Los 7 pecados de Silent Hill

Como diría nuestro querido presidente del gobierno, en esta vida a veces hay que tomar decisiones difíciles. No sabemos si todas las de Konami caerían dentro de ese saco, pero una está muy clara: se puede hacer con cierta elegancia y se puede quedar a la altura del betún.

¿Qué necesidad había de destrozar las mejores entregas de la serie, el estreno de Downpour y las ilusiones generadas por P.T.? ¿Y de echar a Kojima por la puerta de atrás? Hasta los detractores de este hombre saben que ha sido el artífice de los mayores éxitos de la empresa. Si la cosa no cambia de aquí a The Phantom Pain, que en teoría será su último juego para consolas, Konami permanecerá en la memoria colectiva por cometer estas atrocidades, no por joyas como Metal Gear Solid, Castlevania y Silent Hill.

Este es uno de esos casos que solo se pueden resolver con una cura de humildad. Si Bloodstained, el sucesor espiritual de Castlevania, lo ha petado de lo lindo en Kickstarter, no hay absolutamente nada que impida a Kojima, Del Toro o quien sea hacer lo mismo con los otros dos juegos. Muchos ya están especulando con esa posibilidad, y la sensación generalizada es que podría salir mucho mejor sin una gran distribuidora de por medio, más aún si demuestra este tipo de actitud. En fin, que le vaya bien a Konami con sus gimnasios, sus juegos para móviles y sus máquinas tragaperras. Para nosotros ya no es ni una sombra de lo que fue.

¡Todo esto ha sido culpa tuya!