
Dreamcast
Game Boy Advance
Game Gear
GameCube
Master System
Mega CD
Mega Drive
Mega Drive 32x
Nintendo 3DS
Nintendo DS
PC
PlayStation 2
PlayStation 3
PlayStation Portable
PS3-PS Store
Saturn
Wii
Wii CV - Wii Ware
Xbox 360
Xbox 360 - XLB
Sonic: Veinte años con Sega
Cerramos la trilogía de las mascotas con un repaso a un matrimonio turbulento.

0
0
0
En 1991 Genesis se empezó a vender con Sonic the Hedhehog. Es más, Sega envió el juego gratis a los últimos que compraron el pack de Altered Beast para que no se quedaran sin probarlo, gesto que en la actualidad nos olería a gato encerrado. El juego tuvo una acogida excelente y sirvió a Sega para posicionarse en la inminente lucha por dominar la cuarta generación de consolas.
Al ser una mascota, Sonic exigía continuidad. En 1992 llegó por fin el esperado Sonic 2 con uno de los personajes más adorables que ha parido Sega. Nos referimos a Miles "Tails" Prower (su nombre se pronuncia como "millas por hora" en inglés), un zorrito con dos colas que le permitían volar como un helicóptero peludo... salvo cuando lo controlaba el jugador, claro. Si hay algo que nunca podremos olvidar de Sonic 2, aparte del extrañísimo modo a pantalla partida y fases como la del casino y la planta química, es el famoso truco que nos permitió transformar a Sonic en Super Sonic (preferimos llamarlo Sonic Superguerrero) en el que fue uno de los momentos cumbres de nuestra infancia. Y sin encontrar las esmeraldas del caos, señores.
El año siguiente fue el de Mega-CD, ese lector de CD-ROM que se acoplaba a Mega Drive para dar un paso adelante en calidad de imagen y sonido. No es un secreto que pasó con más pena que gloria (aunque lo peor estaba por venir), pero al menos nos dejó el injustamente desconocido Sonic CD. Con unos efectos muy espectaculares en su momento, más animaciones y un progreso que contemplaba los traslados en el tiempo, es todo un clásico al que nadie podrá poner excusa cuando esté disponible en los servicios de descarga.
1994 fue el año de Sonic 3, juego por el que más tarde Sega tuvo que dar explicaciones. Por problemas de tiempo y presupuesto, la empresa decidió dividirlo en dos partes y poner la segunda a la venta pocos meses después cual desenlace de Harry Potter o Crepúsculo. Hubo que esperar a Sonic & Knuckles para disfrutar del planeo del equidna, presentado en Sonic 3 como un malo malísimo que, como todos sabemos, al final no resultó ser. Pero lo mejor de todo era el cartucho, diseñado de tal forma que se podía acoplar a Sonic 3 para disfrutar del juego tal y como fue concebido originalmente. Sólo funcionaba con ése y Sonic 2, en el que permitía superar los niveles con Knuckles.
Antes de que alguien ponga el grito en el cielo vamos a recordar que los usuarios de Master System (que ya tenía a Alex Kidd) y Game Gear también recibieron juegos de Sonic en 8 bits. Además eran bastante diferentes a los de Mega Drive, decisión lógica y deseable por parte de Sega. Recordamos con cariño Sonic the Hedhehog, Sonic 2, Sonic Chaos y Sonic Triple Trouble, pero ya no tanto Sonic Labyrinth y Sonic Blast no por ser raros, sino excesivamente lentos. Eso sí que no se puede permitir.
Al ser una mascota, Sonic exigía continuidad. En 1992 llegó por fin el esperado Sonic 2 con uno de los personajes más adorables que ha parido Sega. Nos referimos a Miles "Tails" Prower (su nombre se pronuncia como "millas por hora" en inglés), un zorrito con dos colas que le permitían volar como un helicóptero peludo... salvo cuando lo controlaba el jugador, claro. Si hay algo que nunca podremos olvidar de Sonic 2, aparte del extrañísimo modo a pantalla partida y fases como la del casino y la planta química, es el famoso truco que nos permitió transformar a Sonic en Super Sonic (preferimos llamarlo Sonic Superguerrero) en el que fue uno de los momentos cumbres de nuestra infancia. Y sin encontrar las esmeraldas del caos, señores.
El año siguiente fue el de Mega-CD, ese lector de CD-ROM que se acoplaba a Mega Drive para dar un paso adelante en calidad de imagen y sonido. No es un secreto que pasó con más pena que gloria (aunque lo peor estaba por venir), pero al menos nos dejó el injustamente desconocido Sonic CD. Con unos efectos muy espectaculares en su momento, más animaciones y un progreso que contemplaba los traslados en el tiempo, es todo un clásico al que nadie podrá poner excusa cuando esté disponible en los servicios de descarga.
1994 fue el año de Sonic 3, juego por el que más tarde Sega tuvo que dar explicaciones. Por problemas de tiempo y presupuesto, la empresa decidió dividirlo en dos partes y poner la segunda a la venta pocos meses después cual desenlace de Harry Potter o Crepúsculo. Hubo que esperar a Sonic & Knuckles para disfrutar del planeo del equidna, presentado en Sonic 3 como un malo malísimo que, como todos sabemos, al final no resultó ser. Pero lo mejor de todo era el cartucho, diseñado de tal forma que se podía acoplar a Sonic 3 para disfrutar del juego tal y como fue concebido originalmente. Sólo funcionaba con ése y Sonic 2, en el que permitía superar los niveles con Knuckles.
Antes de que alguien ponga el grito en el cielo vamos a recordar que los usuarios de Master System (que ya tenía a Alex Kidd) y Game Gear también recibieron juegos de Sonic en 8 bits. Además eran bastante diferentes a los de Mega Drive, decisión lógica y deseable por parte de Sega. Recordamos con cariño Sonic the Hedhehog, Sonic 2, Sonic Chaos y Sonic Triple Trouble, pero ya no tanto Sonic Labyrinth y Sonic Blast no por ser raros, sino excesivamente lentos. Eso sí que no se puede permitir.