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Xbox 360
Rico Rodríguez, más Rodríguez que nunca
Después de tres años tras su anuncio, por fin hemos podido ver en acción la sorprendente segunda entrega de Just Cause y hemos podido entrevistar a uno de los productores del juego.
Por Álvaro Morillas,
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Han pasado ya casi tres años desde el lanzamiento de la primera parte de las andanzas de Rico Rodríguez, espía norteamericano que forma parte de la Agencia. Si en la primera entrega que salió para PS2, Xbox 360, PC y Xbox, el objetivo era derrocar a un gobierno corrupto en una isla tropical del Caribe, en esta ocasión se trata de otra isla, la isla de Panau, situada en el sudeste de Asia, y nuestra misión será la de derrocar al brutal dictador Baby Panay creando el caos como nadie más sabe hacerlo. Para ello podremos recorrer con total libertad los más de 1.000 km2 de superficie de mil y una maneras distintas. Podremos hacer las misiones que queramos o simplemente recorrer cualquier sitio de la isla sembrando el caos para nuestro propio interés.
Lo que más llama la atención es el enfoque de espectacularidad que se le ha querido dar a la acción, dando a situaciones poco reales, pero bastantes satisfactorias para el jugador. Dicho de otra forma más coloquial, permite al jugador "fliparse" todo lo que quiera. Un ejemplo es el uso del paracaídas, que vamos a poder sacar y recoger a nuestro antojo. Esto nos dará la posibilidad de hacer saltos base desde montañas, edificios o incluso desde cualquier tipo de vehículos, ya sea por tierra, mar o aire. Además el uso del paracaídas no se verá limitado a caer, también habrá momentos en los que podremos planear e incluso subir. Para ello nos será de gran ayuda el garfio, un añadido al más puro estilo Bionic Commando que nos dará muchas opciones. Podremos lanzarlo contra cualquier cosa y recogerlo para arrastrarnos hacia ella. Si tenemos abierto el paracaídas nos dará una inercia adicional que nos permitirá ascender si es eso lo que deseamos. Además también podremos agarrar a dos enemigos y hacerlos chocar entre sí. Si no los matamos así, perderán un tiempo precioso en desembarazarse de la cuerda y podremos dispararles tranquilamente. El uso inteligente de paracaídas y garfio será la clave para salir airoso de las numerosas situaciones de caos en las que nos veremos envueltos. El uso de la palabra "caos" no es casual, ya que será el objetivo primordial del juego, promover el caos destruyendo todo lo que veamos a nuestro paso para ir así enfrentando a las diversas facciones, incluyendo los militares leales al dictador.
Otra característica que se mantiene y se mejora con respecto a la anterior entrega es la de poder robar vehículos y usarlos en nuestro beneficio. Por supuesto, el garfio puede ser usado para ello, ya sea un simple coche o un reactor. El realismo se ve sacrificado en pos de la espectacularidad. En el súmum de las posibilidades del garfio está el poder subirse encima de un vehículo, agarrar un enemigo desde el techo y llevarlo arrastrando por el escenario. Podemos contar una escena que da un buen ejemplo de lo que ofrece Just Cause 2. El objetivo era robar un reactor de los militares que se encontraba dentro de una base fuertemente protegida. Para ello George Wright y Gareth Ramsay robaron un coche y tomaron camino para la base pero cuando estaban cruzando un gran puente echaron el coche fuera y saltaron en marcha abriendo el paracaídas dirigiéndose a la base que se encontraba cerca del puente. Un reactor estaba comenzando a despegar y ellos cayeron justo encima de él. Mientras iba acelerando aprovechaban para acabar con los guardías que se iban quedando atrás. Una vez que acababan con ellos ya podían dedicarse a robar el avión abriendo la compuerta y pulsando una serie de botones para echar al piloto de la cabina y lanzarlo al vacío. Desde ese momento tomaron el control absoluto del reactor pudiendo viajar por toda la isla a velocidades dignas de tal aparato.
