
PlayStation 3
Química como la de antes
El universo Potter no acaba con los libros. Después de los hechizos, nos pasamos a elaborar pociones.
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Pottermore es una iniciativa de J.K. Rowling para mantener vivo el legado de las aventuras de Harry Potter después de que tantos los libros como sus adaptaciones al cine terminasen. De hecho, ya ha aparecido un producto de esa marca. Se trata de El libro de los hechizos, que fue el primer videojuego creado para Wonderbook, el libro-periférico destinado para los más pequeños de la casa. La tecnología de la realidad aumentada permite que mediante PlaystationEye y Move seamos los protagonistas de multitud de aventuras, así como interactuar con sus páginas en multitud de minijuegos. Pero eso fue el año pasado. Para estas navidades llega El libro de las pociones, segunda entrega basada en el mundo de Potter y que se centra en el misticismo de la alquimia para llevarnos de nuevo al fantástico mundo de la escuela de magia de Hogwarts. Después de registranos con nuestra cuenta de Pottermore (si disponemos de ella ya que el juego es compatible) elegimos una de las cuatro casas de magia y nos encaminamos hacia la biblioteca para hacernos con un libro que nos ayude en clase de pociones, toda una asignatura pendiente.
Con las manos en la masa
Seguro que a muchos se les atragantaba la formulación y si han estudiado farmacia estarán familiarizados con las fórmulas magistrales, pero en Hogwarts estas asignaturas se imparten de otra forma. En nuestro poder ha caído el "libro de las pociones", escrito por Zygmunt Budge, gran conocedor del tema que no resultó reconocido por sus compañeros contemporáneos. Como ocurre siempre en este universo de ficción, su alma se encuentra ligada al libro, por lo que nada más abrirlo comenzará a contarnos su historia y a encaminarnos en este curioso mundo de brebajes e ingredientes. Se repite otra constante de las aventuras de Harry Potter como es su ambiguedad: todos los profesores de esta mágica institución han mostrado un reverso tenebroso o un lado bondadoso, por lo que ésta no iba a ser una excepción. Nada más preparar nuestra primera poción para curar furúnculos, nos vemos inscritos en el campeonato de pociones cuyo premio, el caldero dorado, es una vieja aspiración de nuestro mentor que ahora quiere conseguir con nuestra participación.
El juego consta de siete pociones principales, y según progresemos por ellas accederemos a minijuegos e ingredientes que después servirán para crear nuestros propios brebajes. Por supuesto, cada poción servirá para superar una prueba del mencionado torneo, por lo que además de fabricarla tendremos que realizar alguna proeza con ella. El que conozca el funcionamiento de la serie Cooking Mama sabe perfectamente lo que se va a encontrar en este título. Recoger plantas, cortar ingredientes, mezclar en el caldero, machacar en el mortero o controlar el fuego mediante un fuelle serán las típicas acciones que repetiremos una y otra vez en cada receta. Unas veces tendremos los ingredientes a mano y en otras ocasiones tendremos que hacernos con ellos, por lo que deberemos investigar plantas y animales para conseguir nuestro propósito. Todo esto bajo la continua supervisión de Zygmunt, que no parará de hablar para asegurarse que hacemos todo según corresponde a la receta.
El problema de este juego es que todos los procesos se ralentizan en exceso. Zygmunt nos charlará comentando lo que vamos a hacer, luego se preparará para que lo hagamos, posteriormente los ejecutaremos y finalmente veremos el resultado. Todo este proceso provoca que pasemos mucho tiempo inactivos o de preparativos para el poco tiempo de juego que hay. Estaremos más tiempo jugando con la varita en el trasfondo de lo que ocurre (aparecemos nosotros con la cámara) que jugando. Tampoco es que los minijuegos sean un prodigio de diversión, al menos funcionan bien, todos excepto el de atacar con nuestra varita a enemigos. Cada ataque se realiza simplemente con bajar la varita, pero la dirección depende del lugar al que apuntemos sin ninguna referencia, lo que termina por mover el brazo de forma aleatoria hasta que impactamos. Lo mejor de todo el juego son las historia que nos narra nuestro profesor de sus experiencias cuando la mezcla tiene que reposar, pequeños cuentos que tendremos que completar con las palabras que aparecen en el propio escenario. El doblaje es excelente, pero hay demasiada palabrería, de manera que tantos mayores como pequeñajos pueden cansarse de esperar entre prueba y prueba.
