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Los más polémico de 2011
Ni Camps, ni Urdangarín, ni la crisis del euro: aquí sólo hablamos de cosas importantes.

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La afluencia de anuncios, rumores y filtraciones hace que sea prácticamente imposible estar al tanto de todo lo que pasa en el sector. No obstante, de vez en cuando se producen cambios de tal magnitud que captan no sólo la atención de los aficionados, sino también la del público en general. Este reportaje recopila algunos de los temas que más nos han dado que hablar, no siempre para bien, en un año en el que el resto del mundo ha ido cuesta abajo y sin frenos.
Estudios que desaparecieron
Es algo que nunca nos gusta anunciar y por desgracia en 2011 nos ha tocado hacerlo varias veces. El primer caso sonado fue el de Bizarre Creations, disuelto por Activision como consecuencia de los fracasos de Bloodstone y Blur, un arcade de carreras que no merecía para nada ese destino. Después pasó lo mismo con Black Rock de Disney (Split Second), Kaos Studios de THQ (Homefront), Codemasters Guildford (Bodycount) y EA Bright Light (serie Harry Potter).
Pero el rey de la polémica ha sido Team Bondi. El estudio de Sídney se fundó en 2003 y en su trayectoria sólo ha tenido tiempo para L.A. Noire, juego muy lucrativo para Rockstar. El problema es que un mes después de su salida algunos de sus empleados (más bien ex empleados) publicaron en Internet una lista con todos los nombres que se habían excluido de los créditos. Más tarde se supo que el desarrollo había sido extremadamente tortuoso, con jornadas laborales abusivas y un trato muy cuestionable por parte de la dirección. Tras el aluvión de críticas, Team Bondi cerró sus puertas y cada uno se fue por su lado.
Nadie se enteró de lo que era Wii U
Nintendo tenía todas las papeletas para volver a causar una buena impresión en el E3 de este año con el anuncio de una nueva máquina. Al final de su conferencia, el showman Reggie Fils-Aime nos desveló la verdadera identidad de la supuesta Wii HD: Wii U. Sin embargo, lo que vino después fue un vídeo demasiado ambiguo en el que se hacía más hincapié en el nuevo mando con pantalla que en la propia Wii U, tristemente abandonada encima de un mueble de salón. Como resultado, muchos de los que siguieron la retransmisión se quedaron con la duda de si era una nueva consola, un periférico con formato de tablet o una cafetera de cápsulas. Las acciones cayeron en picado. Lógicamente, Nintendo no tardó en aclarar el asunto y proporcionar especificaciones técnicas del producto, superiores a los de Xbox 360 y Playstation 3. Todavía hay muchos misterios en torno a Wii U, pero es de esperar que se resuelvan a lo largo de 2012.
Por fin salió Duke Nukem: Forever
Duke decía en la campaña publicitaria algo así como que después de doce putos años su juego ya podía ser bueno. Lo que no decía es que habían sido doce años de secretismo (algunos más también) e irregularidad en el desarrollo hasta que cayó en las manos de Gearbox, estudio afamado por la creación de Borderlands. El 10 de junio de 2011 se puso a la venta Duke Nukem: Forever, paradigma del vaporware. La reacción del público y la crítica corrió con frialdad por la red, quizá porque nadie se esperaba algo así de 2K, empresa que tradicionalmente ha sido partidaria de no apurar con las fechas para obtener buenos resultados. Y es que, pese a sus encomiables esfuerzos, Gearbox no había conseguido juntar todas las piezas del rompecabezas.
Estudios que desaparecieron
Es algo que nunca nos gusta anunciar y por desgracia en 2011 nos ha tocado hacerlo varias veces. El primer caso sonado fue el de Bizarre Creations, disuelto por Activision como consecuencia de los fracasos de Bloodstone y Blur, un arcade de carreras que no merecía para nada ese destino. Después pasó lo mismo con Black Rock de Disney (Split Second), Kaos Studios de THQ (Homefront), Codemasters Guildford (Bodycount) y EA Bright Light (serie Harry Potter).
Pero el rey de la polémica ha sido Team Bondi. El estudio de Sídney se fundó en 2003 y en su trayectoria sólo ha tenido tiempo para L.A. Noire, juego muy lucrativo para Rockstar. El problema es que un mes después de su salida algunos de sus empleados (más bien ex empleados) publicaron en Internet una lista con todos los nombres que se habían excluido de los créditos. Más tarde se supo que el desarrollo había sido extremadamente tortuoso, con jornadas laborales abusivas y un trato muy cuestionable por parte de la dirección. Tras el aluvión de críticas, Team Bondi cerró sus puertas y cada uno se fue por su lado.
Nadie se enteró de lo que era Wii U
Nintendo tenía todas las papeletas para volver a causar una buena impresión en el E3 de este año con el anuncio de una nueva máquina. Al final de su conferencia, el showman Reggie Fils-Aime nos desveló la verdadera identidad de la supuesta Wii HD: Wii U. Sin embargo, lo que vino después fue un vídeo demasiado ambiguo en el que se hacía más hincapié en el nuevo mando con pantalla que en la propia Wii U, tristemente abandonada encima de un mueble de salón. Como resultado, muchos de los que siguieron la retransmisión se quedaron con la duda de si era una nueva consola, un periférico con formato de tablet o una cafetera de cápsulas. Las acciones cayeron en picado. Lógicamente, Nintendo no tardó en aclarar el asunto y proporcionar especificaciones técnicas del producto, superiores a los de Xbox 360 y Playstation 3. Todavía hay muchos misterios en torno a Wii U, pero es de esperar que se resuelvan a lo largo de 2012.
Por fin salió Duke Nukem: Forever
Duke decía en la campaña publicitaria algo así como que después de doce putos años su juego ya podía ser bueno. Lo que no decía es que habían sido doce años de secretismo (algunos más también) e irregularidad en el desarrollo hasta que cayó en las manos de Gearbox, estudio afamado por la creación de Borderlands. El 10 de junio de 2011 se puso a la venta Duke Nukem: Forever, paradigma del vaporware. La reacción del público y la crítica corrió con frialdad por la red, quizá porque nadie se esperaba algo así de 2K, empresa que tradicionalmente ha sido partidaria de no apurar con las fechas para obtener buenos resultados. Y es que, pese a sus encomiables esfuerzos, Gearbox no había conseguido juntar todas las piezas del rompecabezas.