Desde Europa con terror - Avance RE: Village

La verdad es que, al margen de las expectativas estratosféricas que había creado la presentación jugable de Resident Evil Village, reconozco que me pilló un poco desprevenido el aniversario de un cuarto de siglo de la serie; no era una cuestión de desconocimiento, ya que tiendo a prestar especial atención a todo lo concerniente a los survival horror por meros aspectos de disfrute personal y desvarío mental, sino que más bien creo que simplemente no me había parado a pensar en ello. Veinticinco añazos, que se dice pronto. Al final, quizás es más fácil concebir a algunas franquicias fundamentales de la industria como entes abstractos, como realidades que existen más allá del paso del tiempo, en lugar de como productos, u obras, si nos ponemos en una dimensión más artística, que han sido pensados de arriba a abajo. En el fondo, todo tiene un principio, un momento en el que las ideas confluyen, los bolsillos se abren, y los títulos se publican. En el caso de Resident Evil, habríamos de remontarnos al tétrico ideario de Mikami y compañía para ver el surgimiento no solo de una prolífica y legendaria serie de terror, sino también de buena parte de las características que luego preconfigurarían tanto el survival horror clásico como el moderno. Casi nada.

Y desde entonces han pasado veinticinco años. De ahí la sorpresa; Resident Evil es un fenómeno que siempre resulta actual, debido, precisamente, a que es una propiedad intelectual tan íntimamente ligada al desarrollo de la industria desde la quinta generación, aquella en la que coincidieron consolas de destinos y estrella variable, que es imposible que permanezca en el pasado. A ello contribuyen, sin duda, las reimaginaciones de los clásicos de la serie, como los sensacionales Resident Evil Remake y Resident Evil 2 Remake, o el no tan incombustible Resident Evil 3 Remake. Eso sí, dejando jugabilidades, perspectivas y ambientaciones clásicas, hoy nos ponemos al día con un Resident Evil Village que no duda a la hora de mostrarse rupturista, transgresor, con las aventuras pretéritas del género. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre Resident Evil Village para que su lanzamiento, fechado para el próximo 7 de mayo, no te pille desprevenido.



En primer lugar, cabe señalar que, tal y como se venía rumoreando, Ethan Winters, el protagonista de Resident Evil VII, repite papel estelar en Village. ¿El hilo argumental? Sencillo: resulta que han secuestrado a la hija del bueno de Ethan, que debe estar ya cansadito de problemas, y este se propone rescatarla. La razón del secuestro, no obstante, todavía no está clara, así que advierto de que entramos en el terreno de las hipótesis; en este sentido, a priori creo que es plausible considerar que Mia, otro de los personajes fundamentales de la séptima entrega y pareja sentimental de Ethan, es la madre de la niña, y, teniendo en cuenta los hechos acaecidos en los lóbregos páramos pantanosos gobernados por los Baker (no te preocupes, no entraré en spoilers), es igualmente lógico inferir que la hija dista mucho de ser normal. Ya se sabe, de movidas genéticas e investigaciones chungas va la cosa. También aparece Chris Redfield, uno de los personajes icónicos de la franquicia, con apariencia renovada y cara de pocos amigos; en nuestro anterior avance os comentaba la posibilidad de que fuera el antagonista y/o el coprotagonista de la aventura, y aunque eso todavía no está descartado, vamos a ir poco a poco, que la trama se complica.

Por lo que hemos podido ver, hay varios actores que, de una u otra manera, toman cartas en el secuestro. Por un lado, encontramos a Lady Dimitrescu, una pálida y exuberante mujer, de proporciones colosales y ademanes siniestros, que ha acaparado buena parte del protagonismo en redes sociales. Es pronto para decir qué papel jugará, si bien teniendo en cuenta los hechos, es decir, que está interesada en la sangre del bebé, que quiere realizar un ritual escatológico, y que su fisonomía sugiere una suerte de trasfondo vampírico (o, al menos, una irrefrenable pasión por la hematomancia y la lectura de posos de té), que es una de las personalidades malignas de la aventura es poco menos que una obviedad. En cualquier caso, Lady Dimitrescu parece ser la líder de un aquelarre de brujas que, en cierto modo, recupera la tendencia de terror sobrenatural de ámbito rural europeo del que hacía gala el sensacional e incontrovertido Resident Evil 4, con el que también comparte la introducción del gigantismo (la propia Lady Dimitrescu parece estar en proceso de convertirse en uno).



