Una divertida -y macabra- lección de historia

Quien nos iba a decir a nosotros, que a día de hoy, Capcom nos iba a regalar un juego nuevo, sin proceder de una saga de éxito, y que a su vez aprovechase al máximo PlayStation 2. Shadow of Rome nace de la mente de Capsule Computers y translada la crueldad de la antigua roma a nuestra consola tomando elementos de sagas como Onimusha o Devil May Cry, así como de otras ajenas a éstas como Metal Gear Solid.

Desde su temprano desarrollo SoR ha estado en el punto de mira de todo el mundo. Su ambientación por un lado se notaba bastante lograda, así como su sistema de juego, que nos propondría controlar a dos personajes en pos de lograr un único fin. Y así ha sido, Shadow of Rome por fin ha llegado a nuestras manos y podemos decir con mano firme que estamos ante una de las sorpresas de 2005, que además tenemos el placer de disfrutar antes que cualquier otro continente gracias a que está basado en la capital romana.

Gladiadores, espías y conspiraciones

El argumento del juego nos presenta a Agrippa, un general romano que se encuentra en un pueblo germano librando una batalla. Tras acabar con el cabecilla de la banda, se entera por medio de un soldado de roma que Julio Cesar, el mayor emperador que Roma ha conocido jamás, héroe del lugar sin género de dudas, ha sido asesinado frente a las puertas del senado.

Raudo y veloz reúne a sus tropas y vuelve a su ciudad, donde se entera además de que su padre es acusado de tal crimen. Octavio lo sabe todo, y nos cuenta además que nuestra madre está a punto de sufrir otra injusticia -que no comentaremos, por no estropear la trama-. Tras unos más y unos menos, una bella joven nos ayuda a escapar del foro romano, donde se encontraban nuestros dos héroes armando un jaleo tremendo, y nos comenta que el padre de Agrippa se encuentra retenido en una cárcel ubicada en el bosque. Partiremos hacia ella con el fin de hablar con nuestro progenitor, y tras esto, caeremos en la cuenta de que su crimen -o eso dicen- ha de ser pagado con su propia vida.

Tras todo esto, Agrippa y Octavio comienzan una aventura donde han de descubrir la verdad sobre la muerte de Julio Cesar -que además era tío de Octavio-. Agrippa encuentra su única salida en convertirse en gladiador, un evento que se celebrará en Roma antes de la ejecución y que le permitirá reunirse de nuevo con su padre, al ser el premio de tal espectáculo ser verdugo del traidor. Por su lado Octavio intentará salvar al padre de Agrippa con la cabeza, ideando planes y colándose en donde no debe en pos de escuchar algo con suficiente base como para exculpar a Vespavio. Las intenciones son buenas pero? ¿Lo conseguirán?