Los señores del anillo

Fue hace seis años cuando la empresa más exitosa en materia informática, Microsoft, entró a formar parte del mundillo de los videojuegos. Había temores de monopolio, rechazo y no muy buenas críticas a Xbox, la consola, pero todo ello no impidió que diera luz a varios títulos que quedarían en buen recuerdo. El Team Ninja arrasó con Ninja Gaiden, al igual que Peter Molyneux y compañía con Fable. Pero un desarrollo que realmente rompió las listas de ventas fue Halo. Bungie, bastante discreta hasta entonces, marcó el juego “mascota” de Xbox con un shooter que se salía de lo establecido. Enormes escenarios, planteamiento original y el sorprendente control, además del asentamiento definitivo de los shooters online en plataformas domésticas fueron las claves. Ahora, más de un lustro después y habiendo tres entregas más con una conversión disponible en el servicio de descargas del bazar de Xbox LIVE, al volver a jugarlo ¿sigue siendo atractiva la fórmula? ¿es realmente un clásico atemporal? Sigue leyendo para comprobarlo.

El que no arriesga... gana

La primera sensación al jugar a Halo es bastante clara: el control sigue intacto. El utilizado por tantos y tantos FPS en sobremesa fue utilizado con éxito en Xbox, ha seguido empleándose en los siguientes Halo y ahora vuelve a usarse de nuevo. Es probablemente lo mejor, pues es el sistema más provechoso, teniendo que usar los dos joysticks para mover al personaje y girar la vista respectivamente mientras que los botones traseros sirven para disparar y lanzar granadas. Prácticamente eso es todo, exceptuando el golpe cuerpo a cuerpo y los respectivos para cambiar y recargar el arma. Es un sistema fácil que usan muchos FPS (cada vez menos), y es exactamente el mismo que las otras dos entregas de Halo. Es un control que da resultado, no es necesario extenderse más en este aspecto.

El planteamiento del juego gira en torno a la típica película estadounidense del ejército y los soldados; ahora bien, incorporando también una perspectiva futurista-espacial similar a Star Wars (salvando las distancias). El juego comienza cuando una de las razas extraterrestres ataca la nave en la que va el Jefe Maestro, protagonista, y algunos marines. Descubren un extraño planeta con forma de anillo que deciden investigar, y allí se encontrarán con seres hostiles de todo tipo ya conocidos en la saga, como los Brutes o los Elites.

Recorreremos todo tipo de paisajes, desde enormes llanuras hasta complejas bases alienígenas, pasando por parajes nevados o montañosos. No sólo lo haremos a pie, y he aquí una de las principales novedades de Halo y claves de la saga: los vehículos. Tendremos a nuestra disposición un todoterreno con una torreta en la parte trasera en el cual podremos conducir o controlar la ametralladora mientras conduce otro.

El repertorio de armas es, cuando menos, curioso. Ametralladoras alienígenas que lanzan agujas explosivas, armas láser, lanzamisiles, granadas de plasma, rifles de francotirador, ametralladoras y pistolas corrientes... No es muy extenso, pero cubre todas las áreas y se sale de lo habitual. Lo malo es que gran parte del juego sólo encontraremos cuatro de todas ellas, el resto son bastante escasas.

Respecto a la duración, es la justa para un shooter. Entre 10 y 15 horas, además se puede elegir entre cuatro tipos de dificultad que varían la salud e inteligencia del enemigo, cosa que mejora bastante la experiencia jugable.