
PlayStation 3
Xbox 360
Juego en blanco
EA pasa de Wii a Xbox 360 y PS3 en su segunda incursión en el deporte de los caballeros.

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El tenis era hasta hace muy poco territorio inexplorado para la todopoderosa EA Sports. Tres años después del buen primer intento que supuso Grand Slam Tennis, alumno aventajado del Wii Motion Plus, la segunda parte salta directamente a las consolas de la competencia para vérselas con Virtua Tennis y en particular Top Spin, un hueso muy duro de roer hasta para la empresa que está detrás de NHL, Madden y FIFA.
Grand Slam Tennis 2 no es el arcade de Sega ni el simulador de 2K, sino que se sitúa en un cómodo término medio gracias al nuevo control dual. Para devolver la pelota podemos utilizar los botones de siempre o los gestos del stick derecho, dos configuraciones perfectamente compatibles. A nosotros la primera nos ha resultado más precisa para pegar plano y cortado, pero también hemos echado mano de la segunda para los liftados y los saques, representados de una forma diferente a la habitual y con buen tino. Los carteles que nos indican si hemos soltado el golpe pronto, tarde o en el momento justo son herencia de Top Spin 4.
A diferencia de Kinect, el mando Move de Playstation 3 sí funciona con el juego, y hemos de decir que con bastante eficacia. Lo ideal es conectar también un mando normal (mejor un Navigator) y mover al personaje para que no lo haga automáticamente. Move puede gustarnos más o menos, de hecho nosotros nos seguimos quedando con la variante tradicional, pero como buena empuñadura (luminosa) debía tener su protagonismo.
El juego de EA se defiende en los partidos con amigos y el modo online, al menos cuando el lag no decide transportarnos misteriosamente o robarnos algún que otro punto. Si esto ocurre ha sido cosa de un mago. Lo importante es que hay variedad de modos y de tenistas, más en el lado masculino que en el femenino. Hace tiempo que en la WTA no existe un dominio tan claro como el de Federer, Nadal y Djokovic en la ATP, de ahí que se haya ido a lo seguro con Sharapova, Ivanovic y las hermanas Williams. Por supuesto, también hay lugar para estrellas del pasado como Borg, Sampras, Henin y la incombustible Navratilova.
El codo lesionado de Grand Slam Tennis 2 es el modo "Carrera". Al principio se parece al de cualquier otro juego de tenis, con un editor de personajes algo inquietante y una clasificación que escalar a lo largo de una década, pero pronto nos daremos cuenta de que la sensación de progreso es prácticamente inexistente. En lugar de adaptarse a las habilidades del jugador, la dificultad se mantiene invariable durante varias temporadas, algo de lo que nos habremos percatado mucho antes de ganar el octavo Grand Slam todavía en nivel fácil. Sumar sets en blanco contra las mejores raquetas del mundo es cuestión de subir mucho a la red y hacer saques abiertos. Ni siquiera Novak se atreverá a tosernos hasta que lleguemos a un nivel superior, momento en el que agradeceremos tener unas buenas estadísticas si no queremos morder el polvo.
Grand Slam Tennis 2 no es el arcade de Sega ni el simulador de 2K, sino que se sitúa en un cómodo término medio gracias al nuevo control dual. Para devolver la pelota podemos utilizar los botones de siempre o los gestos del stick derecho, dos configuraciones perfectamente compatibles. A nosotros la primera nos ha resultado más precisa para pegar plano y cortado, pero también hemos echado mano de la segunda para los liftados y los saques, representados de una forma diferente a la habitual y con buen tino. Los carteles que nos indican si hemos soltado el golpe pronto, tarde o en el momento justo son herencia de Top Spin 4.
A diferencia de Kinect, el mando Move de Playstation 3 sí funciona con el juego, y hemos de decir que con bastante eficacia. Lo ideal es conectar también un mando normal (mejor un Navigator) y mover al personaje para que no lo haga automáticamente. Move puede gustarnos más o menos, de hecho nosotros nos seguimos quedando con la variante tradicional, pero como buena empuñadura (luminosa) debía tener su protagonismo.
El juego de EA se defiende en los partidos con amigos y el modo online, al menos cuando el lag no decide transportarnos misteriosamente o robarnos algún que otro punto. Si esto ocurre ha sido cosa de un mago. Lo importante es que hay variedad de modos y de tenistas, más en el lado masculino que en el femenino. Hace tiempo que en la WTA no existe un dominio tan claro como el de Federer, Nadal y Djokovic en la ATP, de ahí que se haya ido a lo seguro con Sharapova, Ivanovic y las hermanas Williams. Por supuesto, también hay lugar para estrellas del pasado como Borg, Sampras, Henin y la incombustible Navratilova.
El codo lesionado de Grand Slam Tennis 2 es el modo "Carrera". Al principio se parece al de cualquier otro juego de tenis, con un editor de personajes algo inquietante y una clasificación que escalar a lo largo de una década, pero pronto nos daremos cuenta de que la sensación de progreso es prácticamente inexistente. En lugar de adaptarse a las habilidades del jugador, la dificultad se mantiene invariable durante varias temporadas, algo de lo que nos habremos percatado mucho antes de ganar el octavo Grand Slam todavía en nivel fácil. Sumar sets en blanco contra las mejores raquetas del mundo es cuestión de subir mucho a la red y hacer saques abiertos. Ni siquiera Novak se atreverá a tosernos hasta que lleguemos a un nivel superior, momento en el que agradeceremos tener unas buenas estadísticas si no queremos morder el polvo.