PlayStation 3
Xbox 360
Nivel del Mediterráneo
En las oficinas de Proein nos enseñaron un nivel del nuevo Tomb Raider.
Por Pablo Ayllón Lolo,
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Los chicos de Proein nos invitaron ayer a sus oficinas en Madrid para mostrarnos un nivel de la nueva entrega de la saga protagonizada por la archiconocida Lara Croft. También nos demostraron que son unos anfitriones de lujo, pero eso ya es otra historia. Tomb Raider Underworld, cuyo lanzamiento está previsto en noviembre de este mismo año para varias plataformas, promete superar a los últimos títulos de la saga, Legend y Anniversary. La versión que nos mostraron es la de Xbox 360, pero, según nos dijeron, la de PS3 será idéntica. También aparecerá en PC, PS2, Wii y NDS, las dos últimas con características específicas.
Durante más de una hora estuvimos viendo un nivel del juego en el que la señorita Croft se sumerge hasta las profundidades del Mediterráneo para explorar los vestigios de un templo escandinavo. Su objetivo es encontrar uno de los artefactos más emblemáticos de esta mitología, el poderoso martillo del dios Thor. No será el único paraje que visitará la arqueóloga en la versión final, ya que en ella también nos adentraremos en Tailandia, una selva de México e incluso el Ártico. La variedad de localizaciones está asegurada.
Hablemos un poco del desarrollo del nivel. Todo empieza con Lara en la cubierta de una embarcación desde la que procede a zambullirse enfundada en un traje de neopreno. En su descenso al fondo marino podemos ver cómo el templo pasa de ser una sombra desdibujada a una construcción de grandes proporciones y con múltiples recovecos. Las aguas del Mediterráneo no son seguras y, al poco tiempo, los tiburones que las merodean comienzan a acercarse peligrosamente. Suerte que Lara lleva sus inseparables pistolas gemelas y un rifle de arpones para dar buena cuenta de ellos.
La idea es que los niveles de Tomb Raider Underworld sean un gran puzle en sí mismos y, a su vez, estén compuestos por otros más pequeños. La salida del templo escandinavo está custodiada por el Kraken, un pulpo gigantesco. La puerta que da acceso a la sala en la que está tiene tres losas circulares que se mueven mediante unas válvulas. Sólo hay una en su sitio, de modo que Lara tiene que explorar el templo en busca de las otras dos. Un dato curioso es que los objetos que se encuentran no van a parar al inventario, sino que Lara los lleva en la mano en todo momento. Una vez se han encontrado, colocado y girado en el orden exacto, es el momento de ingeniárselas para lidiar con la bestia.
Con sus enormes tentáculos, el Kraken puede darnos un latigazo estemos en el lugar que estemos. Salta a la vista que la forma de quitarlo de nuestro consiste en descolgar la plataforma con pinchos que está justo encima de él. Para conseguirlo tenemos que recorrer todos los pasajes que conectan las diferentes zonas de la sala central para activar palancas, colocar engranajes y retirar las extremidades del monstruo poco a poco. Los escenarios se pueden recorrer de muchas formas diferentes; se ha intentado crear una sensación de exploración sin linealidad en un entorno más interactivo que nunca. Unos itinerarios son más seguros que otros, pero a veces uno no tiene más remedio que arriesgarse. Además, en este nivel las medusas campan a sus anchas, así que uno tiene que tener cuidado y fijarse por dónde nada.
Para salir airosa de sus aventuras, Lara cuenta con varios artilugios que le facilitan el avance. Cuando está perdida y no sabe hacia dónde dirigirse (situación que se puede dar fácilmente en unos escenarios tan grandes), puede echar mano de un mapa tridimensional con sónar que le indica los puntos de acceso a las ruinas y la ubicación de objetos. Algunas entradas al templo están muy bien escondidas, así que usarlo es fundamental. También hay objetos secretos que se pueden hallar gracias a su ayuda.
Durante más de una hora estuvimos viendo un nivel del juego en el que la señorita Croft se sumerge hasta las profundidades del Mediterráneo para explorar los vestigios de un templo escandinavo. Su objetivo es encontrar uno de los artefactos más emblemáticos de esta mitología, el poderoso martillo del dios Thor. No será el único paraje que visitará la arqueóloga en la versión final, ya que en ella también nos adentraremos en Tailandia, una selva de México e incluso el Ártico. La variedad de localizaciones está asegurada.
Hablemos un poco del desarrollo del nivel. Todo empieza con Lara en la cubierta de una embarcación desde la que procede a zambullirse enfundada en un traje de neopreno. En su descenso al fondo marino podemos ver cómo el templo pasa de ser una sombra desdibujada a una construcción de grandes proporciones y con múltiples recovecos. Las aguas del Mediterráneo no son seguras y, al poco tiempo, los tiburones que las merodean comienzan a acercarse peligrosamente. Suerte que Lara lleva sus inseparables pistolas gemelas y un rifle de arpones para dar buena cuenta de ellos.
La idea es que los niveles de Tomb Raider Underworld sean un gran puzle en sí mismos y, a su vez, estén compuestos por otros más pequeños. La salida del templo escandinavo está custodiada por el Kraken, un pulpo gigantesco. La puerta que da acceso a la sala en la que está tiene tres losas circulares que se mueven mediante unas válvulas. Sólo hay una en su sitio, de modo que Lara tiene que explorar el templo en busca de las otras dos. Un dato curioso es que los objetos que se encuentran no van a parar al inventario, sino que Lara los lleva en la mano en todo momento. Una vez se han encontrado, colocado y girado en el orden exacto, es el momento de ingeniárselas para lidiar con la bestia.
Con sus enormes tentáculos, el Kraken puede darnos un latigazo estemos en el lugar que estemos. Salta a la vista que la forma de quitarlo de nuestro consiste en descolgar la plataforma con pinchos que está justo encima de él. Para conseguirlo tenemos que recorrer todos los pasajes que conectan las diferentes zonas de la sala central para activar palancas, colocar engranajes y retirar las extremidades del monstruo poco a poco. Los escenarios se pueden recorrer de muchas formas diferentes; se ha intentado crear una sensación de exploración sin linealidad en un entorno más interactivo que nunca. Unos itinerarios son más seguros que otros, pero a veces uno no tiene más remedio que arriesgarse. Además, en este nivel las medusas campan a sus anchas, así que uno tiene que tener cuidado y fijarse por dónde nada.
Para salir airosa de sus aventuras, Lara cuenta con varios artilugios que le facilitan el avance. Cuando está perdida y no sabe hacia dónde dirigirse (situación que se puede dar fácilmente en unos escenarios tan grandes), puede echar mano de un mapa tridimensional con sónar que le indica los puntos de acceso a las ruinas y la ubicación de objetos. Algunas entradas al templo están muy bien escondidas, así que usarlo es fundamental. También hay objetos secretos que se pueden hallar gracias a su ayuda.