Wii CV - Wii Ware
Un cuento de George A. Romero
El estudio valenciano Akaoni Studio nos trae un juego en el que los zombis se encuentran con los cuentos de hadas.
Por IchiKintama,
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Érase una vez...
El servicio de descargas WiiWare para Wii es una plataforma que da una oportunidad a las pequeñas desarrolladoras independientes y no tan independientes para que puedan publicar sus trabajos que difícilmente tendrían cabida en las estanterías como Lost Winds o Cave Story. El estudio valenciano Akaoni Studio ha visto en WiiWare una oportunidad para dar rienda suelta a su creatividad y lanzar Zombie Panic in Wonderland.
En un lejano reino...
La historia nos introduce en un País de las Maravillas que está bajo un apocalipsis zombi. El valiente guerrero Momotaro ve que ha perdido a sus amigos el perro, el mono y el faisán que le acompañaron en su viaje a la isla de los demonios, además de que su hogar está invadido por zombis y enanitos con un extraño y embriagador olor. Más tarde conoce a la pequeña Dorothy de El mago de Oz y a Blancanieves, que le acompañarán en su viaje para devolver la paz al País de las Maravillas.
En busca del príncipe azul
El sistema de juego resulta muy familiar si se ha jugado anteriormente a títulos como Cabal, Wild Guns o Sin & Punishment: Successor of the Skies, en el que un personaje se mueve de izquierda a derecha en un escenario mientras dispara con distintas armas a los enemigos que aparecen en la pantalla mientras esquiva los ataques que le vienen encima. Esta base jugable resulta estar bien llevada a cabo y satisfactoria. Logra revivir el estilo de los juegos de recreativas de hace años, aunque no lo reinventa. Pero no sirve sólo eso para que un juego destaque, y lamentablemente Zombie Panic in Wonderland tiene varios problemas que empañan el resultado final.
El primero de los fallos jugables que se puede apreciar es que el desarrollo de las fases es completamente estático y de una duración excesivamente larga de unos cinco minutos cada una, lo que da lugar a la sensación de estar cansado del nivel cuando se lleva la mitad de enemigos derrotados para superarlo. El segundo problema del juego radica en la duración del mismo juego, ya que se compone de unos diez escenarios en total, todos ellos muy parecidos entre sí, con los jefes finales y un nivel especial del modo "Arcade" incluidos. Esta cantidad de niveles resulta escasa, y la antes mencionada excesiva duración de los mismos, junto con los dos modos de dificultad, no ayuda a alargar lo suficiente la vida del juego, que puede tardar perfectamente unas dos horas en acabarse. Se puede optar a desbloquear el resto de personajes disponibles, pero para ello es necesario repetir los niveles varias veces, además de que los nuevos personajes no añaden nada nuevo a la experiencia jugable.
En general, Zombie Panic in Wonderland podría haber tenido una mayor variedad y cantidad de niveles y jefes finales que habrían mejorado esta irregular mezcla que, aun así, se deja jugar durante el poco tiempo que dura.
El precioso y caótico País de las Maravillas
En el apartado técnico, Zombie Panic in Wonderland se ve como un título bien trabajado estética y artísticamente, con unos personajes y escenarios con una cantidad de polígonos bastante alta junto con animaciones bien fluidas y texturas acordes con el estilo de animación japonesa que Akaoni Studio ha querido transmitir con este juego, todo eso en el límite de tamaño de 40 Mb impuesto para los juegos de WiiWare
Por otra parte, está el repertorio sonoro basado en unas cuantas melodías, todas ellas tranquilas y de corte japonés. Entre ellas destaca el tema principal del personaje Momotaro, una balada a cargo de la cantante japonesa Miki Moto. Lamentablemente, la cuidada banda sonora no encaja con el estilo de juego de Zombie Panic in Wonderland y la acción que despide el título, al que algunas canciones de estilo rock genérico le habrían sentado mejor. Los efectos sonoros no son rompedores, pero no desentonan como la banda sonora.
Y colorín colorado, este análisis se ha acabado
Zombie Panic in Wonderland podría haber sido todo un ejemplo en el servicio WiiWare de cómo una desarrolladora independiente con una buena idea bien llevada puede hacer un título altamente recomendable. Lamentablemente, el juego se hace extremadamente corto con sus escasos y repetitivos diez niveles, además de la falta de intensidad en los mismos y la música, que no se mezcla como debería con el estilo de juego. No da como resultado un juego malo, pero sí uno con importantes fallos que pulir, pero que llega a entretener mínimamente durante las pocas horas que dura.
El servicio de descargas WiiWare para Wii es una plataforma que da una oportunidad a las pequeñas desarrolladoras independientes y no tan independientes para que puedan publicar sus trabajos que difícilmente tendrían cabida en las estanterías como Lost Winds o Cave Story. El estudio valenciano Akaoni Studio ha visto en WiiWare una oportunidad para dar rienda suelta a su creatividad y lanzar Zombie Panic in Wonderland.
