
PlayStation 5
Tan divertido como efímero: así es Echoes of the Fallen, el primer DLC de Final Fantasy XVI
Valisthea nos vuelve a abrir sus puertas para una nueva aventura que recupera a Clive y compañía.

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Aviso: el artículo contiene spoilers de la trama de Final Fantasy XVI
Final Fantasy XVI ha sido un éxito para Square Enix, un título que ha rendido bien a nivel de ventas (aunque por debajo de otras entregas) y que ha sido ensalzado por la prensa como uno de los juegos más importantes de este año. Sin embargo, es evidente que una vez más no hay un consenso unánime entre los fans. Por mi parte, sigo manteniendo el buen sabor de boca que me dejó en su momento, aunque hubiese quitado parte de esas misiones que no llevaban a ninguna parte y me hubiese centrado por lo que realmente destaca. Cuando Naoki Yoshida anunció que ya estaban trabajando en nuevo contenido para Final Fantasy XVI, no podía hacer otra cosa sino cruzar los dedos para volver a reencontrarme con Cid y Benedikta, para mí los dos mejores secundarios de la obra, pero Echoes of the Fallen, la primera de las dos actualizaciones de contenido, me ha llevado por otros derroteros.
Echoes of the Fallen ya está disponible desde hace unos cuantos días, fue un shadow drop de la gala de The Game Awards 2023, a un precio de 9,99 € por separado, o bien el Pase de Expansión a 24,99 €, que también incluye The Rising Tide, la segunda y última actualización de contenido para Final Fantasy XVI, que contará con la presencia de Leviatán, el eikon ausente de la trama principal. ¿Qué nos ha parecido Echoes of the Fallen? Es un buen recordatorio de lo bueno que es el sistema de combate de esta entrega, pero también de lo poco sustancial que es el contenido secundario.

Echoes of the Fallen se desarrolla poco antes de que viajemos con Clive a Origen para acabar contra Artema en la batalla final, por lo que es necesario haber completado prácticamente toda la aventura para acceder al nuevo contenido. No solo eso, sino que también hay que completar las tramas secundarias relacionadas con Joshua y su padre o Jill y el encuentro que tenemos con ella en el prado de margaritas. Una vez hecho esto, nuestros héroes descubren que a pesar de la destrucción de los Cristales Madre, hay unos nuevos y extraños cristales conocidos como Cristales del Ocaso. Temerosos de que pueda haber un nuevo Cristal Madre que desconocían, el trío decide adentrarse en la Torre de los Sabios en Rosaria. Allí descubriran el origen de los Celestiales, aquellos conocidos como los "caídos" a los que se refiere el título.
El grueso de Echoes of the Fallen se desarrolla en una torre que cumple su función de mazmorra. Ojo, nos referimos a lo que Final Fantasy XVI entiende por mazmorra: una sucesión de pasillos con muchos enfrentamientos acompañados de distintos mini-jefes hasta que damos con el gran jefazo. No hay ningún tipo de exploración, y aunque sí hay seis nuevos accesorios repartidos en distintos cofres, están tan a la vista que parece imposible imaginar un escenario en el que alguien haya pasado por alto alguno de ellos. Estos nuevos accesorios, que reciben el nombre de guijos, nos dan bonificaciones a tener en cuenta, tales como un extra de curación al realizar esquivas perfectas o un incremento del daño cuando realizamos combos aéreos. Esto, unido a la posibilidad de crear el arma más poderosa del juego si completamos la historia de este contenido, son los mejores añadidos que podemos llevarnos a siguientes pasadas. Claro está, eso si no hemos completado previamente el modo Final Fantasy, porque de haberlo hecho esto no será un gran aliciente.

La chicha de Echoes of the Fallen, como sucede con Final Fantasy XVI, está una vez más en los combates. Jugar como Clive es un auténtico disfrute, especialmente cuando combinamos sabiamente las habilidades de los eikon y formamos auténticos combos imparables. A lo largo de la torre disponemos de una gran multitud de combates para dar rienda suelta a nuestro poder, aunque el colofón final lo pone Omega, el último enfrentamiento y el gran protagonista de Echoes of the Fallen. Es un enfrentamiento espectacular, no tanto por su puesta en escena (como sí ocurría con los jefes de Final Fantasy XVI) como por sus mecánicas. El enfrentamiento se divide en varias fases y en algunas de ellas reina la intensidad y los nervios de tener que esquivar un ataque que puede ser letal.
Más allá de eso, Echoes of the Fallen no tiene nada que ofrecer. A nivel de historia se nos ofrecen nuevos datos sobre los Empíreos y también sirve para que Clive reafirme sus ideales, pero no hay grandes revelaciones ni una sorpresa escondida tras los créditos. Es una pena, pero es que ni Clive, ni Joshua y ni muchísimo menos Jill tienen minutos en pantalla para brillar. Es una pena, pero parece que habrá que esperar a The Rising Tide para ver una historia que, como mínimo, sea más interesante de lo que ofrece este contenido.

CONCLUSIÓN
Echoes of the Fallen es un DLC que sabe a poco. Bien podría haber sido una misión principal o un contenido secundario del juego base, pero nos llega tras un muro de pago. Es divertido, sí, al fin y al cabo no podemos decir que no a ese chute de adrenalina que supone volver a retomar el sistema de combate de Final Fantasy XVI, pero no es menos cierto que se siente desaprovechado en lo que respecta a la historia y a la rejugabilidad. Por lo tanto, si lo que buscáis es más del sistema de combate, aquí teneis un par de horas para dar rienda suelta a los eikon, de lo contrario lo mejor será esperar a primavera y ver lo que nos puede ofrecer The Rising Tide
Valoración:



Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por PLAION.