
45.
Sirat (España, 2025): cuenta la historia de unos raveros que cruzan el desierto del Sahara entre Marruecos y Mauritania para ir de una rave a otra. Visualmente es preciosa, lo mismo que sonoramente, la BSO a base de electrónica combinada con esos paisajes le sienta genial. El tema en el que falla es que la trama supuestamente real, que es la de un padre y un hijo que van en busca de una hija desaparecida, es totalmente irrelevante, podría ocurrir exactamente lo mismo sin que ellos existieran, solo sirven para meter un dramatismo un tanto artificioso. Es más, da hasta rabia porque son gente externa al movimiento rave que podría haber dado pie a que los personajes explicasen por qué ese estilo de vida, etc. pero tampoco, convives con gente totalmente ajena al sistema pero no tienes ni una miaja de interés en saber por qué. Porque lo curioso de la película es que la rave del inicio es real, y los actores que hacen de raveros no son actores, son raveros reales. Una oportunidad perdida, creo yo, pero aún así entretenida.
46.
Indiana Jones y el dial del destino (2023, Estados Unidos): opinión en el
post oficial.
47.
Stalker (1979, URSS): eternísima pendiente, recuerdo querer verla desde la época universitaria. Y es cuando la tenía que haber visto, cuando estás ávido de gafapastismo para así poder decirle a una pava en una discoteca, a 2cm de su oreja, que Tarkovsky es dios. Pero no, me pareció un bodrio sideral, más teniendo en cuenta que la novela en la que se basa es muy entretenida. Pero os imaginaréis el panorama: planos contemplativos larguísimos, y preciosos, trama críptica, soliloquios filosóficos, y que pasa entre poco y nada. Me aburrí como una ostra y acabé saltando escenas. Ya no tengo edad para este tipo de cine