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Jugamos a The DioField Chronicle - Preview del próximo RPG de Square Enix
The DioField Chronicle es otra vuelta de tuerca al rol en tiempo real, ambientado en un mundo de fantasía épica

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La cantidad de nuevas franquicias que inventa Square Enix es algo digno de alabanza. Cada año, la compañía japonesa saca al mercado un puñado de juegos de rol y muchos de ellos tienen nombres nuevos, pese a mantener la esencia de sus grandes clásicos. No hay duda de que sus grandes estandartes son Final Fantasy y Dragon Quest, pero eso no significa que la creatividad se termine ahí. Títulos como Bravely Default o Triangle Strategy tienen un aroma tradicional inconfundible pero inauguran nuevos caminos; entre sus próximos lanzamientos podemos señalar el esperadísimo Forspoken, Harvestella o The DioField Chronicle.

Hemos tenido acceso a una versión demo de The DioField Cronicle en la que probar el comienzo del juego. En esta demo, que estará disponible al público más adelante, hay un buen repaso a lo que va a ofrecer este próximo RPG, que cuenta con numerosas particularidades. Este fue un juego anunciado este mismo año, y que parece ser más bien un experimento de presupuesto moderado para intentar asentar nuevas fórmulas jugables. Con este precedente, hay razones para pensar que ciertos jugadores recibirán The DioField Chronicle con los brazos abiertos. El primer escollo que se nos presenta es el idioma: a pesar de tener traducción a varios idiomas europeos, el español no es uno de ellos.
Apenas hemos conocido el principio de la historia, que no va mucho más allá de presentar el mundo y sus protagonistas. The DioField Chronicle sigue el manual de JRPG tradicional, con una ambientación de fantasía épica, espadas, magias y criaturas mitológicas. DioField es el reino del que proceden los tres mercenarios que comienzan la historia; una isla situada al noroeste del mapa que ve desde lejos cómo se desarrolla una contienda en el continente principal. Por azares del destino, el grupo se ve envuelto en un combate para rescatar a una persona de las altas esferas, lo que les lleva a formar parte de la guardia de un duque importante en DioField.
La residencia del duque es la base de operaciones, un lugar en el que podemos controlar a uno de los protagonistas libremente para hablar con personajes secundarios, elegir misiones o mejorar el equipo. Desde aquí se van a trazar los planes para acabar con las amenazas de DioField; los personajes y entornos están recreados con una estética muy particular, como si fueran figuras de porcelana. Los colores, muy suavizados y luminosos, y ciertos efectos gráficos le dan un toque interesante a este universo. La cantidad y calidad de animaciones nos demuestra que, como decíamos antes, este es un proyecto menor en la cartera de Square Enix, y no hay demasiados alardes técnicos pero consigue crear un estilo propio.

De la residencia podemos empezar misiones que nos llevarán directamente al campo de batalla, sin fases de exploración intermedia ni nada que se le parezca. Esta es una fórmula parecida a la que seguía Fire Emblem: Three Houses por ejemplo. Cada misión tiene unos objetivos para superarla y ciertas metas secundarias que nos otorgan recompensas, como terminar antes de un tiempo determinado o conseguir terminar con todos los enemigos. Antes de empezar a luchar, una pantalla de configuración nos permite personalizar nuestro grupo: elegir armas, habilidades, subir de nivel y demás acciones habituales en este género. Hay cierto grado de estrategia en este punto, cuando podemos elegir qué personajes entrarán en el combate: solo cuatro de ellos podrán participar activamente, y otros cuatro pueden entrar como apoyo para prestar sus habilidades.
El combate sigue una mecánica más cercana a los juegos de rol de PC que a los que estamos habituados en consola. Hablo de los clásicos de Bioware, Blizzard u Obsidian, como Baldur's Gate, Neverwinter Nights o Diablo. En este caso, lógicamente, no tenemos teclado y ratón, pero el sistema se implementa con mando de manera lo más cercana posible. Podemos mover a las unidades de manera independiente o conjunta sobre el escenario, y cuando nos acercamos a un enemigo comienza la pelea mediante ataques automáticos. Un submenú nos permite detener el tiempo para elegir qué ataque especial ejecutar, ideal para golpear desde la distancia o desencadenar un poderoso hechizo que afecte a varios enemigos. Posicionar a los personajes es esencial para evitar que los más débiles reciban daño, algo que también podemos conseguir con habilidades que atraen la agresividad del enemigo.
Saber con qué unidad atacar primero, qué ataques especiales utilizar o si vale la pena ponerse a la defensiva es vital para superar cada misión. En una de las fases que hemos jugado, la prioridad era defender la entrada a una casa, con varios enemigos apareciendo desde varios lugares del mapa. Mover a nuestros héroes de manera inteligente y evitar que varios arqueros nos rodeen requiere una mezcla de improvisación y planificación rápida; por suerte, uno de los personajes en esa misión es capaz de curar a otros del equipo, así que todo es más fácil siempre que no quede expuesto a los ataques. Este sistema de combate, a pesar de su aparente simplicidad, funciona especialmente bien cuando los enemigos toman la iniciativa y nos empujan a tomar decisiones tácticas.

The DioField Chronicle es una combinación sorprendente entre el RPG japonés y el RPG occidental, que integra ingredientes de ambos. No deja de ser un juego táctico, pero con una jugabilidad mucho más ágil, en apenas unos minutos podemos superar una misión. Su principal característica, el combate en tiempo real, resulta interesante pero tendremos que ver si alcanza suficiente complejidad para ofrecer un desafío interesante. No podemos evitar pensar que es un juego óptimo para teclado y ratón, aunque con un mando la experiencia es aceptable. Si es capaz de ofrecer una jugabilidad gratificante, y la historia de fantasía épica nos da motivos de peso para involucrarnos de verdad en DioField, este podría ser un juego realmente interesante.


