizar "ataques funk", algo así como ondas de funk lanzadas por nuestros amigos, nos permitirá esquivar o incluso acabar con bastante facilidad con los terrícolas que osen molestarnos.