Conclusiones
La idea prometía mucho, pero la ejecución ha resultado lenta y pesada. Una pena porque los diseños de cada página del libro son preciosas y el universo de Harry Potter daba para mucho. Al final se ha convertido en una entrega de Cooking Mama que distancia demasiado las partes interactivas entre sí. Los seguidores acérrimos del famoso mago ya habrán corrido a las tiendas para hacerse con una copia, pero si no eres de los aficionados más radicales de sus aventuras, puede que otra propuesta resulta más interesante. Al final la alquimia es como la química, y si te dormías en clase con la química orgánica puede que te ocurra lo mismo en esta ocasión.
Con las manos en la masa
Seguro que a muchos se les atragantaba la formulación y si han estudiado farmacia estarán familiarizados con las fórmulas magistrales, pero en Hogwarts estas asignaturas se imparten de otra forma. En nuestro poder ha caído el "libro de las pociones", escrito por Zygmunt Budge, gran conocedor del tema que no resultó reconocido por sus compañeros contemporáneos. Como ocurre siempre en este universo de ficción, su alma se encuentra ligada al libro, por lo que nada más abrirlo comenzará a contarnos su historia y a encaminarnos en este curioso mundo de brebajes e ingredientes. Se repite otra constante de las aventuras de Harry Potter como es su ambiguedad: todos los profesores de esta mágica institución han mostrado un reverso tenebroso o un lado bondadoso, por lo que ésta no iba a ser una excepción. Nada más preparar nuestra primera poción para curar furúnculos, nos vemos inscritos en el campeonato de pociones cuyo premio, el caldero dorado, es una vieja aspiración de nuestro mentor que ahora quiere conseguir con nuestra participación.
El juego consta de siete pociones principales, y según progresemos por ellas accederemos a minijuegos e ingredientes que después servirán para crear nuestros propios brebajes. Por supuesto, cada poción servirá para superar una prueba del mencionado torneo, por lo que además de fabricarla tendremos que realizar alguna proeza con ella. El que conozca el funcionamiento de la serie Cooking Mama sabe perfectamente lo que se va a encontrar en este título. Recoger plantas, cortar ingredientes, mezclar en el caldero, machacar en el mortero o controlar el fuego mediante un fuelle serán las típicas acciones que repetiremos una y otra vez en cada receta. Unas veces tendremos los ingredientes a mano y en otras ocasiones tendremos que hacernos con ellos, por lo que deberemos investigar plantas y animales para conseguir nuestro propósito. Todo esto bajo la continua supervisión de Zygmunt, que no parará de hablar para asegurarse que hacemos todo según corresponde a la receta.
El problema de este juego es que todos los procesos se ralentizan en exceso. Zygmunt nos charlará comentando lo que vamos a hacer, luego se preparará para que lo hagamos, posteriormente los ejecutaremos y finalmente veremos el resultado. Todo este proceso provoca que pasemos mucho tiempo inactivos o de preparativos para el poco tiempo de juego que hay. Estaremos más tiempo jugando con la varita en el trasfondo de lo que ocurre (aparecemos nosotros con la cámara) que jugando. Tampoco es que los minijuegos sean un prodigio de diversión, al menos funcionan bien, todos excepto el de atacar con nuestra varita a enemigos. Cada ataque se realiza simplemente con bajar la varita, pero la dirección depende del lugar al que apuntemos sin ninguna referencia, lo que termina por mover el brazo de forma aleatoria hasta que impactamos. Lo mejor de todo el juego son las historia que nos narra nuestro profesor de sus experiencias cuando la mezcla tiene que reposar, pequeños cuentos que tendremos que completar con las palabras que aparecen en el propio escenario. El doblaje es excelente, pero hay demasiada palabrería, de manera que tantos mayores como pequeñajos pueden cansarse de esperar entre prueba y prueba.
Conclusiones
La idea prometía mucho, pero la ejecución ha resultado lenta y pesada. Una pena porque los diseños de cada página del libro son preciosas y el universo de Harry Potter daba para mucho. Al final se ha convertido en una entrega de Cooking Mama que distancia demasiado las partes interactivas entre sí. Los seguidores acérrimos del famoso mago ya habrán corrido a las tiendas para hacerse con una copia, pero si no eres de los aficionados más radicales de sus aventuras, puede que otra propuesta resulta más interesante. Al final la alquimia es como la química, y si te dormías en clase con la química orgánica puede que te ocurra lo mismo en esta ocasión.
Información del juego
Fecha de lanzamiento: 14 de noviembre de 2013
Desarrollado por:
SCE London Studio