Del lápiz y papel al monitor

De un tiempo a esta parte los MMORPG (Massively Multiplayer Online Rol Playing Game) se están convirtiendo en el referente del PC como plataforma de juegos. La posibilidad de enfrascarnos en una vida alternativa con miles de personas reales hace que jugar a uno de estos títulos sea una experiencia que nadie debería dejar pasar. A los World of Warcraft, Lineage, Everquest o Matrix Online ahora tenemos que unir este D&D Online, que pretende meterse de lleno en el panorama con algunas jugosas novedades.

Lo clásico se junta con lo moderno

D&DO se jugará bajo las reglas de D&D 3.5, pero en un nuevo continente ideado por los creadores de la saga (Wizards of the Coast), Xen'drik, incluido dentro de la nueva campaña ideada por WotC, Eberron. Dichas reglas han sido adaptadas para la versión online del juego, por lo que no son fidedignas del todo.

En dicho continente podremos pulular por mazmorras (que no falten), bosques, llanuras, bulliciosas ciudades, ruinas ancestrales, criptas, islas desiertas y otro sinfín de escenarios por los que corretear. Y como es de suponer, por dichos lares encontraremos los más pintorescos enemigos. Pero, y he ahí un punto novedoso, la experiencia que nuestro personaje vaya ganando no se deberá a la cantidad de enemigos que derrote, sino al hecho de completar las búsquedas que se le encarguen (normalmente en pueblos). Por eso, es probable que hasta que no terminemos con todo bicho viviente en una mazmorra entera no obtengamos ni un triste punto de experiencia. Puntos con los que podremos alcanzar hasta veinte niveles en nuestra clase, aunque Turbine, la desarrolladora, pretende implementar otros veinte en futuras expansiones. El hecho de que se haya decidido implementar este sistema para ganar experiencia es con la intención de igualar las posibilidades de subir de nivel tanto de las clases más guerreras como de magos o bardos, las clases menos luchadoras.

Estos personajes pueden ser humanos, elfos, enanos, halflings u hombres de guerra, siendo sus principales clases las de siempre: bárbaro, mago, rogue, clérigo, guerrero, hechicero, paladín, bardo o explorador, amén de poder elegir entre una amplia gama de habilidades con las que moldear nuestro avatar al gusto. Y, para rematar, la posibilidad de crear personajes multiclase, con hasta cuatro diferentes. Eso sí, los puntos de golpe no se podrán cambiar al gusto como los de las habilidades, con cada raza y clase vendrá un número fijo que será inalterable, y que aumentará con cada nuevo nivel de manera automática.

El combate

D&DO no será un PvP, es decir, no podremos entablar batallas con otros jugadores humanos. Esto es un punto que echará atrás a más de uno, pues Turbine se centrará más en el juego cooperativo. Pero incorpora una interesante novedad, y es el hecho de que el combate se controlará en tiempo real, por lo que la espada, por ejemplo, tendrá movimiento libre a cargo del ratón, y los ataques o esquivas que realicemos serán 100% de nuestra cosecha. Así, en principio, el juego parece que incorporará un sistema de combate muy basado en la acción, pero las habilidades de nuestro personaje que se dirijan hacia las artes de la lucha ayudarán a manejar mejor el sistema, por lo que los menos duchos no tendrán excesivos problemas para hacerse con él.