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No sin mi Nugget
La secuela del clásico juego de plataformas 2D llega a Nintendo Switch y PC mediante Epic Game Store.
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Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Plan of Attack.
En 2010 la consola de Microsoft Xbox 360 recibió, casi por sorpresa, un videojuego llamado Super Meat Boy, un plataformas 2D que se convirtió instantáneamente en un clásico atemporal dentro del género. Han tenido que pasar 10 años para que por fin podamos continuar las aventuras de estas criaturas tan propensas a morir con Super Meat Boy Forever, videojuego que por ahora solo está disponible en Nintendo Switch y PC mediante Epic Game Store, una exclusiva temporal al conocer que las versiones de Xbox y PlayStation están en camino y se esperan para principios de 2021, ya mismo.
Nosotros hemos tenido la suerte de tener la versión de Nintendo Switch, por lo que en este texto encontrareis nuestra opinión sobre esta nueva entrega, la cual ha dado mucho que hablar por su cambio de jugabilidad. El argumento es bastante simple, algo que no nos sorprende pues es un juego que vierte toda su calidad en el apartado jugable para tener un producto de entretenimiento virtual muy atractivo al ofrecer partidas rápidas, cortas y difíciles. Tiene más de 7000 niveles a superar.

Como decíamos, la historia no es muy enrevesada. Tenemos a los dos personajes principales de la serie, Meat Boy y Bandage Girl junto a su querido hijo, Nugget, pasando un bonito día familiar al aire libre. Esta situación relajada es aprovechada por el malvado Dr.Fetus para raptar a Nugget, siendo este el desencadenante de que Meat Boy y Bandage Girl comiencen el rescate de su hijo, a perseguir al doctor y a abrirse paso por caminos imposibles a base de saltos alocados y puñetazos. Aunque es un concepto simple, es un juego con una narrativa cargada de humor, marca de la casa, por lo que las risas están aseguradas.
En cuanto a la parte jugable, que es la realmente importante en este título, nos ha sorprendido ver la decisión del estudio de desarrollo Team Meat de abandonar la jugabilidad clásica de 2D y abrazar el modelos de los juegos “auto-runner”, donde el personaje se mueve solo por la pantalla y únicamente tienes que pulsar determinados botones para que el personaje salte, se deslice o golpee un elemento del escenario. Este cambio en la jugabilidad no va a gustar a los aficionados más puristas de la franquicia cárnica, pero Team Meat ha conseguido mantener ese desafío al jugador con saltos imposibles, medidos al milímetro para fallar y morir una y otra vez, llenar el escenario de nuestros restos y repetir el nivel para superarlo a la perfección. Es tan desafiante como la primera entrega.
Los niveles dan la sensación de estar generados aleatoriamente, cada mundo tiene un número determinado de fases que superar para continuar la aventura, la persecución del Dr. Fetus. Cada nivel tiene su aquel, no hay un nivel fácil y la sensación de peligro y de morir por cualquier error a la hora de decidir el momento de salto o ejecución de un deslizamiento o golpe es constante. Al superar los niveles, ya de por si algo difíciles pero fáciles al ir recordando el camino y acciones a seguir por el método de ensayo y error, o mejor dicho, muerte y reinicio del nivel, se desbloquean unas versiones mucho más difíciles de estos niveles, que reciben el nombre de Mundo Oscuro o Dark World. Aunque empezamos con Meat Boy y Bandage Girl, a medida que avanzamos en el juego y superando desafíos podemos desbloquear multitud de personajes para utilizar en el juego, aunque la jugabilidad de estos no varía y solamente tenemos que aprender las mecánicas básicas del juego, que son saltar, deslizarse y golpear… esquivando elementos peligrosos del escenario, como pinchos, enemigos o trampas que acaban de forma instantánea con nuestro personaje. Es un juego que premia la memoria “táctil” de nuestros dedos, al tener que aprender el momento exacto donde realizar una acción. ¿El Dark Souls de los run-games?

Al llegar al final de cada mundo, toca enfrentarse contra un jefe final, un nuevo reto a superar al tener un nuevo peligro en pantalla al que debemos derrotar mientras esquivamos todos los elementos del escenario y sus ataques claro, que por cierto son de lo más variado. ¿Os habíamos asustado con la dificultad a la hora de superar los niveles del juego? Tranquilos, que en cada nivel hay puntos de control o checkpoints desde los que nuestro personaje reanudará su desesperada carrera si muere en menos de un segundo, menos de un parpadeo de nuestros ojos. Esta dificultad “clásica” hace que una vez dominas el nivel en el que estas lo superes en muy poco tiempo.
Respecto al apartado artístico del videojuego, Super Meat Boy Forever es un juego continuista con el arte de Team Meat, lo cual es algo muy bueno, pues esta gente tiene un estilo único y simpático, cartoon, con unas animaciones de los personajes bien trabajadas, así como unas escenas de animación llenas de humor, como ver una serie de dibujos. Del arte visual pasamos al arte musical, Super Meat Boy Forever es un juego muy adictivo tanto por sus mecánicas jugables como por su apartado sonoro, pues cuenta con canciones muy cañeras y dinámicas que hacen que no se vuelva un título muy repetitivo, sino todo lo contrario, lo convierten en un juego muy rejugable.
Conclusiones
Super Meat Boy Forever es un juego tan difícil como divertido. Mantiene parte de la esencia de la primera entrega de la franquicia al tener un apartado artístico similar, así como una dificultad endiablada a medida que avanzas en sus distintos mundos y te castigas como jugador en querer desbloquear todos los personajes. Sin embargo el cambio tan drástico en su apartado jugable puede que no termine de convencer a todo el mundo, ya que la entrega original tenía unas mecánicas clásicas que lo convertían en un plataformas arcade atemporal.