Disculpe el señor, no quisiera abusar de su tiempo, pero recientemente estuve leyendo el
documento que usted difundió , y suponiendo que tomemos por correctas las ideas de verdad como intersubjetividad y consenso, quisiera aprovechar este pequeño espacio del que dispongo para exponer algunas discrepancias que tengo con referencia a los conceptos expuestas.
No quiero andarme demasiado con monsergas, pero debo decir que como miembro de una comunidad de aficionados a los videojuegos, y como redactor además en la prensa de este tipo, me siento incluido en la locuaz crítica que usted ha desarrollado en torno a esta industria, y sin embargo y sin negar su parte de razón en todo esto, quisiera destacar como miembro de esta página web y amante de los videojuegos, una serie de errores contra los cuales considero importante manifestarse, y es que a pesar de que los datos expresados en el informe pueden considerarse objetivos, no lo son tanto las conclusiones a las que se llega, en nuestra humilde opinión un tanto exageradas.
En el inicio del documento usted expone la facilidad con la que los menores son expuestos a los contenidos en los videojuegos en que se muestran imágenes de violencia, discriminación o sexo, haciéndose de esta forma la evidente necesidad de prevenir a la juventud de exposiciones tales. Respecto a esto tenemos que decir algo, es cierto que hoy por hoy la facilidad para el acceso a las imágenes vejatorias por parte de menores es realmente excesiva, y a pesar de que los videojuegos están claramente señalados, es un hecho sabido que por lo general los padres son incapaces de vigilar lo que hacen sus hijos, quizá porque el tiempo que pueden dedicarle a estos es demasiado reducido, o quizá porque simplemente no tienen la madurez necesaria como para educar a sus primogénitos. Sin embargo, entre las soluciones no solamente se sugiere un endurecimiento de la ligereza con las que se dan algunas calificaciones de menos nivel a videojuegos cuya violencia es algo superior, aunque a nuestro juicio esto se da en muy pocas ocasiones, sino también la eliminación de esta violencia o la prohibición de la venta de estos, en base a la idea de que las leyes dictan que el Estado debe cuidar de no difundir imágenes que puedan inducir a los ciudadanos a la violencia o discriminación. El argumento de que este tipo de violencia no es exclusiva de los videojuegos, y que se da en muchos medios como la televisión, la música (y no solamente la reciente, también la tradicional) o la literatura resulta débil, pues aunque se puede hacer la acusación de que los medios no se han cebado tanto en estas formas de entretenimiento o cultura, esto no libra a la industria del videojuego del pecado, aunque sí ponga en tela de juicio el método de actuar que tienen muchas asociaciones, que siguen suponiendo- lamentablemente- que el videojuego se trata de un juguete diseñado exclusivamente para niños, cuando de hecho se trata de un juguete que- sin dejar de serlo- no necesariamente está orientado a un público infantil. La pregunta que quiero lanzarle esta vez es vieja, ya desde el siglo XVIII lleva advirtiéndose de esto, y es la concepción del Estado que se expone aquí. Ya dijo el célebre poeta Hölderlin aquello de "
No sabe cuanto peca el que quiere hacer del Estado una escuela de costumbres [...] El Estado no es más que la ruda corteza que envuelve el meollo de la vida. Es el muro que rodea el jardín de los frutos y flores humanos". Creo que puedo decir que pienso, y con bastante seguridad en lo que digo, que cuantas más leyes de censura- y es que se trata de una censura, a pesar de ser políticamente correcta- más estúpidas está suponiendo el Estado a las masas a las que supuestamente gobierna.
