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Los cambios de Nintendo

Como cambian las cosas ¿no? Hace unos años Nintendo se arrastraba cual reptil por las listas de ventas de todo el mundo y hoy las encabeza, volando sobre el resto de marcas con insultante ventaja. Mientras la ya experimentada Nintendo DS sigue dejando en ridículo las buenas ventas de PSP, Wii ha comenzado de manera fulgurante, sin parones y disparada hacia el liderato del mercado.

Vale, lo acepto, Wii acaba de lanzarse, la nueva generación está en pañales y nadie sabe lo que va a pasar (bueno, los analistas sí, claro, ellos siempre lo saben, sólo que no son capaces de ponerse de acuerdo). Pero seamos serios, Wii tiene toda la pinta de producto triunfador, y los datos por el momento dicen exactamente eso mismo. Pero es que incluso aunque la consola de extravagante nombre bajara su ritmo de ventas, en cualquier caso parece seguro que superará de largo las decepcionantes marcas que alcanzaron Nintendo 64 y GameCube. Y eso es porque en Nintendo algo ha cambiado. No es sólo un poco de maquillaje, un buen vestido y algo de silicona. No. Si Nintendo fuera una mujer, hoy sería de esa clase de mujeres de avanzada edad en las que uno advierte mayor vitalidad que en un autobús escolar lleno. Y encima con la sabiduría brillando en los ojos. Sólo hay que ver la cara de Iwata para entenderlo. Ah, el risueño Iwata.

El actual presidente de la gran N es uno de los grandes culpables de esta revolución, o al menos su cabeza visible. Imponente cabeza, por cierto. Desde hace unos meses, el señor Iwata se pasea discreto entre presentaciones y conferencias, con una exultante sonrisa y estudiando con precisión quirúrgica el mercado desde detrás de sus minúsculas gafas. Escondido tras ese aspecto bonachón y de imposible parecido a la seta Toad, Iwata ha de ser un hombre de negocios brillante. Sólo así se explica el éxito de la nueva Nintendo. Y mientras él disfruta, otros como Reggie hacen el trabajo sucio ante la prensa. Porque en la parafernalia de cara a los medios hay ciertas convenciones que han de seguirse, y gente como Reggie saben muy bien cómo conservar ese tipo de costumbres. Un poco de polémica, alguna mentirijilla, cara de tío duro y ciertas cucharadas de Sony-mala son siempre necesarias.

Los nuevos usuarios de Nintendo son nuestros padres y abuelos, nuestras novias y hermanas, nuestro carnicero y aquel chico rarito que jamás había tocado una consola. Con una publicidad efectiva y sin ningún reparo en cambiar el discurso de hace bien poco, la compañía ha logrado pillar por sorpresa tanto a Microsoft como, especialmente, a Sony. De no saber adecuarse a los tiempos que corrían cuando lanzaron Nintendo 64 y GameCube, a adelantarse al mismo presente con Wii. Pero, llegados a este punto, la pregunta que no puedo dejar de hacerme es: ¿Wii es una evolución necesaria para el mercado o, en realidad, necesaria para la propia Nintendo? Y la respuesta, por comodidad y opinión personal, puede ser ambas cosas a la vez. El tiempo, ese juez insobornable que a todos da su parte, dictará sentencia, decidiendo si lo de Wii es una alternativa desesperada de Nintendo que ha salido redonda o el camino que han de seguir a partir de ahora los videojuegos. Hasta la fecha, han sido muy pocos los géneros que en verdad han demostrado adaptarse mejor al flipomando que a un pad normal, y la difícilmente justificable baja potencia gráfica ha calado muy hondo entre los detractores de la consola. En cualquier caso, la prometida alternativa que nos vendieron el pasado E3 es hoy toda una realidad, y ello siempre ha de ser motivo de alegría.

También hay cosas que no cambian, claro, y nuestra querida Nintendo sigue arrastrando lastres de aquella vieja y a veces rancia compañía de antaño que irremediablemente nos recuerda a su antiguo presidente, el polémico Hiroshi Yamauchi. La japonesa, por ejemplo, sigue siendo tremendamente reticente a desarrollar juegos donde no veamos por algún lado caparazones o el bigote de Mario meneándose, pero los nuevos estudios con los que ha ido firmando contratos y acordando colaboraciones añaden variedad a sus catálogos. De Retro Studios a Cing pasando por la recién adquirida Monolith, a la que todos los rumores apuntan como la encargada de desarrollar un RPG de alto presupuesto. Una apuesta por expandir sus desarrollos internos a los que hay que sumar los proyectos de otras desarrolladoras, expertas en arrimarse al sol que más caliente. ¿Será suficiente para contentar a los hardcore gamers? Parece difícil, pero para bien o para mal lo que al final cuentan son las cifras, da igual si el que pasa por caja es nuestro cuñado el que nunca había tocado una consola o aquel experto en Metal Gear Solid que nació con un Spectrum bajo el brazo.

Puede que en unos años todas las consolas se manejen con movimientos o apuntando a la pantalla, o puede que no y el futuro esté en otro sitio aún por explorar. Sea como sea, si hay algo que siempre acompañará a Nintendo, será la polémica. El enfoque que ha dado a sus últimos productos, incluyendo cierto software que muchos llaman no-juegos, han vuelto a levantar pasiones entre todos los jugadores, en ambos bandos de opinión. Y es que, a pesar de las novedades introducidas, hay cosas que, al final, nunca cambian.
Esta pequeña consola está dando muchas alegrías en Nintendo
La imagen, de Miyamoto e Iwata con Nintendo DS, es todo un icono de la comunidad nintendera
Reggie, otra de las 'grandes cabezas' visibles de la compañía
Montaje de Yamauchi, el antiguo presidente de Nintendo. Es hoy uno de los hombres más ricos de Japón

 Autor: Whiz Publicado el día 15/06/2007 09:24

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