Este juego contiene racismo, suicidios y cine mudo

En esta sociedad hay niveles establecidos de privilegio. Mediante un consenso invisible pero más o menos extendido, hay razas y clases sociales que gobiernan sobre otras. La sociedad del progreso, en realidad, ni existe ni nunca existirá: todo lo que creemos progresar es solo una ilusión. En el mejor de los casos, un paso hacia adelante solo se produce tras haber dado unos cuantos pasos hacia atrás. Cuando el conjunto de la sociedad afronta una crisis severa, como una guerra o una pandemia es cuando brillan estas desigualdades, que siempre están ahí, pero no queremos verlas. Cuando un grupo de individuos avanza en su ideal de felicidad, siempre lo hace a costa del perjuicio en otro.

La redención de los cuervos

Eres una niña cuervo y tu destino está marcado. Atravesarás este mundo distópico descalza, indefensa, navegando entre las miserias de nuestra sociedad. Por el camino conocerás por qué nos odian pero también qué nos hace especiales. A veces tendrás que usar tu astucia para solucionar pequeños acertijos, también sabrás emplear tu agilidad para escapar de una muerte segura. Sobre todo no te detengas, pequeña; cobíjate en las sombras. Son tus mejores aliadas, y te permitirán pasar desapercibida ante las cámaras de seguridad. Nunca olvides que los cuervos somos hijos de la noche, y desde que la noche es eterna, la victoria nos pertenece.



Nos han enseñado a pensar, como a los cerdos, que siempre hay alguien que está peor que nosotros. Podemos dedicar nuestra vida a trabajar en un régimen decididamente injusto, porque siempre existen consuelos para aceptar la situación. Hay quienes creen que pueden mejorar su nivel de bienestar y algunos lo consiguen, encontrando en esa mejora un colchón sobre el que arrojar todos los demás problemas de su existencia: si lo han conseguido ellos, otros también podrán, ¿no? El bienestar individual es la aspirina que debemos tomar, para así seguir viviendo, y sustentar con nuestro trabajo a otros que, por azares del destino, están en una mejor situación. Algunos en nuestro mismo corral se contentan simplemente con mantener el statu quo, una actitud si cabe más loable, porque implica cierta actitud estoica que reconoce la futilidad de la vida.

«No hay sociedad posible si no existen parias en alguna parte»

Aún, los cerdos tienen el privilegio de estar por encima de los cuervos. La pregunta no es cómo acabar con el racismo, la pregunta es quién es el racista. Estos asquerosos pájaros oscuros representan la lacra de la sociedad. No importa entender las razones de por qué han acabado relegados a la posición lamentable de convertirse en el chivo expiatorio para todos los males: somos la ciudad de Omelas, y no nos importa ver sufrir a una parte del prójimo siempre que eso garantice nuestra prosperidad. No hay sociedad posible si no existen parias en alguna parte, es un principio básico de la convivencia en los series inteligentes. Los cuervos, que aceptan ese destino, no desisten del sueño imposible, su quimera existencial: apagar las luces. Solo cuando estás en lo más bajo del organigrama, cuando sientes el suelo frío en las plantas de tus pies, es cuando eres capaz de reunir la esperanza y la motivación suficiente para tomar las riendas.



Las luces mantienen la fe en la sociedad. "Un baño de luz al día mantiene lejos la oscuridad". La luz es lo que permite que el mundo siga girando y, gracias a un elaborado sistema de trabajos forzados y sacrificios, todos los días hay baterías listas para alimentar millones de bombillas. Mientras las bombillas sigan brillando, ¿a quién le importa el resto? Los ratones se ocupan de que el orden superior de las cosas siga en marcha, y pocas cosas surten más efecto para adiestrar a la población que la televisión. Los shows en los que se ejercen torturas hacia los cuervos son un jarabe contra la rebeldía, panem et circenses, los romanos lo tenían claro.

«"Todos somos iguales" es una mentira que nos hacen creer. Nos convencen de que si lo creemos muy fuerte, y lo gritamos muy alto, se hará realidad»

"Todos somos iguales" es una mentira que nos hacen creer. Nos convencen de que si lo creemos muy fuerte, y lo gritamos muy alto, se hará realidad. Desde que los lobos llegaron al poder, esta realidad nunca estuvo tan lejos. La persistente oscuridad que cubre este mundo metálico y forzosamente ordenado nos cobija, y por eso los cuervos vamos a renacer. Jugaremos al juego que ellos mismos han inventado, y ganaremos alas para desenchufar su pantomima. El viaje será peligroso, agobiante y algo azaroso, pero valdrá la pena. No sé si invertiremos el orden establecido, pero como mínimo lo destruiremos.

Copia digital proporcionada por Plan of Attack.