Esta vuelta a las raíces del horror bucólico se hace patente en el diseño artístico, sin duda, con ese pueblo nevado, de clara ambientación europea, y las fúnebres espesuras que lo encierran en las alturas, pero también en la pluralidad de temas que introduce Resident Evil Village. Los aquelarres, los rituales satánicos, la nobleza presuntamente vampírica, los hombres lobo, en suma, la perversión absoluta de algunos de los valores clásicos de los cuentos de hadas y de la religión tradicional se hace muy fuerte en un título que plantea una vuelta a las raíces del terror occidental. Creo que sería, por tanto, un error pensar que lo nuevo en el survival horror deba revisitar las claves de un apocalipsis zombie, circunstancia que en ningún caso fue la piedra angular de la franquicia (esta es, más bien, la experimentación relativa a la creación de armas biológicas), ya que permitir la libertad artística es una de las mejores recetas para la calidad de una obra. De todos modos, todos los elementos fantásticos se sienten muy Resident Evil; los bichos de las brujas recuerdan a los insectos de la madre Baker, los gigantes se asemejan a los que habíamos visto ya en Resident Evil 4 (con la diferencia de que en Village hay algunos que conservan las funciones mentales intactas), y, en general, todo sugiere una explicación biológica, elemento definitorio de la franquicia.

En el plano jugable, las sospechas se confirman: Resident Evil Village continúa la estela de su predecesor y plantea una perspectiva subjetiva, esto es, en primera persona, y el uso de distintas armas de fuego para sobreponernos a situaciones adversas en aquellos lejanos páramos helados de la Europa profunda. Hemos podido ver varias armas en acción, como la pistola, la escopeta o el rifle, que se unen a la capacidad de cubrirse de los ataques con los brazos, en lo que desde el estudio aseguran que será una mecánica fundamental, para completar el apartado combativo del título, aunque a buen seguro todavía nos quedan muchas sorpresas por descubrir. Cómo no, también vuelve el sistema de persecución de la franquicia, cuya iteración más célebre es el gran Némesis, ahora en forma de aquelarre de pretensiones siniestras.



De igual manera, los parecidos con Resident Evil 4 superan el terreno de lo conceptual y también se traducen en implicaciones jugables; hablo de un sistema de gestión de inventario que recuerda totalmente al de las desventuras de Leon por “España” (con la salvedad de que la mejora de armas parece poder gestionarse a través del inventario en Village), y del regreso espiritual del buhonero, sin duda una de las figuras más queridas e interesantes de la misma cuarta entrega. En este caso, el que se encargará de los trapicheos, así como de soplarnos detalles importantes de contextualización de tanto en tanto, será El Duque, una especie de gigante con obesidad mórbida y un carisma que tira para atrás. El productor ha asegurado que, de alguna manera, comparten orígenes, al tiempo que ha revelado que El Duque protagonizará toda una serie de apariciones curiosas e inesperadas, algo que siempre ha dado pie a situaciones rocambolescas que permiten rebajar un tanto la constante tensión de la aventura. Una de las sorpresas de la noche, junto con Re:Verse, la nueva intentona de Capcom en el terreno de los juegos multijugador, en lo que parece ser una alocada propuesta que enfrentará a los distintos personajes de la franquicia en frenéticos tiroteos online. Es pronto para sacar conclusiones, pero de momento se postula como un añadido interesante a la campaña de Resident Evil Village (será gratuito para aquellos que posean la octava entrega).

Finalmente, en lo relativo al apartado audiovisual, RE Engine no hace sino confirmarse como uno de los motores del momento presentando un acabado gráfico absolutamente espectacular. Es un gustazo contemplar los detalles de Resident Evil Village, algo que los poseedores de PlayStation 5 ya pueden hacer a través de la demo técnica “Maiden”, que si bien no permite disfrutar de las mecánicas jugables del título se erige como toda una demostración de puro músculo técnico. Estamos deseando ver la versión final en movimiento, especialmente la de las consolas de antigua generación, PS4 y Xbox One, después de algunos desaires recientes que hemos visto en la industria.



Conclusiones

Resident Evil Village viene pisando muy fuerte; por un lado, recupera la esencia sobrenatural y rural de un Resident Evil 4 que marcó una generación y que contribuyó en enorme medida a desarrollar los shooters en tercera persona; por otro lado, recoge los elementos que hicieron terrorífica y cautivadora a la séptima entrega, y los mezcla con una ambientación claramente europea que parece beber de multitud de deformaciones de la cultura popular. ¿Hombres lobo? Tienen buena pinta. ¿Vampiros? Póngame dos. ¿Rituales extraños y brujas malévolas? Ya tardaban. Los más puristas podrán decir que eso no es Resident Evil, pero, a fin de cuentas, ¿el nexo explicativo de serie no es la creación y existencia de realidades amargas y morbosas que parecían imposibles, experimentos biológicos mediante? En definitiva, lo tiene todo para ser uno de los títulos de 2021.