Quizá en base a esto, quepa suponer que esta prohibición, esta censura, se trata de una actuación por medio de la fuerza legal- no como la fuerza física, pero fuerza no obstante en tanto y que se opta por conminar a los que nieguen a cumplir la obligación- contra una forma de entretenimiento por considerarse inmoral lo que esta muestra, llevando a sugerir un paternalismo Estatal que en nuestra opinión resulta un tanto injusto. Y ahora mi pregunta es, y espero que usted me escuche...¿Por qué así? ¿No sería más justo, más racional, más justificable que, en lugar de sugerir una censura, se sugiera una campaña de concienciación? Qué tal, por ejemplo, que en algún espacio entre algún anuncio publicitario impresionantemente estúpido y otro anuncio publicitario exageradamente ridículo, se incluya, por ejemplo, veinte segundos de información sobre como son evaluados los videojuegos. Informar sobre videojuegos quizá ayudará a los padres a entender a que riesgos se exponen sus hijos, y como decidir qué se puede y no se puede comprar. Quizá, caballero, sea eso mejor que ir directamente a la ley seca (de sangre).
Llene la copa, por favor. Gracias. Bien, habiendo cubierto un problema importante, me toca ahora citar otro error que comete usted en su documento, que es el de criticar el videojuego directamente, utilizando ejemplos de videojuegos que muestran imágenes aberrantes. En su documento cita varios juegos que se encuentran en la web, en los que se producen cosas realmente estremecedoras, mostrando violaciones y tratos horribles. No le discutiré, señor, que esto es vergonzoso, pero...¿Es la culpa del videojuego? Hace un tiempo, en Japón hubo una tragedia en la que una niña- en base a los comentarios negativos que había hecho una compañera de clase suya en una página web- cometió un homicidio contra dicha persona, con un cuchillo, a la hora de comer, en el colegio. Muchos medios de comunicación japoneses apuntaron a internet como culpable de esto. Realmente, si lo pensamos, es ridículo. Igualmente ridículo es culpar a los videojuegos de que se usen- con fines no comerciales- para mostrar cosas degenerantes: el videojuego ha sido un medio de expresión, no el culpable de esto. Pues bajo los mismos axiomas, podríamos culpar a internet por ser el lugar por el que llega, podemos culpar a los ordenadores por ser las máquinas en que se reproducen, podemos acusar a la empresa "Macromedia" por desarrollar herramientas para que se puedan programar tales vergüenzas. Igualmente, no hay que culpar a internet por el asesinato de la niña japonesa: culpemos a los cuchillos, a los colegios, o a la hora de comer. Si yo ahora comenzase a describir con todo detalle un libro en el cual se muestran maltratos a mujeres y niños...¿A quién se debe culpar? No creo que nadie dijese que hay que acusar al papel, a la tinta, a las palabras, a la existencia del alfabeto mismo. La culpa sería tan solo mía. Entonces, ¿Por qué culpar al videojuego gratuito en internet, cuando el único responsable del mal uso de este medio es el diseñador del juego o empresa diseñadora? En el caso de los juegos online que citan ustedes, los únicos responsables son los creadores. Los únicos irresponsables, aquellos cuidadores que permiten a los menores acceder a esos contenidos. Aunque el gobierno desarrollase una ley contra esto, podrían alojarse en servidores extranjeros estos juegos. Existen programas para regular el acceso de menores a estos contenidos: creemos que la única exigencia al gobierno debería ser el permitir la descarga gratuita de programas tales. También quisiera destacar, aunque consciente de que no se trata de un tema esencial sino accidental, un error en su documento:
"En la línea de JFK Reloaded, Amnistía Internacional ha encontrado otros videojuegos en Internet del género denominado Docujuego que, a pesar de su pretendida intención documental, ofrecen a los internautas la violación de los derechos humanos en clave de entretenimiento. SEPTEMEBER 12th sitúa al jugador en la guerra de Afganistán, tras el punto de mira de un arma estadounidense. Si el jugador mata civiles de un poblado afgano, sus familiares se convertirán en kamikazes."
Y bien, simplemente decir que se equivoca, no se trata de la violación de los derechos humanos como entretenimiento. El juego dice en su introducción: "
Esto no es un juego, no puedes ganar ni puedes perder. Esto es simulación, no tiene final y ha comenzado: las reglas son simples, puedes disparar o puedes no hacerlo. Esto es un modelo simple que puedes usar para explorar algunos aspectos de la guerra contra el terrorismo". Pese a la violencia, este juego claramente tiene una intención didáctica: el usuario está siendo convencido de un mensaje pacifista, y es el de que la violencia genera violencia. En ningún momento hay sadismo o recreación en los aspectos criticados. Esta es la misma web responsable de
esto.
