Nintendo DSi
Así es Nintendo DSi XL
La portátil de Nintendo está bien alimentada, al menos a juzgar por lo grande que es su última versión.
Por Pablo Ayllón Lolo,
0
0
0
Por lo demás, la DSi XL es como una DSi normal a mayor escala. Si echamos un vistazo a la parte exterior, a la izquierda vemos los botones de volumen (que pasaron de ser analógicos a digitales en DSi) y a la derecha la ranura para tarjetas SD y el hueco para el lápiz, algo más largo de lo habitual. En cualquier caso, si el normal no es suficiente, en la caja viene uno más grande con forma de bolígrafo que se puede atar a la consola con un cordel. Arriba está la conexión para la corriente, los botones “L” y “R” con el icono de la cámara de fotos y, naturalmente, la ranura para los cartuchos. Abajo sólo está la conexión para auriculares, así que con ella no podremos jugar a títulos de Game Boy Advance ni a los Guitar Hero, dado que es imposible acoplar el Guitar Grip.
Una de las cosas que ha mejorado con respecto a DSi es el tacto de la carcasa, que por suerte es parecida a la del modelo Lite, sólo que más brillante, tanto que los dedos se quedan marcados con facilidad, aunque se limpia sin demasiados problemas. XL conserva los añadidos de DSi, así que encontramos el primer objetivo de la cámara en la parte inferior derecha de la carcasa. Lo cierto es que la consola entra por los ojos. Por ejemplo, el modelo de color chocolate presenta una combinación de marrón oscuro en la parte brillante de la carcasa y alrededor de las pantallas, mientras que el resto es más parecido al caramelo. Quizá no es la definición exacta, pero ya se sabe: el cromosoma XY no nos deja distinguir más colores que un Spectrum.
La gran sorpresa llega al abrir la consola. La disposición de los botones, las luces, la cámara interior y el micrófono no ha cambiado con respecto a la DSi anterior, pero las pantallas son de 4’2 pulgadas (10’6 cm) frente a las 3’2 de DSi (8’1 cm) y las 3 (7’6 cm) de la Lite. ¿Resultado? Un aumento de superficie es del 93 %. Dicho de otra forma, una pantalla de DSi XL es tan grande como las dos de la Lite juntas, más que la de una PSP Go y algo más pequeña que la de una PSP 3000. Hemos probado un montón de juegos con la consola, como Mario Kart, The Legend of Zelda: Spirit Tracks y The World Ends with You, y tenemos que decir que el reescalado se ha resuelto bien a pesar de hacer los píxeles más evidentes, sensación que se acentúa gracias a un volumen ampliado y, por consiguiente, más envolvente. Puede que DSi XL sea la menos portátil de todas (no es precisamente cómodo llevarla en un bolsillo), pero sí la que mejor se ve. Da gusto jugar en unas pantallas como éstas, todavía más en compañía. Para ello, a las dos posiciones de la bisagra se añade una más con menos ángulo pensada para jugar con la consola apoyada en la mesa.
Encendemos la portátil para comprobar que contiene lo mismo que una DSi normal, aunque hay un par de novedades. La primera opción que aparece sirve para configurar la consola, lugar al que debemos acudir para probar la conexión a Internet por Wi-Fi, cambiar el idioma (sólo los cinco principales de Europa: inglés, francés, alemán, español e italiano), calibrar la pantalla, probar el micrófono, descargar las actualizaciones y demás. Después aparece el icono del juego que hemos introducido y la siguiente función de interés: la cámara.
Nintendo DSi XL tiene capacidad para nada menos que 412 fotos (256 megas), aunque también podemos utilizar una tarjeta SD para almacenarlas. De hecho, se pueden pasar de un dispositivo a otro o a otro usuario mediante la conexión inalámbrica, ideal para distribuir nuestros mejores y peores momentos. Si queremos divertirnos un rato con la cámara es una buena idea probar los once efectos que incorpora. Basta con elegir uno de ellos, elegir el objetivo de la carcasa o el de dentro (el primero para inmortalizar a los demás, el segundo para retratarnos en plan Facebook), encuadrar bien y listo.
Una de las cosas que ha mejorado con respecto a DSi es el tacto de la carcasa, que por suerte es parecida a la del modelo Lite, sólo que más brillante, tanto que los dedos se quedan marcados con facilidad, aunque se limpia sin demasiados problemas. XL conserva los añadidos de DSi, así que encontramos el primer objetivo de la cámara en la parte inferior derecha de la carcasa. Lo cierto es que la consola entra por los ojos. Por ejemplo, el modelo de color chocolate presenta una combinación de marrón oscuro en la parte brillante de la carcasa y alrededor de las pantallas, mientras que el resto es más parecido al caramelo. Quizá no es la definición exacta, pero ya se sabe: el cromosoma XY no nos deja distinguir más colores que un Spectrum.
La gran sorpresa llega al abrir la consola. La disposición de los botones, las luces, la cámara interior y el micrófono no ha cambiado con respecto a la DSi anterior, pero las pantallas son de 4’2 pulgadas (10’6 cm) frente a las 3’2 de DSi (8’1 cm) y las 3 (7’6 cm) de la Lite. ¿Resultado? Un aumento de superficie es del 93 %. Dicho de otra forma, una pantalla de DSi XL es tan grande como las dos de la Lite juntas, más que la de una PSP Go y algo más pequeña que la de una PSP 3000. Hemos probado un montón de juegos con la consola, como Mario Kart, The Legend of Zelda: Spirit Tracks y The World Ends with You, y tenemos que decir que el reescalado se ha resuelto bien a pesar de hacer los píxeles más evidentes, sensación que se acentúa gracias a un volumen ampliado y, por consiguiente, más envolvente. Puede que DSi XL sea la menos portátil de todas (no es precisamente cómodo llevarla en un bolsillo), pero sí la que mejor se ve. Da gusto jugar en unas pantallas como éstas, todavía más en compañía. Para ello, a las dos posiciones de la bisagra se añade una más con menos ángulo pensada para jugar con la consola apoyada en la mesa.
Encendemos la portátil para comprobar que contiene lo mismo que una DSi normal, aunque hay un par de novedades. La primera opción que aparece sirve para configurar la consola, lugar al que debemos acudir para probar la conexión a Internet por Wi-Fi, cambiar el idioma (sólo los cinco principales de Europa: inglés, francés, alemán, español e italiano), calibrar la pantalla, probar el micrófono, descargar las actualizaciones y demás. Después aparece el icono del juego que hemos introducido y la siguiente función de interés: la cámara.
Nintendo DSi XL tiene capacidad para nada menos que 412 fotos (256 megas), aunque también podemos utilizar una tarjeta SD para almacenarlas. De hecho, se pueden pasar de un dispositivo a otro o a otro usuario mediante la conexión inalámbrica, ideal para distribuir nuestros mejores y peores momentos. Si queremos divertirnos un rato con la cámara es una buena idea probar los once efectos que incorpora. Basta con elegir uno de ellos, elegir el objetivo de la carcasa o el de dentro (el primero para inmortalizar a los demás, el segundo para retratarnos en plan Facebook), encuadrar bien y listo.