Hemos tenido acceso a una versión demo de The DioField Cronicle en la que probar el comienzo del juego. En esta demo, que estará disponible al público más adelante, hay un buen repaso a lo que va a ofrecer este próximo RPG, que cuenta con numerosas particularidades. Este fue un juego anunciado este mismo año, y que parece ser más bien un experimento de presupuesto moderado para intentar asentar nuevas fórmulas jugables. Con este precedente, hay razones para pensar que ciertos jugadores recibirán The DioField Chronicle con los brazos abiertos. El primer escollo que se nos presenta es el idioma: a pesar de tener traducción a varios idiomas europeos, el español no es uno de ellos.
«Hay razones para pensar que ciertos jugadores recibirán The DioField Chronicle con los brazos abiertos»
Apenas hemos conocido el principio de la historia, que no va mucho más allá de presentar el mundo y sus protagonistas. The DioField Chronicle sigue el manual de JRPG tradicional, con una ambientación de fantasía épica, espadas, magias y criaturas mitológicas. DioField es el reino del que proceden los tres mercenarios que comienzan la historia; una isla situada al noroeste del mapa que ve desde lejos cómo se desarrolla una contienda en el continente principal. Por azares del destino, el grupo se ve envuelto en un combate para rescatar a una persona de las altas esferas, lo que les lleva a formar parte de la guardia de un duque importante en DioField.
La residencia del duque es la base de operaciones, un lugar en el que podemos controlar a uno de los protagonistas libremente para hablar con personajes secundarios, elegir misiones o mejorar el equipo. Desde aquí se van a trazar los planes para acabar con las amenazas de DioField; los personajes y entornos están recreados con una estética muy particular, como si fueran figuras de porcelana. Los colores, muy suavizados y luminosos, y ciertos efectos gráficos le dan un toque interesante a este universo. La cantidad y calidad de animaciones nos demuestra que, como decíamos antes, este es un proyecto menor en la cartera de Square Enix, y no hay demasiados alardes técnicos pero consigue crear un estilo propio.


De la residencia podemos empezar misiones que nos llevarán directamente al campo de batalla, sin fases de exploración intermedia ni nada que se le parezca. Esta es una fórmula parecida a la que seguía Fire Emblem: Three Houses por ejemplo. Cada misión tiene unos objetivos para superarla y ciertas metas secundarias que nos otorgan recompensas, como terminar antes de un tiempo determinado o conseguir terminar con todos los enemigos. Antes de empezar a luchar, una pantalla de configuración nos permite personalizar nuestro grupo: elegir armas, habilidades, subir de nivel y demás acciones habituales en este género. Hay cierto grado de estrategia en este punto, cuando podemos elegir qué personajes entrarán en el combate: solo cuatro de ellos podrán participar activamente, y otros cuatro pueden entrar como apoyo para prestar sus habilidades.
El combate sigue una mecánica más cercana a los juegos de rol de PC que a los que estamos habituados en consola. Hablo de los clásicos de Bioware, Blizzard u Obsidian, como Baldur's Gate, Neverwinter Nights o Diablo. En este caso, lógicamente, no tenemos teclado y ratón, pero el sistema se implementa con mando de manera lo más cercana posible. Podemos mover a las unidades de manera independiente o conjunta sobre el escenario, y cuando nos acercamos a un enemigo comienza la pelea mediante ataques automáticos. Un submenú nos permite detener el tiempo para elegir qué ataque especial ejecutar, ideal para golpear desde la distancia o desencadenar un poderoso hechizo que afecte a varios enemigos. Posicionar a los personajes es esencial para evitar que los más débiles reciban daño, algo que también podemos conseguir con habilidades que atraen la agresividad del enemigo.
«Mover a nuestros héroes de manera inteligente y evitar que varios arqueros nos rodeen requiere una mezcla de improvisación y planificación rápida»
Saber con qué unidad atacar primero, qué ataques especiales utilizar o si vale la pena ponerse a la defensiva es vital para superar cada misión. En una de las fases que hemos jugado, la prioridad era defender la entrada a una casa, con varios enemigos apareciendo desde varios lugares del mapa. Mover a nuestros héroes de manera inteligente y evitar que varios arqueros nos rodeen requiere una mezcla de improvisación y planificación rápida; por suerte, uno de los personajes en esa misión es capaz de curar a otros del equipo, así que todo es más fácil siempre que no quede expuesto a los ataques. Este sistema de combate, a pesar de su aparente simplicidad, funciona especialmente bien cuando los enemigos toman la iniciativa y nos empujan a tomar decisiones tácticas.


The DioField Chronicle es una combinación sorprendente entre el RPG japonés y el RPG occidental, que integra ingredientes de ambos. No deja de ser un juego táctico, pero con una jugabilidad mucho más ágil, en apenas unos minutos podemos superar una misión. Su principal característica, el combate en tiempo real, resulta interesante pero tendremos que ver si alcanza suficiente complejidad para ofrecer un desafío interesante. No podemos evitar pensar que es un juego óptimo para teclado y ratón, aunque con un mando la experiencia es aceptable. Si es capaz de ofrecer una jugabilidad gratificante, y la historia de fantasía épica nos da motivos de peso para involucrarnos de verdad en DioField, este podría ser un juego realmente interesante.
Jugado en PS5. Demo digital facilitada por PLAION
El sistema de combate es atípico y original
De momento no le hemos visto el gancho argumental
