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¿A qué jugamos en Viciojuegos.com? - Número 2
Otra cosa no, pero vicio tenemos bastante.

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Últimamente hemos tenido noticias bastante tristes de estudios como Bizarre y Harmonix. Me gustan mucho los dos, pero siento un cariño especial hacia el segundo por ese inmenso Rock Band 3 que me traerá por la calle de la amargura con mi recién estrenado teclado. Además de incluir tutoriales con la famosísima melodía del keyboard cat encubierta, el juego enseña a tocar las canciones por fragmentos en el modo pro, y la prueba es que es posible aprenderse con relativa facilidad los primeros temas, como "Rock Lobster" y "Whip It", más que asequibles hasta en nivel experto. A partir de ahí se multiplican las notas negras y el dolor de muñeca. Al menos espero no quedarme ciego... de ver caer tantas notas, claro. Tal vez me vendría bien calentar con Dance Central, pero de momento la tecnología de Kinect está fuera de mi alcance. Ya me colaré en casa de algún colega.
Mira que me gusta Blur de la ya mencionada Bizarre, pero el nuevo Need for Speed: Hot Pursuit me ha obligado a cambiar de terreno, y como para quejarme. Soy incapaz de acabar una persecución sin el oro, en caso contrario reinicio antes de llegar a la meta. Lo de las pruebas a contrarreloj ya es harina de otro costal: tengo la impresión de que por más que pise y por menos que me choque nunca conseguiré arañar esas pocas décimas que me separan de la distinción. Tiene sus cosas frustrantes, pero uno se olvida de ellas cuando va directo hacia un bloqueo y, cuando casi ha cerrado los ojos para no ver el aviso de haberse estrellado, el rival que justo se había quedado inmovilizado delante explota y se pone a dar vueltas en el aire.

Me alquilé Black Ops; personalmente disfruto bastante con los Call of Duty, pero me parecen algo tan facha en su contenido que me siento mal si le doy dinero a Activision por someterme a seis horas de propaganda yanqui. Los guiones de estos juegos, además de disparatados, son el equivalente a que me golpeen en la boca con una bandera estadounidense, y mientras limpio la jungla de "sucios amarillos" me acuerdo de que yo, en esa guerra, pues prefiero al Vietcong. Pero con todo me lo paso bien jugándolo, está presentado con tanta majestuosidad imperial como toca, además esta vez el argumento es mínimamente coherente y fácil de seguir, de manera que uno puede tener idea de qué sucede en la historia mientras le clavan barras y estrellas en los ojos. Me pasé el juego en dos días, pero bueno.
Los viajes en tren al trabajo me los ha amenizado Peace Walker. Ah sí, la verdad es que Kojima se ha lucido esta vez, y eso que desde el insoportablemente pedante Guns of the Patriots tenía miedo de que Peace Walker fuese treinta horas de Kojima masturbándose en mi cara. Afortunadamente es un juego bastante sólido en el que la característica diarrea verbal del señor Hideo se ha visto agradablemente estreñida. Por supuesto no faltan largas conversaciones, pero son fluidas, no tortuosos vídeos de dos horas.
Fallout: New Vegas termina mi lista. Este disfrutable pack de expansión de Fallout 3 me parece muy poco original pero muy acertado. A fin de cuentas, nunca me canso de ver cómo revientan los cuerpos a cámara lenta. Es una pena que comparta los defectos con Fallout 3, me siguen perturbando los personajes: con sus ojos fijos, sus miradas muertas y sus animaciones cíclicas parecen todos maniquíes animados por el sacerdote vudú del "valle inexplicable". Me producen auténtico terror, pero al menos así no me siento culpable cuando reviento sus grotescas cabezas de ultracuerpos plastificados.