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Jugamos a la beta de Call of Duty: Black Ops 6 - Treyarch salva el primer match ball dejando buenas sensaciones
La primera toma de contacto con el multijugador de Black Ops 6 nos deja con un buen sabor de boca.
Por Juan B.,
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Call of Duty no pasa por su mejor momento. Al menos la serie principal, ya que Warzone juega en otra liga y, aunque formen parte de un mismo ente, el battle-royale de Activision funciona de manera independiente. Hay varias razones por las cuales las últimas entregas de Call of Duty han sido las más divisivas, pero todas tienen un factor común: el reinicio de Modern Warfare en 2019. Cuando Activision decidió recuperar al Capitán Price y al resto de su brigada para convertirlo en la piedra angular sobre la que girarían el resto de entregas de la saga, nadie podía esperar que estos cambios echarían por tierra el arquetipo arcade de las entregas clásicas.
En 2020, Treyarch salvaría los muebles con Call of Duty: Black Ops Cold War, una entrega que supo recoger la fórmula de Infinity Ward y la reinterpretó para llevarla a un nuevo punto, destacando el deslizamiento, el vasto arsenal de armas y una jugabilidad redonda. Desde entonces, la saga se encuentra en caída libre. Primero, con Vanguard (2021) siendo uno de los lanzamiento más olvidables de la franquicia, y Modern Warfare II (2022) y Modern Warfare III (2023) fueron los últimos clavos en el ataúd. Una vez más, Treyarch tiene la titánica tarea de salvar los muebles con un Call of Duty: Black Ops 6 que, al menos en su faceta multijugador competitiva, ha conseguido devolver la esperanza.
El movimiento omnidireccional es un gran cierto en Black Ops 6, pero...
Lo primero que salta a la vista de Black Ops 6 es que, pese a mantener el peaje de Call of Duty HQ (es el precio a pagar en la modernización de la franquicia), Treyarch ha hecho una apuesta firme por simplificar los menús. De entrada, el menú principal está mucho más limpio; es fácil acceder a la búsqueda de partida rápida y podemos configurar rápidamente nuestras clases. Al respecto, este sistema de clases ha vuelto a sus orígenes, un poco en la línea de World at War: contamos con tres ventajas, una mejora especial y un repertorio de accesorios. El sistema de navegación por el armero se mantiene algo torpe, pero todo lo demás se ha simplificado, por lo que es un plus para aquellos que venimos de Modern Warfare III. Como parte negativa, las armas más poderosas parece que están tras el clásico pase de batalla y que, cuando el resto de jugadores puedan hacerse con ellas, ya habrán recibido una actualización de balanceo y dejen de formar parte del meta.
No obstante, y a falta de que podamos probar la campaña y los zombis, la gran novedad para Black Ops 6 es la implementación de un nueva movilidad bautizada como movimiento omnidireccional. ¿Recordáis esos saltos de Max Payne 3 lanzándose desde una cobertura en tiempo bala? Pues, en esencia, es prácticamente lo mismo. Sin la cámara lenta, eso sí. Este nuevo movimiento nos da tanta libertad que podemos saltar en cualquier dirección, desde cualquier tipo de terreno (bajo, elevado, en picado, etc.) e incluso nos deja esprintar de espaldas.
Entonces, ¿es este nuevo desplazamiento un añadido revolucionario que cambiará las bases de lo que conocemos como Call of Duty? Pues no, lo cierto es que no es para tanto. El salto hacia los lados es un movimiento muy arriesgado que requiere, primero, de muchísima suerte, pero también de mucha habilidad. Puede ser vital en situaciones puntuales y para algún momento hilarante que se preste a ello, pero el movimiento básico se mantiene perfectamente equilibrado y se puede seguir jugando con normalidad, por lo que el movimiento omnidireccional es un añadido puntual que le da un toque singular a este Black Ops 6. No es nada revolucionario, pero es uno de esos complementos que Treyarch suele dotar a cada entrega de Call of Duty en la que trabaja y que se suele mantener en futuras entregas. Para nosotros, todo un acierto.
