
PSOne
Todo el mundo quiere a Rayman
Rayman Legends está a punto de estrenarse y por eso queremos homenajear a la mascota de Ubisoft rememorando sus pinitos.

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A juzgar por su apariencia uno puede llegar a la conclusión de que Rayman es un juego facilón y enfocado a un público infantil. Nada más lejos de la realidad. El nivel de dificultad es altísimo, a veces demasiado, y es que los escenarios están repletos de peligros, ya sean enemigos, saltos que requieren precisión milimétrica o trampas colocadas de manera estratégica. Además, el hecho de que la cámara no acompañe en determinadas situaciones no ayuda, ya que puede hacer que erremos algún salto u otra acción sin que sea realmente nuestra culpa. Tampoco os quedéis con la idea de que Rayman es prácticamente imposible, pero los que lo hayan jugado recordarán ese resoplido al alcanzar el cartel que indica el final de una fase...y esos gritos de desesperación cuando te quedas a las puertas de completar un nivel y tras morir tienes que repetirlo de nuevo. Concretamente resulta muy molesto perder contra los jefes, algunos de ellos muy duros de pelar (un saludo para Space Mama), aunque debemos reconocer que los combates contra estos están planteados de manera muy inteligente y tienen una mecánica más trabajada que en la mayoría de plataformas 2D.
Dentro del equipo de desarrollo de Rayman hay un nombre que destaca por encima de todos, Michel Ancel, quien es ampliamente considerado como "el padre de Rayman" y quien se encargó del concepto y diseño tanto del juego como del protagonista. Lo que más llama la atención del aspecto de Rayman es que carece de brazos, piernas y cuello; pero sí tiene manos, pies y, lógicamente, cabeza. Si a esto le sumamos un cuerpo de berenjena, pañuelo de Sanfermines, deportivas amarillas, guantes blancos y flequillo atolondrado lo que queda es un diseño muy original y simpático, el cual se ha mantenido intacto durante casi 20 años.
Pero la calidad visual de este título va más allá del diseño de su protagonista. Pese a ser un juego 2D atrapado en una generación de plataformas capaces de mover imágenes poligonales, Rayman no palidece frente a sus coetáneos y demuestra que los gráficos bidimensionales pueden ser tanto o más espectaculares que las 3D. Los escenarios y personajes están recreados con mucho mimo, todos ellos se complementan a la perfección y se funden en una explosión de color que resulta muy bonita y agradable. Lo único que se puede achacar al apartado visual es que algunas localizaciones terminan por ser repetitivas, aunque no es un aspecto demasiado alarmante. En temas de sonido el juego tampoco se queda atrás. La banda sonora cuenta con melodías para todos los gustos y situaciones, no obstante os avisamos de antemano que no importa si suena de fondo musiquilla apacible, los escenarios no dejarán de entrañar innumerables momentos de peligro. Por su parte la gran variedad de efectos sonoros ponen la guinda a un apartado únicamente empañado por las bruscas transiciones entre dos pistas de audio.
Conclusiones
Rayman es un plataformas 2D con casi dos décadas a sus espaldas, sin embargo su mecánica de juego, concepto y apartado visual no han envejecido nada mal. Además, el juego es más dífícil que el 95% de los que podemos encontrar actualmente en las estanterías, por lo que los más intrépidos tendrán desafío para rato si quieren terminarlo, para lo cual es necesario encontrar las 102 jaulas de electoons (algunas muy bien escondidas) antes de plantar cara al último jefe. Eso sí, después de sudar la gota gorda durante toda la aventura resulta que la secuencia final es tan corta, insulsa e insignificante que deja un sabor bastante agridulce. Por momentos Rayman puede acabar con la paciencia del mismísimo Dalái Lama, pero no hay duda de que derrocha diversión, belleza y detalles muy cuidados que corroboran el buen hacer de Michel Ancel y su equipo. Veremos qué tal les ha quedado Rayman Legends.
Dentro del equipo de desarrollo de Rayman hay un nombre que destaca por encima de todos, Michel Ancel, quien es ampliamente considerado como "el padre de Rayman" y quien se encargó del concepto y diseño tanto del juego como del protagonista. Lo que más llama la atención del aspecto de Rayman es que carece de brazos, piernas y cuello; pero sí tiene manos, pies y, lógicamente, cabeza. Si a esto le sumamos un cuerpo de berenjena, pañuelo de Sanfermines, deportivas amarillas, guantes blancos y flequillo atolondrado lo que queda es un diseño muy original y simpático, el cual se ha mantenido intacto durante casi 20 años.
Pero la calidad visual de este título va más allá del diseño de su protagonista. Pese a ser un juego 2D atrapado en una generación de plataformas capaces de mover imágenes poligonales, Rayman no palidece frente a sus coetáneos y demuestra que los gráficos bidimensionales pueden ser tanto o más espectaculares que las 3D. Los escenarios y personajes están recreados con mucho mimo, todos ellos se complementan a la perfección y se funden en una explosión de color que resulta muy bonita y agradable. Lo único que se puede achacar al apartado visual es que algunas localizaciones terminan por ser repetitivas, aunque no es un aspecto demasiado alarmante. En temas de sonido el juego tampoco se queda atrás. La banda sonora cuenta con melodías para todos los gustos y situaciones, no obstante os avisamos de antemano que no importa si suena de fondo musiquilla apacible, los escenarios no dejarán de entrañar innumerables momentos de peligro. Por su parte la gran variedad de efectos sonoros ponen la guinda a un apartado únicamente empañado por las bruscas transiciones entre dos pistas de audio.
Conclusiones
Rayman es un plataformas 2D con casi dos décadas a sus espaldas, sin embargo su mecánica de juego, concepto y apartado visual no han envejecido nada mal. Además, el juego es más dífícil que el 95% de los que podemos encontrar actualmente en las estanterías, por lo que los más intrépidos tendrán desafío para rato si quieren terminarlo, para lo cual es necesario encontrar las 102 jaulas de electoons (algunas muy bien escondidas) antes de plantar cara al último jefe. Eso sí, después de sudar la gota gorda durante toda la aventura resulta que la secuencia final es tan corta, insulsa e insignificante que deja un sabor bastante agridulce. Por momentos Rayman puede acabar con la paciencia del mismísimo Dalái Lama, pero no hay duda de que derrocha diversión, belleza y detalles muy cuidados que corroboran el buen hacer de Michel Ancel y su equipo. Veremos qué tal les ha quedado Rayman Legends.
Alternativas
Las series Oddworld, Gex o Mega Man. En 3D la opción lógica es Rayman 2.
La mecánica de juego. Los combates contra jefes. Desarrollo variado. Bonitos gráficos 2D.
El nivel de dificultad muchas veces es excesivo. Tiene un final poco gratificante.