Forjándose un nombre

La ley del más fuerte
Hace un par de semanas os adelantábamos las impresiones jugables de las dos nuevas versiones de la nueva adaptación de Canis Canem Edit para la consola Wii de Nintendo y Xbox 360 de Microsoft. Como viene siendo habitual en nuestra política, hemos creído conveniente analizar a fondo y por separado cada una de ellas, centrándonos en este caso en los privilegios y carencias del trabajo realizado por Rockstar Vancouver en la adaptación para la máquina de sobremesa de Nintendo.

Jimmy Hopkins en un joven problemático que ha sido expulsado de los últimos siete institutos a los que ha ingresado, por lo que su madre como medida desesperada contacta con la academia Bullworth -conocida por su dura disciplina- para matricular a Jimmy durante un año mientras ella olvida sus penas e histerias junto a su nuevo marido pasando su estrenada luna de miel en un largo e inolvidable crucero. Vacaciones en el mar.

Respetar la jerarquía dentro de una escuela es ley de vida y más si eres novato. El señorito Hopkins tiene que lidiar por ganarse un nombre dentro de cada uno de los cinco "bandos" que existen dentro del campus: Los empollones son los cerebritos del lugar, enclenques "sabelotodo" que reciben su paliza diaria y hacen los deberes a los abusones con tal de que estos les dejen tranquilos diez minutos más de lo habitual. Los pijos son niños de papá que juegan a ver quien lleva la camisa más cara de toda la escuela. Podrán llevar 300 libras en forma de ropa, pero los huevos también dejan rastro en esa ropa tan guay. Los chicos del equipo de rugby atienden al apelativo de musculitos, tipos con más músculo que cerebro que saldan sus cuentas mediante un buen placaje. Si ves por el recinto tipos que podían ser tu padre y que visten con chaqueta de cuero estás ante los macarras, repetidores de por vida que pasan sus horas maleando en las proximidades del taller de la academia.

Para conseguir integrarnos en cada uno de ellos tenemos que ganar respeto que generalmente se otorga tras hacer misiones de todo tipo: Proteger a un empollón al taller para coger unas piezas para su proyecto de ciencias, robar algún objeto forzando alguna taquilla, gastar bromas realmente pesadas o espiar a la novia de un energúmeno que cree estar siendo engañado son solo algunas de ellas, por lo que en este últiimo caso cámara en mano tenemos que conseguir las instantáneas que confirmen sus sospechas. Cada una de estas misiones repercute en el aprecio de cada banda además de compartir gustos como vestirnos de manera similar. Si bien, ayudar a unos puede suponer el rechazo de otro de los grupos sociales.

Disciplina y buen saber hacer
La disciplina forma una parte fundamental dentro del título y un reloj mostrado en la esquina superior derecha de la pantalla refleja en todo momento la hora del día en la que nos encontramos. Las clases tienen lugar de 9h a 11:30 de la mañana y de 13h a 15:30 de la tarde. El jugador tiene total libertad de elección a la hora de si ir o no a clase, cierto es que el absentismo a las distintas asignaturas es castigado con la visita al despacho del señor director quien no dudará en soltarnos la reprimenda de turno además de hacernos perder parte de nuestros ítems conseguidos. Por lo que ser un alumno ejemplar y asistir -además de aprobar- cada una de las asignaturas es premiado de una u otra forma, posibilitando la creación de distinto armamento de lo mas variopinto que va desde bombas fétidas, petardos, polvos picapica, fuegos artificiales, caja de huevos, hasta cañones lanza patatas.