Hablando de cifras, aparte de los 1.000 km2 de isla, que se dice pronto, habrá más de 100 vehículos disponibles: motos, barcos, aviones, helicópteros, coches, jeeps, etc. Además habrá docenas de armas: lanzagranadas, lanzacohetes, pistolas, explosivos, etc. Todo al servicio de la acción y de la adrenalina, fiel al estilo marcado en la primera parte. Podremos encontrar 261 poblaciones en toda la isla, ahí presentes para ser destruidas, es decir, para fomentar el caos y conseguir nuestros objetivos. En cuanto al número de misiones, este será de 50 y habrá misiones principales y de facción.
Lo que más llama la atención es el enfoque de espectacularidad que se le ha querido dar a la acción, dando a situaciones poco reales, pero bastantes satisfactorias para el jugador. Dicho de otra forma más coloquial, permite al jugador "fliparse" todo lo que quiera. Un ejemplo es el uso del paracaídas, que vamos a poder sacar y recoger a nuestro antojo. Esto nos dará la posibilidad de hacer saltos base desde montañas, edificios o incluso desde cualquier tipo de vehículos, ya sea por tierra, mar o aire. Además el uso del paracaídas no se verá limitado a caer, también habrá momentos en los que podremos planear e incluso subir. Para ello nos será de gran ayuda el garfio, un añadido al más puro estilo Bionic Commando que nos dará muchas opciones. Podremos lanzarlo contra cualquier cosa y recogerlo para arrastrarnos hacia ella. Si tenemos abierto el paracaídas nos dará una inercia adicional que nos permitirá ascender si es eso lo que deseamos. Además también podremos agarrar a dos enemigos y hacerlos chocar entre sí. Si no los matamos así, perderán un tiempo precioso en desembarazarse de la cuerda y podremos dispararles tranquilamente. El uso inteligente de paracaídas y garfio será la clave para salir airoso de las numerosas situaciones de caos en las que nos veremos envueltos. El uso de la palabra "caos" no es casual, ya que será el objetivo primordial del juego, promover el caos destruyendo todo lo que veamos a nuestro paso para ir así enfrentando a las diversas facciones, incluyendo los militares leales al dictador.
Otra característica que se mantiene y se mejora con respecto a la anterior entrega es la de poder robar vehículos y usarlos en nuestro beneficio. Por supuesto, el garfio puede ser usado para ello, ya sea un simple coche o un reactor. El realismo se ve sacrificado en pos de la espectacularidad. En el súmum de las posibilidades del garfio está el poder subirse encima de un vehículo, agarrar un enemigo desde el techo y llevarlo arrastrando por el escenario. Podemos contar una escena que da un buen ejemplo de lo que ofrece Just Cause 2. El objetivo era robar un reactor de los militares que se encontraba dentro de una base fuertemente protegida. Para ello George Wright y Gareth Ramsay robaron un coche y tomaron camino para la base pero cuando estaban cruzando un gran puente echaron el coche fuera y saltaron en marcha abriendo el paracaídas dirigiéndose a la base que se encontraba cerca del puente. Un reactor estaba comenzando a despegar y ellos cayeron justo encima de él. Mientras iba acelerando aprovechaban para acabar con los guardías que se iban quedando atrás. Una vez que acababan con ellos ya podían dedicarse a robar el avión abriendo la compuerta y pulsando una serie de botones para echar al piloto de la cabina y lanzarlo al vacío. Desde ese momento tomaron el control absoluto del reactor pudiendo viajar por toda la isla a velocidades dignas de tal aparato.
Hablando de cifras, aparte de los 1.000 km2 de isla, que se dice pronto, habrá más de 100 vehículos disponibles: motos, barcos, aviones, helicópteros, coches, jeeps, etc. Además habrá docenas de armas: lanzagranadas, lanzacohetes, pistolas, explosivos, etc. Todo al servicio de la acción y de la adrenalina, fiel al estilo marcado en la primera parte. Podremos encontrar 261 poblaciones en toda la isla, ahí presentes para ser destruidas, es decir, para fomentar el caos y conseguir nuestros objetivos. En cuanto al número de misiones, este será de 50 y habrá misiones principales y de facción.
