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Segundo vistazo
Ubisoft sigue navegando por aguas profundas y peligrosas en busca de nu buen puerto al que llegar.

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Assassin's Creed sigue avanzando imparable gracias a la política de entregas anuales de Ubisoft. Esta última, como muchos ya sabréis, tiene por protagonista a Edward Kenway, padre de Haytham y abuelo de Connor. Edward parece ser que será un personaje interesante ya que, a pesar de formar parte de los Asesinos, sigue siendo un pirata, cuyos valores dictan mucho de la libertad tan ansiada por la secta. Quizás esta inmoralidad característica sirva para dar más juego y añadir más capas al protagonista.
La serie ha llegado a un punto en el que la jugabilidad se divide en dos partes claramente diferenciadas: tierra y mar. Con los pies en tierra firme, Ubisoft ha puesto especial atención en el tema del sigilo, algo que se ha ido desarrollando poco a poco a lo largo de las diferentes entregas, pero que todavía no ha llegado a un punto en el que sea satisfactorio. Según declaraciones del propio director, Ashraf Ismail, "si quieres jugar sólo de forma sigilosa, puedes hacerlo en todo el juego". Para ello, el movimiento a escondidas se ha hecho más fácil, y Edward contará con nuevas herramientas, tanto a largo como a corto alcance. Algunos momentos el sigilo será estrictamente necesario para conseguir nuestro objetivo, como por ejemplo rescatar a unos piratas que después podrán unirse a nuestra tripulación.
La navegación es otro de los puntos más importantes de Black Flag. El paso de tierra firme a alta mar no requiere ninguna carga, ya que el objetivo es crear un mundo abierto sin interrupciones, y por lo visto hasta ahora, lo están consiguiendo. La variedad del arsenal dentro de los barcos se ha mejorado para dar más libertad de acción al jugador. Antes de entrar en un combate naval hay que ir con una idea clara, si queremos destruir por completo el barco enemigo o apropiarnos de él o de su tripulación. Las balas encadenadas son ideales para ralentizar el ritmo del rival y tener la posibilidad de saltar a bordo. Además, se han añadido cañones en la zona frontal. Para abordar no hay más que colocarse lado a lado y dar la orden a la tripulación. Si preferimos pasar a un segundo plano en pleno abordaje, podemos subir a lo alto de los barcos y atacar por sorpresa o utilizar nuestras armas de fuego para reducir el número de enemigos. Una vez todo acabado, tenemos tres opciones para elegir: desmontar el barco y utilizar las piezas para reparar el nuestro, reclutar a la tripulación para que se nos unan o apropiarnos del navío y añadirlo a nuestra flota.
La serie ha llegado a un punto en el que la jugabilidad se divide en dos partes claramente diferenciadas: tierra y mar. Con los pies en tierra firme, Ubisoft ha puesto especial atención en el tema del sigilo, algo que se ha ido desarrollando poco a poco a lo largo de las diferentes entregas, pero que todavía no ha llegado a un punto en el que sea satisfactorio. Según declaraciones del propio director, Ashraf Ismail, "si quieres jugar sólo de forma sigilosa, puedes hacerlo en todo el juego". Para ello, el movimiento a escondidas se ha hecho más fácil, y Edward contará con nuevas herramientas, tanto a largo como a corto alcance. Algunos momentos el sigilo será estrictamente necesario para conseguir nuestro objetivo, como por ejemplo rescatar a unos piratas que después podrán unirse a nuestra tripulación.
La navegación es otro de los puntos más importantes de Black Flag. El paso de tierra firme a alta mar no requiere ninguna carga, ya que el objetivo es crear un mundo abierto sin interrupciones, y por lo visto hasta ahora, lo están consiguiendo. La variedad del arsenal dentro de los barcos se ha mejorado para dar más libertad de acción al jugador. Antes de entrar en un combate naval hay que ir con una idea clara, si queremos destruir por completo el barco enemigo o apropiarnos de él o de su tripulación. Las balas encadenadas son ideales para ralentizar el ritmo del rival y tener la posibilidad de saltar a bordo. Además, se han añadido cañones en la zona frontal. Para abordar no hay más que colocarse lado a lado y dar la orden a la tripulación. Si preferimos pasar a un segundo plano en pleno abordaje, podemos subir a lo alto de los barcos y atacar por sorpresa o utilizar nuestras armas de fuego para reducir el número de enemigos. Una vez todo acabado, tenemos tres opciones para elegir: desmontar el barco y utilizar las piezas para reparar el nuestro, reclutar a la tripulación para que se nos unan o apropiarnos del navío y añadirlo a nuestra flota.