
Nintendo DSi
Así es Nintendo DSi XL
La portátil de Nintendo está bien alimentada, al menos a juzgar por lo grande que es su última versión.

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Las lentes son la normal, la de distorsión, la de grafitis (con varios pinceles y motivos festivos, por llamarlos de alguna forma), la de poner color en una imagen en blanco y negro, la de cambiar el color general, la caleidoscópica (posiblemente la mejor, porque con el lápiz podemos darle movimiento), la de cómic (que en realidad es para ponernos orejas a lo Playboy, corazones en los ojos y cosas parecidas), la de poner muecas (que no dejan de ser otros tipos de distorsión), la de fusionar caras diferentes, la de encontrar parecidos y, por último, la de hacer montajes sencillos con plantillas y fotos superpuestas en capas.
Todas los efectos relacionados con caras se valen de un sistema de reconocimiento. Para ver las fotos está el álbum, que permite marcarlas con unos cuantos símbolos y hasta compartirlas en Facebook. Además, hay un calendario que nos deja ver la fecha en la que hemos tomado cada una y escribir notas en la pantalla táctil. Como se puede ver, hay un poco de todo, pero por suerte hay un tutorial que nos explica todo en cinco minutos. La calidad de las fotos, para las limitaciones del hardware, es más que aceptable.
El siguiente apartado, Nintendo DSi Sound, es un editor de sonido grabado por el micrófono. Básico, pero divertido. El primer paso es grabar hasta diez segundos de nuestra voz, después podemos empezar a trastear con el volumen, modificar el timbre y la velocidad, oírnos como un periquito (o un robot, o una trompeta, o como si estuviéramos dentro de un túnel, entre otros efectos), elegir la forma en la que se reproducen los archivos (como bucles o selecciones) y, al final, guardar lo que nos ha salido. Si introducimos una tarjeta SD a la consola con pistas de música podremos editarlas de forma similar a las grabaciones, aunque los efectos cambian. Por ejemplo, hay uno para dar eco y otro para hacer que suene como un juego de 8 bits. La pega es que sólo admite archivos de la familia .acc.
Lo siguiente que nos encontramos es de sobra conocido: DSi Ware, el Pictochat, Descarga DS para buscar partidas inalámbricas, el navegador (que no está mal para un apuro) y un vídeo explicativo acerca de lo que da de sí la suma de Nintendo DSi e Internet. Por supuesto, en el menú hay espacio de sobra para los juegos que hayamos descargado de la tienda online. DSi XL también es un artilugio para los amantes de la lectura, que podrán descargar e-books.
La tienda de Nintendo DSi nos regala 1000 puntos para gastarlos en lo que queramos, una buena forma de empezar junto al navegador DSi Browser de Opera -+y la aplicación Flipnote Studio, ambos totalmente gratuitos. Para adquirir puntos podemos comprar tarjetas o cargarlos mediante una tarjeta de crédito. Hay pinballs, juegos educativos, títulos conocidos (Dragon’s Lair, Rayman) y hasta cursillos para aprender inglés. Eso sí, de momento, ni rastro de e-books. El navegador de Opera es bastante completo. La página aparece en la pantalla superior, y en la inferior nos movemos por su versión ampliada y hacemos clic en los vínculos. Hay favoritos, buscador, atajos para escribir coletillas como puntocom, historial y todo lo básico. Sin ser un prodigio de velocidad, viene bien para consultar Viciojuegos en cualquier parte, sobre todo si elegimos la opción de visualización en columna.
Una de las novedades que encontramos en DSi XL es un diccionario de seis idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, español y japonés tanto en kana (sílabas) como kanji (ideogramas). Basta con escribir la palabra que queramos con el teclado de la pantalla táctil o con el teclado, aunque también podemos hacer una foto al texto que queramos y seleccionarlo con el Stylus. El sistema funciona bastante bien... siempre y cuando haya la iluminación suficiente, un buen contraste y la fuente sea fácilmente reconocible. En caso contrario, es posible que interprete letras de nuestro alfabeto como caracteres japoneses.
Todas los efectos relacionados con caras se valen de un sistema de reconocimiento. Para ver las fotos está el álbum, que permite marcarlas con unos cuantos símbolos y hasta compartirlas en Facebook. Además, hay un calendario que nos deja ver la fecha en la que hemos tomado cada una y escribir notas en la pantalla táctil. Como se puede ver, hay un poco de todo, pero por suerte hay un tutorial que nos explica todo en cinco minutos. La calidad de las fotos, para las limitaciones del hardware, es más que aceptable.
El siguiente apartado, Nintendo DSi Sound, es un editor de sonido grabado por el micrófono. Básico, pero divertido. El primer paso es grabar hasta diez segundos de nuestra voz, después podemos empezar a trastear con el volumen, modificar el timbre y la velocidad, oírnos como un periquito (o un robot, o una trompeta, o como si estuviéramos dentro de un túnel, entre otros efectos), elegir la forma en la que se reproducen los archivos (como bucles o selecciones) y, al final, guardar lo que nos ha salido. Si introducimos una tarjeta SD a la consola con pistas de música podremos editarlas de forma similar a las grabaciones, aunque los efectos cambian. Por ejemplo, hay uno para dar eco y otro para hacer que suene como un juego de 8 bits. La pega es que sólo admite archivos de la familia .acc.
Lo siguiente que nos encontramos es de sobra conocido: DSi Ware, el Pictochat, Descarga DS para buscar partidas inalámbricas, el navegador (que no está mal para un apuro) y un vídeo explicativo acerca de lo que da de sí la suma de Nintendo DSi e Internet. Por supuesto, en el menú hay espacio de sobra para los juegos que hayamos descargado de la tienda online. DSi XL también es un artilugio para los amantes de la lectura, que podrán descargar e-books.
La tienda de Nintendo DSi nos regala 1000 puntos para gastarlos en lo que queramos, una buena forma de empezar junto al navegador DSi Browser de Opera -+y la aplicación Flipnote Studio, ambos totalmente gratuitos. Para adquirir puntos podemos comprar tarjetas o cargarlos mediante una tarjeta de crédito. Hay pinballs, juegos educativos, títulos conocidos (Dragon’s Lair, Rayman) y hasta cursillos para aprender inglés. Eso sí, de momento, ni rastro de e-books. El navegador de Opera es bastante completo. La página aparece en la pantalla superior, y en la inferior nos movemos por su versión ampliada y hacemos clic en los vínculos. Hay favoritos, buscador, atajos para escribir coletillas como puntocom, historial y todo lo básico. Sin ser un prodigio de velocidad, viene bien para consultar Viciojuegos en cualquier parte, sobre todo si elegimos la opción de visualización en columna.
Una de las novedades que encontramos en DSi XL es un diccionario de seis idiomas: inglés, francés, alemán, italiano, español y japonés tanto en kana (sílabas) como kanji (ideogramas). Basta con escribir la palabra que queramos con el teclado de la pantalla táctil o con el teclado, aunque también podemos hacer una foto al texto que queramos y seleccionarlo con el Stylus. El sistema funciona bastante bien... siempre y cuando haya la iluminación suficiente, un buen contraste y la fuente sea fácilmente reconocible. En caso contrario, es posible que interprete letras de nuestro alfabeto como caracteres japoneses.