Un diseño de mapas increíble lastrado por el SBMM
En lo que respecta al diseño de mapas, Treyarch nos ha vuelto a deleitar con una clase de maestría sobre cómo debe ser un escenario del multijugador de Call of Duty. Es decir, mapas poco complejos de fácil lectura, con una estructura de tres carriles, pocos elementos decorativos de por medio y muchas refriegas. A poco que juegues estos nuevos mapas te darás cuenta que tienen poco que envidiar a los clásicos como Rust o Nuketown (salvando las distancias, por supuesto), en los que predomina el frenetismo. Si hay que sacarle un poco de punta a este apartado, los puntos de reaparición son un tanto arbitrarios y es fácilmente pausible reaparecer prácticamente al lado del equipo enemigo. Lo que sí lastra la experiencia es el SBMM (Skill Based Matchmaking), el sistema de búsqueda por habilidad que nos empareja con otros jugadores de un nivel parecido al nuestro y no por conexión.
El añadido del SBMM ha sido uno de los puntos más conflictivos de la modernización de Call of Duty. Sobre el papel, puede sonar interesante que cada perfil de jugador en función de su habilidad esté en un mismo rebaño, separando a distintos tipos de jugadores y confeccionando partidas que, en teoría, deberían ser más justas. Sin embargo, en la práctica no ocurre así. El SBMM es muy restrictivo y cada partida es más exigente que la anterior. En la beta lo hemos podido comprobar de primera mano y ha sido un tanto frustrante en determinadas horas. Es una pena, ya que se pierde el componente arcade y su diversión más pura para potenciar la competitividad.
CONCLUSIÓN
La beta de Call of Duty: Black Ops 6 nos ha sabido a poco, pero no es menos cierto que nos ha dejado con ganas de más. Se nota que Treyarch quiere caminar su propia senda y basarse en los conceptos que ella mismo integró en Cold War, pero sin dejar a un lado ciertos lastres de las últimas entregas como el SBMM o el quebradero de cabeza que supone adaptarse al meta. Pese a ello, Black Ops 6 tiene, al menos sobre el papel, mejor pinta y un proyecto más dedicado de lo que han sido las últimas entregas de Modern Warfare.
Todavía queda mucho que analizar, y es que no hemos podido jugar al modo Zombis (que recupera el sistema clásico de rondas), ni el resto de modos de juego del multijugador o la campaña que nos llevará hasta la Guerra del Golfo desde la perspectiva de la CIA, pero lo que nos ha enseñado Treyarch tiene los mimbres para ser un gran Call of Duty.
Jugado en PlayStation 5 gracias a un código de la beta proporcionado por HKS Strategies
En 2020, Treyarch salvaría los muebles con Call of Duty: Black Ops Cold War, una entrega que supo recoger la fórmula de Infinity Ward y la reinterpretó para llevarla a un nuevo punto, destacando el deslizamiento, el vasto arsenal de armas y una jugabilidad redonda. Desde entonces, la saga se encuentra en caída libre. Primero, con Vanguard (2021) siendo uno de los lanzamiento más olvidables de la franquicia, y Modern Warfare II (2022) y Modern Warfare III (2023) fueron los últimos clavos en el ataúd. Una vez más, Treyarch tiene la titánica tarea de salvar los muebles con un Call of Duty: Black Ops 6 que, al menos en su faceta multijugador competitiva, ha conseguido devolver la esperanza.
El movimiento omnidireccional es un gran cierto en Black Ops 6, pero...
Lo primero que salta a la vista de Black Ops 6 es que, pese a mantener el peaje de Call of Duty HQ (es el precio a pagar en la modernización de la franquicia), Treyarch ha hecho una apuesta firme por simplificar los menús. De entrada, el menú principal está mucho más limpio; es fácil acceder a la búsqueda de partida rápida y podemos configurar rápidamente nuestras clases. Al respecto, este sistema de clases ha vuelto a sus orígenes, un poco en la línea de World at War: contamos con tres ventajas, una mejora especial y un repertorio de accesorios. El sistema de navegación por el armero se mantiene algo torpe, pero todo lo demás se ha simplificado, por lo que es un plus para aquellos que venimos de Modern Warfare III. Como parte negativa, las armas más poderosas parece que están tras el clásico pase de batalla y que, cuando el resto de jugadores puedan hacerse con ellas, ya habrán recibido una actualización de balanceo y dejen de formar parte del meta.
