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Probamos la beta en el desierto
Probamos la tercera entrega de la exitosa franquicia de francontiradores.
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Karl, Adolf y nosotros
En 2012 Rebellion resucitó uno de sus mejores juegos con Sniper Elite V2, una segunda parte-remake de las andanzas del agente especial Karl Fairburne durante la Segunda Guerra Mundial. De una manera merecida tuvo éxito comercial, algo difícil para un título de sigilo con francotiradores puesto que los usuarios suelen estar acostumbrados a la acción bélica más descarnada y rápida.
Nos hemos acercado a las oficinas de 505 Games para probar una versión beta y desentrañar los misterios de esta nueva entrega. "El paso de Halfaya" es el tercer nivel de la campaña y el que hemos jugado nosotros, el cual nos muestra el potencial y evolución del juego. Rebellion ha estado escuchando las peticiones y comentarios de los usuarios para realizar un trabajo a su gusto, unos cambios que afectan a la jugabilidad, dificultad y diseño de los niveles.
Lo importante de este juego es el sigilo, ahora perfeccionado gracias al marcador de visibilidad y la reubicación en caso de ser detectado. El icono de un ojo nos indicará el grado de visibilidad en la que nos encontremos: si está abierto de par en par estaremos vulnerables, pero si está entrecerrado seremos invisibles ante los enemigos. Si cometemos un error, nos dejamos ver o causamos ruido al realizar un disparo, los enemigos nos localizarán y perseguirán. En ese momento lo mejor será escapar o esconderse en vez de enfrascarse en un combate, y para ello un marcador nos indicará la distancia de la que debemos alejarnos para escapar de la amenaza inmediata y volver a desaparecer de la visión enemiga. Por supuesto éstos seguirán vigilando y buscándonos pero ya en la zona equivocada.
¡Los enemigos siempre bien lejos, muchacho!
Ante esto nos damos cuenta de que la inteligencia artificial ha mejorado considerablemente respecto a la anterior entrega. En V2 los enemigos también nos buscaban y se ponían en alerta ante cualquier sospecha, pero en ocasiones se quedaban parados o desorientados. Los nuevos enemigos suponen un riesgo mayor, serán más suspicaces a los ruidos, encontrarán los cadáveres con más rapidez y actuarán de manera lógica, como andar con sigilo, planear emboscadas, esconderse, interactuar entre ellos o perseguirnos con insistencia y no dejarnos escapar a los pocos segundos.
Como ocurría en la anterior entrega, el combate directo es lo menos deseable de la aventura y lo más peligroso, no desearemos enfrentarnos con varios enemigos de frente. No obstante si eso ocurre notaremos algunos cambios que añaden más posibilidades jugables y más realismo. Seguiremos eliminando a los enemigos sigilosamente por detrás con un movimiento físico (estrangular, degollar) pero también por delante con un rápido ataque cuerpo a cuerpo. Es una táctica arriesgada, rápida y efectiva, pero claro, hay que acercarse mucho al objetivo. También percibiremos que al recibir daño que nuestra salud no se regenera. Al igual que ocurría con el Sniper Elite de 2005, debemos encontrar, gestionar y utilizar botiquines de salud y vendajes para recuperarnos, lo que nos obligará a ser responsables y tener los ojos bien abiertos.