My LIfe: Another Life in Your Hands

Evidentemente, el control de My Life se ha simplificado al máximo. Los tres botones responden sin problema, pero a veces hay que pulsar la cruceta más de una vez para que el personaje vaya en la dirección deseada. Además, está colocada de forma tradicional y sólo reconoce cuatro direcciones, lo que pude llevar a más de una confusión al ver el juego en perspectiva isométrica. Los juegos están pensados para que se puedan controlar también con ella. No olvidemos que es un juego pensado para los más pequeños. Bueno, para las más pequeñas, siempre que tengan más de cinco años. En cualquier caso, es conveniente que las que sobrepasen por poco esta edad cuenten con la supervisión de un adulto. Algunas cosas (la visita al hospital, por ejemplo) pueden ser un poco confusas.

Hablemos del apartado gráfico. Por alguna extraña razón, las imágenes impresas en la parte posterior de la caja y que supuestamente pertenecen al juego no tienen nada que ver con lo que realmente ofrece My Life. Además, se nota a la legua, pero eso ya es otra historia. Por establecer una analogía, los gráficos de My Life pasarían desapercibidos en una Game Boy Color, y ha llovido mucho desde entonces.

Los sprites de la protagonista y del resto de ciudadanos son muy sencillos (apenas muestran la animación de andar), cosa que también se puede decir de los fondos. La paleta de colores no es muy extensa, pero se ha intentado dar cierta variedad a los escenarios para que no se hagan repetitivos. En ocasiones se puede ver una versión ampliada de la protagonista que recuerda a esas muñecas desproporcionadas que tanto se llevan ahora.

Lo que peor parado sale es, con diferencia, el apartado sonoro, que apenas consta de unas cuantas melodías hechas con pitidos y unos murmullos ininteligibles que representan las voces de los personajes. Por suerte se puede desactivar en el menú principal, un buen remedio para evitar la cefalea.

Para fomentar la interactividad con otras usuarias, la consola My Life incluye un puerto de infrarrojos con un metro de alcance. Para utilizarlo basta con hablar con el cartero. Así se pueden intercambiar objetos y mensajes. ¿Tiene sentido enviar un mensaje a alguien que está a un metro de distancia? Son cosas de niños.

My Life puede encontrarse en grandes almacenes y tiendas especializadas por 69’95 €. También se pueden adquirir tarjetas que incluyen nuevos trajes, escenarios y objetos en paquetes de dos. No se puede decir que sea precisamente barata, pero la realidad es que las chicas (al menos las que hemos utilizado como conejillos de indias) no la soltaron ni un momento. Lo cierto es que pretende hacerse un hueco en un mercado bastante complicado, ya que Nintendo DS hace furor entre los más pequeños. De todas formas, los padres son los encargados de asegurarse de si My Life es una buena opción de compra.