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Impresiones y entrevista a Jean-François Dugas
Pasamos tres horas en el pellejo del hombre biomecánico Adam Jensen.

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Títulos recientes como Borderlands, Alpha Protocol, Fallout 3 y Mass Effect han demostrado que el híbrido de dos géneros tan diferentes como el rol y el shooter puede dar resultados entre buenos y excelentes. La idea no es nueva, de hecho podemos remontarnos a los dos System Shock (inspiradores de Bioshock) y a Deus Ex para encontrar ejemplos similares. Más de diez años después y en pleno apogeo del género, Eidos (ahora propiedad de Square Enix) resucita Deus Ex con Human Revolution, un juego que quiere dar un paso más allá en la toma de decisiones y sus posteriores consecuencias en la trama.
Jean-François Dugas, director de Deus Ex: Human Revolution, vino a Madrid desde Montreal para hablarnos de sus características, responder a nuestras preguntas y, lo más importante, dejarnos el mando por primera vez. La parte más importante de Human Revolution es el argumento, que habla de conspiración, lealtad y moralidad en un futuro en el que la tecnología se implanta en el cuerpo humano. En este sentido se ha intentado proporcionar un enfoque similar al de una novela gráfica. El juego en sí es un shooter con elementos de rol y un desarrollo que combina tiroteos, infiltración, pirateo y diálogos.
El protagonista de Deus Ex: Human Revolution es Adam Jensen, un especialista en seguridad que trabaja para Sarif Industries, una empresa dedicada a los implantes biomecánicos. No todo el mundo está a favor de ellos en 2027. Unos creen que el hombre no debe jugar a ser dios, y otros que es injusto que sólo unos pocos puedan beneficiarse de estas mejoras. El propio Adam no es partidario de estas cosas, por mucho que su jefe y presidente de la empresa le diga que sólo sirven para liberar el poder auténtico del ADN.
El caso es que (y aquí empieza lo interesante) un día se produce un ataque en las instalaciones de Sarif Industries y a Adam le pegan un tiro. Cuando despierta seis meses después ve que tiene el cuerpo lleno de partes biomecánicas, así que está de todo menos contento. Su objetivo es encontrar a los responsables del suceso, pero por supuesto todo forma parte de una conspiración que parece no tener límites.
Jean-François Dugas, director de Deus Ex: Human Revolution, vino a Madrid desde Montreal para hablarnos de sus características, responder a nuestras preguntas y, lo más importante, dejarnos el mando por primera vez. La parte más importante de Human Revolution es el argumento, que habla de conspiración, lealtad y moralidad en un futuro en el que la tecnología se implanta en el cuerpo humano. En este sentido se ha intentado proporcionar un enfoque similar al de una novela gráfica. El juego en sí es un shooter con elementos de rol y un desarrollo que combina tiroteos, infiltración, pirateo y diálogos.
El protagonista de Deus Ex: Human Revolution es Adam Jensen, un especialista en seguridad que trabaja para Sarif Industries, una empresa dedicada a los implantes biomecánicos. No todo el mundo está a favor de ellos en 2027. Unos creen que el hombre no debe jugar a ser dios, y otros que es injusto que sólo unos pocos puedan beneficiarse de estas mejoras. El propio Adam no es partidario de estas cosas, por mucho que su jefe y presidente de la empresa le diga que sólo sirven para liberar el poder auténtico del ADN.
El caso es que (y aquí empieza lo interesante) un día se produce un ataque en las instalaciones de Sarif Industries y a Adam le pegan un tiro. Cuando despierta seis meses después ve que tiene el cuerpo lleno de partes biomecánicas, así que está de todo menos contento. Su objetivo es encontrar a los responsables del suceso, pero por supuesto todo forma parte de una conspiración que parece no tener límites.