Las tres claves de A Plague Tale: Requiem

La desarrolladora francesa Asobo dio la sorpresa en 2019 con A Plague Tale: Innocence, una interesantísima aventura de corte narrativo que tomaba el trémulo contexto de la Europa medieval asolada por la peste para contar la historia de dos hermanos, Amicia y Hugo, y de sus vivencias en una realidad de tal complejidad y oscuridad temática. El eje del conflicto giraba en torno a la religión y el fanatismo, sí, pero también se hacía fuerte en la psicología, en las relaciones de familia y en una particular reinterpretación de las manifestaciones literarias - dramáticas conocidas como “danza de la muerte”, que, como conté en nuestro análisis de A Plague Tale: Innocence, tratan, sobre todas las cosas, del poder igualatorio de la muerte, generalmente a partir de una evocadora presentación de danza colectiva. Después de unos añitos de silencio, en los que el estudio se ha encargado de propuestas de muy diversa índole, como el sensacional Flight Simulator de Microsoft, Asobo (que no Asobi, cuidado) vuelve a la carga con A Plague Tale: Requiem, título que, como es lógico, supone una secuela directa de los acontecimientos que vimos en Innocence. Sabemos que saldrá en 2022 para PlayStation 5, Xbox Series, PC y Nintendo Switch (versión en la nube), pero para aligerar la espera te dejamos con nuestras tres razones para ilusionarse con el regreso de Amicia y Hugo a las inmensidades desoladas del viejo continente.

LA POSIBILIDAD DE EXPANDIR SU MUNDO

A A Plague Tale: Innocence se ambientaba en la Francia medieval de la Guerra de los Cien Años, un terrible conflicto que sacudió a los reinos de Europa durante el siglo XIV y XV. No obstante, la primera entrega no profundizaba verdaderamente en la escala del conflicto, ya que tenía otras cuestiones más importantes que atender; muchas de ellas tienen que ver con la peste, con los vectores infecciosos y, cómo no, con las ratas. Lo que se proponía era, en esencia, una dicotomía luz-oscuridad, propia del tenebroso Apocalipsis que parece preconfigurar la aventura, en la que la supervivencia del ser humano corre peligro en todo momento. En general, la atmósfera del original está trabajadísima, en parte gracias a una prolijidad técnica que incluso puede llevar a pensar si verdaderamente estamos ante un triple A o ante un proyecto más humilde; no obstante, es verdad que dejaba unos cuantos frentes abiertos.



Para una segunda parte, creo que puede ser especialmente interesante que el hilo argumental se adentre un poco más en la guerra coetánea, ya que su potencial dramático y esotérico está fuera de toda duda. De igual manera, creo que Requiem tiene que seguir profundizando en su mitología y en su simbología, elementos que, si bien están presentes ya en Innocence, a veces sirven puramente como justificación para determinadas circunstancias de un epílogo (de la primera entrega, claro) que es, en más de un sentido, discutible. Me parece que lo más sensato sería poner el foco otra vez en lo íntimo, y dejar la grandilocuencia exacerbada y la salvación de mundos para otras propuestas con diferente ambición y público objetivo. No es que Innocence sea, valga la redundancia, inocente con su desenlace, sino que a veces pecaba de perder de vista el núcleo familiar de su propuesta, y lo ideal sería que Requiem pudiera desarrollar su mundo sin abandonar su naturaleza.