En un lejano reino...
La historia nos introduce en un País de las Maravillas que está bajo un apocalipsis zombi. El valiente guerrero Momotaro ve que ha perdido a sus amigos el perro, el mono y el faisán que le acompañaron en su viaje a la isla de los demonios, además de que su hogar está invadido por zombis y enanitos con un extraño y embriagador olor. Más tarde conoce a la pequeña Dorothy de El mago de Oz y a Blancanieves, que le acompañarán en su viaje para devolver la paz al País de las Maravillas.
En busca del príncipe azul
El sistema de juego resulta muy familiar si se ha jugado anteriormente a títulos como Cabal, Wild Guns o Sin & Punishment: Successor of the Skies, en el que un personaje se mueve de izquierda a derecha en un escenario mientras dispara con distintas armas a los enemigos que aparecen en la pantalla mientras esquiva los ataques que le vienen encima. Esta base jugable resulta estar bien llevada a cabo y satisfactoria. Logra revivir el estilo de los juegos de recreativas de hace años, aunque no lo reinventa. Pero no sirve sólo eso para que un juego destaque, y lamentablemente Zombie Panic in Wonderland tiene varios problemas que empañan el resultado final.
El primero de los fallos jugables que se puede apreciar es que el desarrollo de las fases es completamente estático y de una duración excesivamente larga de unos cinco minutos cada una, lo que da lugar a la sensación de estar cansado del nivel cuando se lleva la mitad de enemigos derrotados para superarlo. El segundo problema del juego radica en la duración del mismo juego, ya que se compone de unos diez escenarios en total, todos ellos muy parecidos entre sí, con los jefes finales y un nivel especial del modo "Arcade" incluidos. Esta cantidad de niveles resulta escasa, y la antes mencionada excesiva duración de los mismos, junto con los dos modos de dificultad, no ayuda a alargar lo suficiente la vida del juego, que puede tardar perfectamente unas dos horas en acabarse. Se puede optar a desbloquear el resto de personajes disponibles, pero para ello es necesario repetir los niveles varias veces, además de que los nuevos personajes no añaden nada nuevo a la experiencia jugable.
En general, Zombie Panic in Wonderland podría haber tenido una mayor variedad y cantidad de niveles y jefes finales que habrían mejorado esta irregular mezcla que, aun así, se deja jugar durante el poco tiempo que dura.
El precioso y caótico País de las Maravillas
En el apartado técnico, Zombie Panic in Wonderland se ve como un título bien trabajado estética y artísticamente, con unos personajes y escenarios con una cantidad de polígonos bastante alta junto con animaciones bien fluidas y texturas acordes con el estilo de animación japonesa que Akaoni Studio ha querido transmitir con este juego, todo eso en el límite de tamaño de 40 Mb impuesto para los juegos de WiiWare
Por otra parte, está el repertorio sonoro basado en unas cuantas melodías, todas ellas tranquilas y de corte japonés. Entre ellas destaca el tema principal del personaje Momotaro, una balada a cargo de la cantante japonesa Miki Moto. Lamentablemente, la cuidada banda sonora no encaja con el estilo de juego de Zombie Panic in Wonderland y la acción que despide el título, al que algunas canciones de estilo rock genérico le habrían sentado mejor. Los efectos sonoros no son rompedores, pero no desentonan como la banda sonora.
Y colorín colorado, este análisis se ha acabado
Zombie Panic in Wonderland podría haber sido todo un ejemplo en el servicio WiiWare de cómo una desarrolladora independiente con una buena idea bien llevada puede hacer un título altamente recomendable. Lamentablemente, el juego se hace extremadamente corto con sus escasos y repetitivos diez niveles, además de la falta de intensidad en los mismos y la música, que no se mezcla como debería con el estilo de juego. No da como resultado un juego malo, pero sí uno con importantes fallos que pulir, pero que llega a entretener mínimamente durante las pocas horas que dura.
Gráficos
Muy bien definidos y animados en muy poco espacio.
83
Sonido
Las tranquilas melodías, a pesar de ser buenas, no encajan con el estilo y la acción del juego.
52
Jugabilidad
El estilo, que bebe de Cabal y Wild Guns, no añade nada especialmente nuevo, pero lo mantiene fresco.
71
Diversión
Entretiene lo justo durante los escasos y exageradamente largos niveles que dura.
65
Alternativas
Sin & Punishment: Successor of the Earth en la Consola Virtual es un buen sustituto y todo un clásico.
El estilo gráfico y artístico.
El apartado sonoro no es el más adecuado para el juego. Excesivamente corto.
Zombie Panic in Wonderland es una extraña mezcla de buenas ideas que no terminan de encajar como deberían con un resultado irregular.
