Jugamos a la demo

La demostración comienza con su protagonista secuestrado por tres misteriosos hombres, crucificado y con una máquina extrayéndole su poder de la Oscuridad. Uno es un fornido varón armado, otro es más enclenque y con gustos reprobables y el jefe, cojo y deforme, es quien habla todo el rato. Además puede teletransportarse ante sus narices. Quiere arrebatar la Oscuridad a Jackie pero no puede conseguirlo si éste desea ese poder, ya que sólo él puede desprenderse de él. Por un lado no lo quiere porque le fastidia su vida y le trae muchos problemas, pero por otro lo desea porque se siente invencible. Así pues no le queda más que aguantar la tortura, y entre tanto va recordando diferentes episodios recientes de su vida.

El primer recuerdo está ubicado en un lujoso restaurante. Su ayudante le conduce por los pasillos hasta que llegar a una sala reservada donde le esperan dos mujeres alegres. Pero la alegría no dura mucho porque una bala atraviesa la cabeza de una y, al momento, un coche atraviesa la pared de madera más cercana provoca un incendio y unos matones vestidos de mono naranja de una banda mafiosa rival irrumpen en el restaurante disparando a todo el mundo. El protagonista no puede ponerse de pie porque su pierna está malherida, así que su ayudante le arrastra por el suelo, por consiguiente durante esta parte no se puede controlar ni elegir a dónde ir, sólo disparar a ras del suelo, como un shooter sobre raíles. Casi todos los civiles están muertos, nuestra familia intentan defenderse pero muere igualmente. Aparecen más furgonetas que irrumpen por los ventanales con sus consiguientes explosiones. Al compañero le hieren y al no poder disparar presta su pistola a Jackie, quien puede utilizar ahora dos armas al mismo tiempo. Se esconden en la cocina pero no sirve de nada: alguien dejó el gas abierto para provocar una explosión.

Un matón aparece y se agacha para burlarse del moribundo, pero no cuenta con que éste tiene poderes y los brazos de demonio (los característicos tentáculos-serpiente) acaban con él. La Oscuridad ha vuelto a despertarse de su letargo y cura la pierna de su portador, ahora es el momento de neutralizar a la amenaza con estos poderes. Sale de la cocina en llamas por la puerta trasera y se adentra por un callejón, tras una escena en que despacha a tres matones es el momento de practicar con estos apéndices. En esta entrega los brazos del demonio tienen su propia personalidad y hablan entre ellos: el de la derecha se especializa en cortar y matar y el de la izquierda en agarrar objetos lejanos o enemigos. Vemos cómo se puede recoger un tubo de acero para empalar a alguien en la pared o agarrarle por la pierna para suspenderlo en el aire y luego decapitarlo, partirlo en dos o atravesarle el pecho.

Antes de abandonar el callejón aparece una imagen fantasmal de cierto personaje femenino de la primera parte pero desaparece al instante, luego Jackie se cuela por una tienda y ejecuta a un enemigo que está de espaldas y distraído. La ejecución es una novedad del juego: si pillamos a alguien por la espalda podemos matarlo de forma rápida, eficaz y silenciosa con las pistolas o los brazos del demonio. A continuación sale a la calle donde numerosos enemigos le aguardan, arranca primero la puerta de un coche para usarlo como escudo, con la ventaja añadida de poder disparar a través de la ventanilla y la arroja contra un matón, al igual que hace con un parquímetro. Este recuerdo finaliza cuando una explosión nos incapacita.