PROFUNDIZACIÓN EN LA RELACIÓN FRATERNAL

Amicia y Hugo tienen sus más y sus menos en A Plague Tale: Innocence; como en casi todas las relaciones humanas, hay agravios enterrados, espinitas clavas y, por suerte, mucho espacio para la redención y la consecución de un vínculo familiar sano y duradero. Es por eso que, sin duda, su relación se habrá fortalecido muchísimo de cara a Requiem, algo que creo que sienta las bases perfectas para que Asobo siga escarbando en la psicología de ambos personajes; después de saber el sentir pasado de los hermanos, que ya de por sí es complicado, nos interesa especialmente ver hacia qué futuro pueden apuntar juntos. En palabras del estudio, en esta continuación directa seguiremos la estela de Amicia y Hugo, que harán lo que sea necesario para sobrevivir en un mundo inmisericorde que se está desmoronando instante a instante; por tanto, no habremos de esperar ningún viraje en el protagonismo, sino un hilo argumental heredero de la primera entrega. Es evidente que la franquicia no es pionera en esto de la elaboración de una narrativa que beba de las relaciones familiares y humanas para la elaboración de sus personajes, pero la edad de Amicia y Hugo creo que le da una nueva dimensión al asunto; al final, todas sus circunstancias vitales les obligan a madurar a pasos agigantados, y no me cabe duda de que el rol de protectora incondicional de Amicia puede convertirse en una fuente de problemas en el futuro. Ya veremos qué ocurre, pero a priori dudo mucho de que Asobo lo haya dicho todo en lo que respecta a su dúo principal.



REVISIÓN DEL ESQUEMA JUGABLE

A Plague Tale: Innocence funcionaba como una aventura narrativa, en tercera persona, con abundantes elementos de sigilo y con ciertos rompecabezas ambientales hacían uso de la luz y de la oscuridad para su resolución; dudo mucho que las bases vayan a cambiar para la segunda entrega, en parte porque no creo que sea necesario en absoluto, es decir, no hay ninguna necesidad de alterar aquello que ya funciona correctamente. Eso sí, diría que es imperativo revisar algunos puntos de la jugabilidad y de las capacidades interactivas del jugador, a fin de ampliar la fórmula y evitar que caiga en ejercicios de reiteración excesiva. El título original a veces pecaba de ser un pelín previsible, o de seguir una estructura que no favorecía realmente el potencial de sus ideas jugables; hablo de áreas predefinidas en las que era muy evidente qué tipo de encuentro íbamos a tener, o de secuencias en las que era sencillo anticipar qué era lo que vendría a continuación.

Que no se me malinterprete: en Innocence había algún nivel especialmente inspirado, como esa incursión nocturna en la ciudad, y la obra en general suponía (y supone) una experiencia más que digna, pero en general le faltaba un toque especial, algo que no terminaba de solucionar el sistema de creación de utensilios y consumibles del título. El añadido de secciones de enfoque más directo, sin que ello implique necesariamente en combate en sí mismo, le sentaría de maravilla al ritmo de la aventura y, aunque todavía no está confirmado, no me extrañaría nada que los tiros vayan precisamente por ahí, sea vía quick times events o a través de secuencias puramente jugables. Pienso que una aproximación como la que hace The Last of Us: Part II (salvando las distancias y el presupuesto, claro está) al enfrentamiento cuerpo a cuerpo podría quedarle de maravilla a Requiem; al final, se trata de reforzar el carácter cinematográfico y visceral del título, no de establecer un sistema de pulsación rápida y reflejos vertiginosos que compita contra Bayonetta o Devil May Cry. Quizás es mucho pedir, pero ahora que Amicia será un poco mayor, y estará más habituada a dar y ver muerte, es la ocasión perfecta.



CONCLUSIONES

A Plague Tale: Innocence fue un más que digno título de sigilo, pero por encima de todo fue una de las experiencias más gratificantes e interesantes, desde el punto de vista narrativo, que tuvimos en 2019. Requiem, su continuación directa, tiene pendiente la revisión de ciertas áreas problemáticas de la entrega original, véanse su estructura un tanto previsible o su falta de variedad combativa, pero también lo tiene todo para seguir expandiendo la psicología de Amicia y Hugo, su dúo protagonista, en una nueva aventura de tétrica atmósfera y lóbregos motivos. El año que viene pinta muy movidito para los videojuegos, con propuestas como Elden Ring, Starfield, God of War: Ragnarök] u Horizon: Forbidden West, pero no me extrañaría en absoluto que Requiem consiguiera hacerse un hueco muy especial entre títulos de mayor presupuesto, porque está claro que Innocence lo consiguió… Y de qué manera.