Bien, ya nos acercamos al final. ¿Me invita usted a un cigarro? Muchas gracias. Bueno, pues quisiera citar lo que parece el tema principal de su documento, y es la discriminación sexual que padecen las mujeres en los videojuegos, donde suelen ser reducidas a estereotipos y objetos sexuales. Tiene usted razón. Es cierto que la moral- o falta de- capitalista dice que "si demandan mierda, dales mierda". Mierda hay. Mierda sobra. De ella estamos hasta el cuello, no solamente en el mundo de los videojuegos. Y aunque creo que las imágenes de violencia difícilmente llevarán a violencia real, si creo que el machismo extremo puede nublar el juicio, a pesar de que no creo que este machismo sea exclusivo de los videojuegos, pregunte sino a los directivos de "Axe". Sin embargo, le diré que tengo la confianza de que en un futuro, cuando haya una mayor cantidad de público femenino en los videojuegos (y le informo de que este incrementa), la demanda cambiará, aunque me sumo a sus exigencias, por ahora. Aun así, debo también decir que no todo se reduce a estereotipos y objetos sexuales, y de la misma manera que encontramos a personajes masculinos desarrollados como si fuesen personas y no muñecos hinchables, también hay cada vez mayor número de mujeres que reciben ese desarrollo, no cargadas de estereotipos. Sin embargo, una crítica que creo que debo citar es la de suponer que los videojuegos fomentan la violencia de género: no negaré la existencia de muestras de violencia respecto a las mujeres, y yo mismo me considero un defensor de las leyes de protección, pero tengo una pregunta muy sencilla ¿Por qué es más denunciable que se muestre la violencia contra las mujeres que contra los hombres? Como he expuesto arriba, suponiendo que el jugador sea mayor de edad y esté en sus facultades mentales, no sé por qué se debe alertar de esto. ¿No nos enseñó Piaget cómo a los 18 se encuentran las facultades de abstracción perfectamente desarrollados en la mayoría de seres humanos? Así, supongo que un adulto sabe diferenciar la fantasía del videojuego, y como deduzco que ver imágenes violentas en Grand Theft Auto: Vice City no llevará al maltrato por parte de nadie a ningún hombre, no sé por qué debería suponer que así ocurriría con respecto a la mujer. Sé que mucha gente es inconsciente de lo mal que está reducir a la mujer a un objeto, sin embargo, creo que la mayoría de hombres son conscientes de lo malo que es el maltrato a las mujeres, y creo también que un videojuego no podrá cambiar eso: tampoco creo que un videojuego sea el responsable de que el jugador pueda maltratar a una mujer, no soy psicólogo, pero sospecho que los maltratadores tienen razones más complejas que las influencias del ocio electrónico.
Oiga, muy bueno el cigarro, antes de irme quisiera decir que su crítica a la prensa del videojuego me parece interesante. Yo personalmente prefiero evitar los comentarios sexistas siempre que sea consciente de que estoy cayendo en faltas tales, pero sí pienso que todos los redactores de la prensa deberían tenerlo en cuenta. Muchos de nostros hemos dejado de comprar una revista- cuyo nombre no voy a mencionar- por el enfoque machista de esta, no en vano mostraban en la portada titulares más propios de Playboy que de una revista del sector, y en el interior comparaciones entre los atributos de diversas protagonistas: tal es la vergüenza que produce la lectura de algunos artículos que justifica la falta de confianza en algunos medios, pero vale decir que no es algo generalizado, si bien algo a evitar.
Bueno, ha sido un placer hablar con usted, yo por mi parte he dicho todo lo que debía, que ha sido mucho. Oh, ¿Me está ofreciendo vino? Gracias, aunque tengo un paladar algo fino...¡Oh, ese es bueno! A todo esto, y antes de hacer disfrutar a mi paladar, quiero dejarle claro que pese a nuestras discrepancias, sigo admirando su trabajo. Que Dios le guarde muchos años.
Amén.