Lluvia de golpes fugaces e inofensivos

La relativamente joven división de Electronic Arts, EA Freestyle, nos trae la adaptación a Wii de uno de sus primeros títulos bajo su nueva filosofía, Facebreaker, juego que ya apareció hace algún tiempo para PlayStation 3 y Xbox 360 y que en esta ocasión añade la coletilla K.O. Party debido a la ausencia total de modalidades online y a la inclusión de algunas novedades con respecto a las otras versiones.

Fiel a su filosofía casual, Facebreaker K.O. Party presenta el boxeo en su variante arcade con la intención de hacernos pasar buenos ratos ante la consola sin necesidad de aprender golpes complicados o desencadenar largas combinaciones de botones. Esto sin duda es un arma de doble filo, pues la diversión directa y sin complicaciones funciona bien en las primeras partidas pero con ella se corre el peligro de aburrir a la larga, haciendo del producto algo más enfocado para el alquiler de un fin de semana que para una adquisición definitiva. Desgraciadamente este ejemplo es perfecto para definir a Facebreaker en pocas palabras, aun así vamos a hablar largo y tendido de sus pros y sus contras para intentar guiar a los compradores indecisos.

Control diferente, contenido inferior

Con la versión que apareció en las plataformas de Sony y Microsoft, el estudio canadiense consiguió hilvanar un título divertido y llamativo a nivel visual cuyo fallo principal era su corta duración (suplida en parte por los combates online) y el escaso catálogo de golpes y combos del que disponía. En la adaptación de Wii se han introducido cambios sustanciales que lo diferencian claramente de las otra versiones a pesar de que el planteamiento y la máxima de "entretenimiento sencillo y sin complicaciones" siguen presentes.

Evidentemente la primera diferencia es la del control, como era de esperar se ha optado por hacer uso de las capacidades del sensor de movimiento de Wii para representar y llevar a cabo los golpes y combos. Sin embargo, no podemos decir que este sistema funcione todo lo bien que debería, ya que los movimientos que debemos realizar son demasiado simples y responden a un catálogo muy escueto, lo que no deja lugar a la imaginación.

Con el Nunchuk controlamos el brazo izquierdo del púgil y con el Wiimote su extremidad derecha. Así, un simple movimiento hacia delante desencadena un puñetazo rápido, mientras que para propinar un golpe fuerte tendremos que echar hacia detrás el mando y a continuación llevarlo rápidamente hacia delante. Este último no lo podemos usar en todo momento, más que nada porque perdemos unos segundos claves en los que el contrincante podrá golpearnos y también porque el movimiento está indicado para realizarlo cuando tengamos algo llena la barra de combos, de la que hablaremos más adelante. Pulsando “B” nos agacharemos, “Z” servirá para cubrirnos y con el stick analógico moveremos a nuestro personaje sobre el ring.

Por último, pulsando el botón “A” y soltando un puñetazo desencadenamos los fatalities, es decir, los golpes finales del juego. Estos responden la mecánica de ir acumulando energía en una barra a medida que vamos propinando puñetazos o desencadenamos combos en nuestro contrincante. Según la cantidad que tengamos rellena de ésta podremos desencadenar cinco tipos de breaker diferentes: Haybreaker es el más simple y para el que menor cantidad de barra necesitamos, luego viene el BoneBreaker, después el GroundBreaker, el SkyBreaker y por último el FaceBreaker; el más potente y que si conseguimos hilvanar ganaremos el combate directamente pues desfiguraremos totalmente a nuestro rival.