Jugamos al acceso anticipado

Dada la relevancia de las mitologías germánicas en la cultura popular actual, y su auge en otras formas de ocio como la televisión o el cine, es quizás de extrañar la escasez de juegos de estrategia que proponen una ambientación escandinava como escenario para la acción. Los dioses mortales, que expanden sus vidas mediante la ingesta de las manzanas de Idun, y sus caóticas aventuras y pesquisas inspiradoras de poesías y cantares, son unos de los grandes olvidados en lo que a los videojuegos se refiere, pese a que en los últimos años se observa un cambio de tendencia gracias a la proliferación de títulos como The Banner Saga o Expeditions: Vikings.

Northgard recoge el testigo de dicha atmósfera esotérica y ancestral, y la enfoca desde una perspectiva estratégica similar a la que en su día tuvo Settlers; encarnamos a uno de los cuatro clanes -cada uno con sus características propias- que pugnan por la supervivencia y la conquista de unas tierras otrora desconocidas. En su periplo por colonizar este nuevo territorio tendrán que hacer frente a grupos vikingos rivales, atraídos por las promesas de riquezas y expansión, a peligros naturales -ventiscas, terremotos, osos, lobos...- y a seres legendarios, como valkirias, draugrs o jotuns. Pero las referencias mitológicas no acaban ahí; la aparición de localizaciones míticas como el portal de Helheim -el reino de la muerte- o el majestuoso Yggdrassil, un gran árbol que representa el axis mundi de la mitología nórdica, tienen un fuerte impacto tanto a nivel visual como en el apartado jugable.


Y es que dichos lugares son capitales para la consecución de la victoria especial del mapa; una condición que varía en función de la zona generada, y que llevará a la fabricación de poderosos artefactos -como la espada de Odín- o a la protección y colonización de todo un área. Sin embargo, también hay otras formas de llevar a un clan a la victoria: dominación, sabiduría, comercio o fama son alternativas perfectamente viables, si bien es cierto que puede dar la impresión de que no están del todo equilibradas. Todas ellas dependen de la gestión de recursos, aspecto fundamental de Northgard, que gira en torno a la población y destaca por su eficaz implementación en la jugabilidad, así como por la presentación de una interfaz sencilla e intuitiva que suaviza la ausencia de tutoriales.

Los aldeanos, bien básico de la economía y el desarrollo, son generados progresivamente en el centro del pueblo, y pueden desempeñar diversas funciones de producción o recolección en las distintas provincias en las que se divide el mapa. Aquí entran en juego los otros elementos necesarios para la prosperidad de nuestro clan; los alimentos, la madera y las monedas, se unen a la fama, la sabiduría o a determinados recursos estratégicos -como el hierro- para componer un sistema fácil de comprender y divertido de optimizar. En conjunto, hallar la consonancia entre todos los componentes es imperativo para la progresión del asentamiento vikingo, no obstante, se echa en falta una mayor complejidad y variedad en numerosos aspectos del título, como los propios recursos o las relaciones con los clanes rivales.

En alusión al apartado visual y artístico, la apariencia agradable e inocente de Northgard contrasta con la imagen misteriosa y épica inherente a las mitologías germánicas. De tonos vivos y carácter caricaturesco, el nuevo título de Shiro Games presenta una estética colorida y desenfadada, con dos estaciones bien diferenciadas tanto en el ámbito gráfico como en el jugable; el fértil y cómodo verano, y el níveo y cruel invierno, que pondrá a prueba la capacidad de supervivencia de los distintos asentamientos, al reducir sustancialmente la producción y aumentar el riesgo de catástrofes naturales.

En definitiva, Northgard es un juego estratégico de gestión marcado por la sencillez y la espectacular mitología nórdica. Su asignatura pendiente es la falta de contenido y profundidad, que esperamos que se solucione con las próximas actualizaciones, pues aún se encuentra en acceso anticipado y algunas características como la campaña no están todavía disponibles. Por tanto, tiene una buena base, pero sólo el tiempo y la dedicación de los desarrolladores determinarán si se queda en una eterna promesa o en un sobresaliente juego de estrategia.