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Manual para crear una banda indie
We are OFK nos convierte en protagonistas de la aventura de una vida: sacar adelante una carrera discográfica

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Generación Z: aquella cuyo nacimiento se comprende entre 1990 y principios de los 2010. Están en boca de todos, pero hay que saber diferenciar cuándo el discurso ha sido generado por sus propios protagonistas o viene de otro lado. Cuando quieres contar una historia de un marcado acento generacional, ya sea en formato cine, televisión, libro o, en este caso, videojuego, es imprescindible contar con la voz y la experiencia de la generación a la que te quieres referir. Por eso es habitual encontrarnos, por ejemplo, con series de televisión protagonizadas por adolescentes y escritas por boomers que están más que desconectados de las realidades de sus personajes.


¿Por qué es importante esta introducción? Porque ‘We are OFK’ es un juego, o una novela visual, que claramente está enfocada a mostrarnos la realidad de una generación, concretamente la Gen Z, los chicos que ahora terminan sus carreras y se encuentran ante un mundo totalmente absorbido por las redes sociales y encadenado de forma constante al teléfono móvil para absolutamente todo.
Entender esto es básico para disfrutar de ‘We are OFK’ ya que, si has nacido antes de los 90, seguramente te encuentres con muchas referencias o maneras de ver la vida que no coinciden con las tuyas. Y no pasa absolutamente nada, por eso nos gusta conocer todo tipo de historias.
Como hemos dicho anteriormente, ‘We are OFK’ es una novela visual más que un videojuego, es una aventura conversacional en la que tomaremos algunas (no muchas) decisiones y de la que seremos meros espectadores durante probablemente un 80% de cada capítulo. Esto puede chocar, ya que es algo muy diferente a juegos del sector como la saga ‘Ace Attorney’ o las historias de Telltale Games, pero cuanto antes asumas esta realidad, más vas a disfrutar la historia y sus personajes.
‘We are OFK’ es también autoproclamado un biopic, ya que cuenta los orígenes de la banda OFK. Te avisamos que no vamos a desvelar prácticamente nada de la historia porque es el mayor valor de este juego y hay que disfrutarlo con todas y cada una de sus escenas. Todo empieza con Itsumi, una pianista cuya carrera no acaba de despegar y que trabaja como Community Manager de una de las mayores empresas de esports del mercado. A partir de ahí conoceremos a su mejor amigo Luca, que comparte piso con Carter y a Jey, la productora que jugará un papel clave en toda la historia.


La manera en la que abordan todos y cada uno de los aspectos de las vidas de los personajes es abierta, transparente, con muchos matices y, sobre todo, realista. Se agradece ver referencias reales a cómo funcionan los trabajos como la gestión de un evento mundial de esports, la producción de una canción o la industria musical en general. También veremos las diferentes aristas de todos los personajes, alejándose de los arquetipos de “villano” y “héroe” y mostrándonos personas reales, con inquietudes, con momentos buenos y momentos malos.
La incorporación de la tecnología en el juego es realista pero roza la distopía de una forma curiosa: Carter trabaja como VJ, es decir, que realiza renders y CGs para pinchar música en pantallas, y su relación con la tecnología evoluciona de manera muy interesante. Los teléfonos son imprescindibles en las escenas y sirven para hacer la mayoría de elecciones de conversación: podremos hablar con personajes y decidir cómo abordar todo tipo de cuestiones. Incluso podremos hacerlo en el menú del juego, un gran acierto que amplía un poco más el lore de esta historia.
Si hay algo que está bien hecho en ‘We are OFK’, más incluso que la historia, son los guiones. Personajes reales que hablan como personas de verdad, chicos jóvenes que se comunican con emojis casi sin sentido y un vocabulario íntimo y cerrado que a veces roza el inside joke. Da gusto leer historias escritas por personas que realmente son y escriben así y no por corporaciones que intentan apelar a esta generación sin tener ni idea.
Algo común en todos los capítulos (5 en total, ya tienes 2 disponibles) es que siguen la estructura de una buena canción: una introducción fuerte, un desarrollo interesante con escenas clave, un momento de puente en el que parece que nada tiene solución… y el subidón final: el videoclip de la canción correspondiente del EP de OFK. Es una muy sabia elección porque, cuando ya lo sabes, no ves el momento de conocer la canción, su letra, su producción y disfrutar de la interacción, ya que es el momento en el que más vas a usar el mando. Durante el vídeo de cada tema, habrá diferentes escenas interactivas, que te permitirán mover al personaje, tocar cosas, recoger puntos… Pequeños minijuegos que te liberan de la tensión de la historia y te recuerdan que tienes un mando (o un teclado) con el que tomar decisiones. Y todo esto, bien hilado con lo que está sucediendo en la vida de los personajes.