No obstante, y a falta de que podamos probar la campaña y los zombis, la gran novedad para Black Ops 6 es la implementación de un nueva movilidad bautizada como movimiento omnidireccional. ¿Recordáis esos saltos de Max Payne 3 lanzándose desde una cobertura en tiempo bala? Pues, en esencia, es prácticamente lo mismo. Sin la cámara lenta, eso sí. Este nuevo movimiento nos da tanta libertad que podemos saltar en cualquier dirección, desde cualquier tipo de terreno (bajo, elevado, en picado, etc.) e incluso nos deja esprintar de espaldas.
Entonces, ¿es este nuevo desplazamiento un añadido revolucionario que cambiará las bases de lo que conocemos como Call of Duty? Pues no, lo cierto es que no es para tanto. El salto hacia los lados es un movimiento muy arriesgado que requiere, primero, de muchísima suerte, pero también de mucha habilidad. Puede ser vital en situaciones puntuales y para algún momento hilarante que se preste a ello, pero el movimiento básico se mantiene perfectamente equilibrado y se puede seguir jugando con normalidad, por lo que el movimiento omnidireccional es un añadido puntual que le da un toque singular a este Black Ops 6. No es nada revolucionario, pero es uno de esos complementos que Treyarch suele dotar a cada entrega de Call of Duty en la que trabaja y que se suele mantener en futuras entregas. Para nosotros, todo un acierto.
Un diseño de mapas increíble lastrado por el SBMM
En lo que respecta al diseño de mapas, Treyarch nos ha vuelto a deleitar con una clase de maestría sobre cómo debe ser un escenario del multijugador de Call of Duty. Es decir, mapas poco complejos de fácil lectura, con una estructura de tres carriles, pocos elementos decorativos de por medio y muchas refriegas. A poco que juegues estos nuevos mapas te darás cuenta que tienen poco que envidiar a los clásicos como Rust o Nuketown (salvando las distancias, por supuesto), en los que predomina el frenetismo. Si hay que sacarle un poco de punta a este apartado, los puntos de reaparición son un tanto arbitrarios y es fácilmente pausible reaparecer prácticamente al lado del equipo enemigo. Lo que sí lastra la experiencia es el SBMM (Skill Based Matchmaking), el sistema de búsqueda por habilidad que nos empareja con otros jugadores de un nivel parecido al nuestro y no por conexión.
El añadido del SBMM ha sido uno de los puntos más conflictivos de la modernización de Call of Duty. Sobre el papel, puede sonar interesante que cada perfil de jugador en función de su habilidad esté en un mismo rebaño, separando a distintos tipos de jugadores y confeccionando partidas que, en teoría, deberían ser más justas. Sin embargo, en la práctica no ocurre así. El SBMM es muy restrictivo y cada partida es más exigente que la anterior. En la beta lo hemos podido comprobar de primera mano y ha sido un tanto frustrante en determinadas horas. Es una pena, ya que se pierde el componente arcade y su diversión más pura para potenciar la competitividad.
CONCLUSIÓN
La beta de Call of Duty: Black Ops 6 nos ha sabido a poco, pero no es menos cierto que nos ha dejado con ganas de más. Se nota que Treyarch quiere caminar su propia senda y basarse en los conceptos que ella mismo integró en Cold War, pero sin dejar a un lado ciertos lastres de las últimas entregas como el SBMM o el quebradero de cabeza que supone adaptarse al meta. Pese a ello, Black Ops 6 tiene, al menos sobre el papel, mejor pinta y un proyecto más dedicado de lo que han sido las últimas entregas de Modern Warfare.
Todavía queda mucho que analizar, y es que no hemos podido jugar al modo Zombis (que recupera el sistema clásico de rondas), ni el resto de modos de juego del multijugador o la campaña que nos llevará hasta la Guerra del Golfo desde la perspectiva de la CIA, pero lo que nos ha enseñado Treyarch tiene los mimbres para ser un gran Call of Duty.
Jugado en PlayStation 5 gracias a un código de la beta proporcionado por HKS Strategies
El diseño de mapas es acertadísimo, marca de la casa. El movimiento omnidireccional.
El SBMM sigue demasiado presente.