
PC
Una nueva dimensión divina
Después de la conmoción que supuso el original, Lionhead, con Molyneux a la cabeza, vuelven a por todas con un título que promete.

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Pocos serán los jugadores de PC que no conozcan de la existencia de Black & White, pero para los que no, nada mejor que un pequeño recordatorio. Este juego está ideado y creado por Peter Molyneux, gurú del género estratégico y creador de clásicos como Populous, Syndicate, la saga Theme (Hospital, Park) o Dungeon Keeper. Todos estos con su anterior compañía, Bullfrog. Y poco tiempo después de la salida de la segunda parte de Dungeon Keeper, decidió marcharse y crear su propia compañía, Lionhead Studios, en la que dar rienda suelta a toda su imaginación sin problemas ajenos a productoras y otros incordios.
El primer fruto de dicha empresa fue Black & White, que vio la luz en 2001, un heredero directo del citado Populous y los demás god game pero con puntos muy atractivos a tener en cuenta. El principal era la criatura, una encarnación del dios (es decir, de nosotros, del jugador) con la que poder controlar de uno u otro modo a los fieles que tengamos. La criatura debía ser educada de manera que siga nuestros pasos. Para ello debíamos enseñarla lo que creyésemos necesario, pero con la salvedad de que con cada regañina o premio nuestro avatar se tornaría más agresivo o benevolente con la gente. Así, otro de los puntos fuertes del juego fue la posibilidad de que, libremente y en grados muy sutiles, podíamos ser una deidad malvada o buena.
Otra de las grandes novedades que aportó B&W fue el hecho de carecer de interfaz como tal. No existían elementos superpuestos en la pantalla que entorpecieses nuestras acciones. ¿Cómo llevábamos a cabo las mismas?. Básicamente con la mano, un puntero que podía realizar cualquier movimiento: coger árboles, empujar objetos, acariciar o golpear a la criatura, etc. A destacar el hecho de que los hechizos que nosotros quisiéramos hacer (llamados milagros, recordemos que somos un dios) debemos hacerlo con un movimiento del cursor. De este modo nos encontrábamos con complicadas figuras a realizar con el puntero de manera que se pudiese activar el conjuro: espirales, triángulos y otras formas a cual más enrevesada.
Por tanto, B&W fue un juego que rompió todos los moldes y creó mucha expectación en el mundillo, arrancando críticas excelentes de casi todos los medios. Sigue habiendo opiniones diversas sobre el título, siendo para unos una maravilla digna de jugar y para otros un juego de apenas tres o cuatro horas sorprendentes.
Tras la salida del original, una expansión se unió al conjunto, Creature Island, en la que se mejoraban las opciones de la criatura (enamorarse de otra, por ejemplo) y se añadían nuevas para poder elegir, entre otras cosas.
El primer fruto de dicha empresa fue Black & White, que vio la luz en 2001, un heredero directo del citado Populous y los demás god game pero con puntos muy atractivos a tener en cuenta. El principal era la criatura, una encarnación del dios (es decir, de nosotros, del jugador) con la que poder controlar de uno u otro modo a los fieles que tengamos. La criatura debía ser educada de manera que siga nuestros pasos. Para ello debíamos enseñarla lo que creyésemos necesario, pero con la salvedad de que con cada regañina o premio nuestro avatar se tornaría más agresivo o benevolente con la gente. Así, otro de los puntos fuertes del juego fue la posibilidad de que, libremente y en grados muy sutiles, podíamos ser una deidad malvada o buena.
Otra de las grandes novedades que aportó B&W fue el hecho de carecer de interfaz como tal. No existían elementos superpuestos en la pantalla que entorpecieses nuestras acciones. ¿Cómo llevábamos a cabo las mismas?. Básicamente con la mano, un puntero que podía realizar cualquier movimiento: coger árboles, empujar objetos, acariciar o golpear a la criatura, etc. A destacar el hecho de que los hechizos que nosotros quisiéramos hacer (llamados milagros, recordemos que somos un dios) debemos hacerlo con un movimiento del cursor. De este modo nos encontrábamos con complicadas figuras a realizar con el puntero de manera que se pudiese activar el conjuro: espirales, triángulos y otras formas a cual más enrevesada.
Por tanto, B&W fue un juego que rompió todos los moldes y creó mucha expectación en el mundillo, arrancando críticas excelentes de casi todos los medios. Sigue habiendo opiniones diversas sobre el título, siendo para unos una maravilla digna de jugar y para otros un juego de apenas tres o cuatro horas sorprendentes.
Tras la salida del original, una expansión se unió al conjunto, Creature Island, en la que se mejoraban las opciones de la criatura (enamorarse de otra, por ejemplo) y se añadían nuevas para poder elegir, entre otras cosas.