Mike Berlyn, creador de Bubsy el lince, fallece a los 73 años

La industria del videojuego se ha forjado con el trabajo de hombres y mujeres de todo el mundo a lo largo de los años, unos más reconocidos que otros. En ocasiones algunos se retiran de ese mundo sin un legado pero otros dejan juegos famosos como recuerdos, y no se habla de ellos hasta que fallecen. Es el caso de Mike Berlyn, quien acaba de fallecer a los 73 años por un cáncer detectado en 2014. Aunque se retiró pronto de la industria siempre será recordado por ser el creador de Bubsy el lince y ser uno de los fundadores de Bend Studio.

Eran los años 90 y las mascotas antropomórficas estaban a la orden del día, todas las compañías querían la suya propia. De esta manera nació el lince Bubsy en Accolade, un animal peludo que es amado por unos, odiados por otros e indiferente por muchos. Al igual que otros personajes como Gex o Croc tuvo pocos juegos pero recientemente contó con un discreto regreso, como Kao the Kangaroo o Ty the Tyger. Algunos de sus juegos fueron Bubsy in Fractured Furry Tales, Bubsy: The Woolies Strikes Back o Bubsy 3D. Incluso se llegó a trabajar en una serie animada pero sólo quedó en un episodio piloto. pesar de ser su personaje, Berlyn sólo trabajó en la entrega de 1993 y Bubsy 3D.



Mike Berlyn comenzó a trabajar en la industria en 1981 con Oo-Topos y fue colaborando en compañías como Sentient Software, 989 Studios, Electronic Arts, Activision o Accolade, entre otros. Tras trabajar en compañías ajenas fundó la suya propia junto a Marc Blank en 1994. Se trata de la desarrolladora Eidetic, que a los pocos años cambió en nombre a Bend Studio, cuyas mayores obras son la trilogía Syphon Filter y el reciente Days Gone. A pesar de trabajar en exclusividades para PlayStation, Berlyn decidió abandonar este mundo ante el desencanto provocado por sus ideales y su decencia. De hecho ya no trabajó en Syphon Filter y pidió que su nombre no apareciese.

"No me gustaba en qué se había convertido el mundo de los videojuegos, ni la gente que lo dirigía, ni la naturaleza de sus obras. Me marché antes de que estuviera completado y pedí que no pusieran mi nombre. Me fui de mi propia empresa. Cuando me comentaron que planeaban añadir un sacerdote o una monja en mi juego y portasen armas para justificar que los jugadores les disparasen, supe que eso cruzaba los límites del buen gusto. A mí no me ofendía pero era de mal gusto, y seguro que todos lo sabéis", declaró en su día.