
PC
PlayStation 4
Xbox One
Blazkoestimulina
BJ se despierta una vez de su letargo y la lía parda a base de reventar nazis a dos manos. Sí, otra vez.
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Versión analizada Xbox One. Copia digital proporcionada por Bethesda.
En Marvel las empezaron a llamar What if...? y a comercializarlo durante los años setenta debido a su gran atractivo. Nos referimos a las distopías, realidades alternativas que imaginan un futuro diferente en función de un cambio determinado. En el mundo de los videojuegos lo hemos visto muchas veces, y fue la opción elegida por Machine Games (bajo el amparo de Bethesda) para continuar con las vivencias de William "B.J." Blazkowicz, el protagonista de Wolfenstein 3D, juego que inauguró el First Person Shooter de la mano de iD Software. En el caso de Wolfenstein: The New Order, los nazis ganan la segunda gran guerra e instauran su reinado de terror por medio mundo. En esta segunda entrega que nos ocupa hoy, continuamos con B.J. en el mismo sitio que lo dejamos, ensangrentado mientras espera la muerte tras acabar con el Coronel Calavera, un pastiche de Cráneo Rojo que nos puso las cosas realmente complicadas en su momento. Pero la guerra continúa. Una cabeza ha sido cercenada, para el grueso del imperio alemán ha continuado su expansión hasta ocupar los Estados Unidos de Norteamérica.
Nosotros comenzamos la aventura recuperándonos de nuestras heridas tras ser rescatados por nuestros compañeros de armas de la primera parte, pero B.J. sabe atraer los problemas como nadie y cuatro meses después de los últimos acontecimientos, el Tercer Reich ha encontrado nuestra base de operaciones con la intención de erradicar a toda la resistencia. El arranque nos recordará a uno de los niveles que ya jugamos en su día en The New Order, con nuestro protagonista medio comatoso intentando salir del avispero de enemigos en el que se ha metido, en esta ocasión con la única ayuda de una silla de ruedas. Wolfenstein II: The New Colossus nos presenta un video introductorio para ponernos al día (aunque recomendamos encarecidamente jugar al primer juego), dos "prólogos", una base de operaciones cargadita de personajes con los que hablar, numerosas misiones secundarias y enormes misiones principales en las ciudades yankees más conocidas en las que nos abrumarán con la cantidad de enemigos, armamento y coleccionables que han sido capaces de acumular en ellos. Cada nivel parece un "sandbox" pasillero que nos invitará a una segunda (o tercera) pasada gracias a las cosas que podemos desbloquear y a los seis niveles de dificultad implementados (el séptimo hay que desbloquearlo).
El juego se apoya en el argumento como hacía mucho tiempo que no veíamos en un shooter. Para que nos entendamos, hay más horas de secuencias de video de las que puede durar un Call of Duty en un modo de dificultad poco exigente. Si a eso sumamos las conversaciones con los secundarios, la búsqueda de objetos por los recovecos de los escenarios, la recreativa de Wolfenstein 3D pero desde el punto de vista Nazi en la que se puede guardar la partida, la tensión de los enfrentamientos y el giro que protagonizaremos durante los primeros compases, fácilmente podemos llegar a la treintena de horas de juego sin tener la mitad de los coleccionables en nuestro haber. Una burrada. Pero una burrada en cuanto a horas y en cuanto planteamiento, ya que el juego sigue las pautas del primer juego a rajatabla, con escenas que harán estremecerse los estómagos más sensibles y auténticos baños de sangre que harían relamerse al mismísimo Teniente Aldo Raine. Como novedad, tendremos información de primera mano sobre la animadversión de B.J. con los Nazis, seremos testigos de excepción de la infancia del guerrero polaco a modo de flashbacks, como si hiciera falta justificar tanto ensañamiento. En realidad, Wolfenstein II: The New Colossus es justo lo que queríamos, más de lo mismo pero en cantidades industriales.