No quiero dejar sin aplaudir un aspecto del que quizá se hable por las razones incorrectas, pero que hay que celebrar y seguir como ejemplo: la diversidad mostrada en el juego. Todos sabemos que la sociedad en general, y nuestro sector, tolera la diversidad siempre que “no moleste” y “se entienda”, pero en ‘We are OFK’ han hecho algo increíble introduciendo personajes LGTBIQ+ de la mejor manera posible: sin explicar nada. Un chico puede tener una cita con una chica y luego con una chica. ¿Hay que sorprenderse o preguntar por qué? En absoluto. Se usan los pronombres correctos con cada persona, incluyendo los no binaries y nadie se sorprende ni tiene que dar explicaciones. Así funcionan las generaciones que vienen, y esta muestra de diversidad, respeto y naturalidad ha de servir como ejemplo para todos los juegos que quieran abordar esta cuestión de forma natural y realista.
Conclusión
‘We are OFK’ vendrá acompañado del lanzamiento de un EP con las canciones que suenan en el juego. De momento, ya podemos disfrutar de ‘Follow/Unfollow’ en las plataformas de streaming, y os recomendamos escucharla porque, si os gusta, el juego os encantará.
‘We are OFK’ puede pecar de poco interactivo, es un hecho que se han dedicado más esfuerzos a la narrativa y a la credibilidad de unos personajes que a las decisiones que se puedan tomar. Pero su historia, el cuidado que han puesto en el sonido y en el doblaje hace que merezca la pena arriesgar por un juego indie sobre una banda indie que nace en Los Angeles y tiene el mundo por explorar.


En 'We are OFK' vamos a frecuentar muchos lugares de Los Angeles
¿Por qué es importante esta introducción? Porque ‘We are OFK’ es un juego, o una novela visual, que claramente está enfocada a mostrarnos la realidad de una generación, concretamente la Gen Z, los chicos que ahora terminan sus carreras y se encuentran ante un mundo totalmente absorbido por las redes sociales y encadenado de forma constante al teléfono móvil para absolutamente todo.
Entender esto es básico para disfrutar de ‘We are OFK’ ya que, si has nacido antes de los 90, seguramente te encuentres con muchas referencias o maneras de ver la vida que no coinciden con las tuyas. Y no pasa absolutamente nada, por eso nos gusta conocer todo tipo de historias.
«‘We are OFK’ es una novela visual más que un videojuego»
Como hemos dicho anteriormente, ‘We are OFK’ es una novela visual más que un videojuego, es una aventura conversacional en la que tomaremos algunas (no muchas) decisiones y de la que seremos meros espectadores durante probablemente un 80% de cada capítulo. Esto puede chocar, ya que es algo muy diferente a juegos del sector como la saga ‘Ace Attorney’ o las historias de Telltale Games, pero cuanto antes asumas esta realidad, más vas a disfrutar la historia y sus personajes.
‘We are OFK’ es también autoproclamado un biopic, ya que cuenta los orígenes de la banda OFK. Te avisamos que no vamos a desvelar prácticamente nada de la historia porque es el mayor valor de este juego y hay que disfrutarlo con todas y cada una de sus escenas. Todo empieza con Itsumi, una pianista cuya carrera no acaba de despegar y que trabaja como Community Manager de una de las mayores empresas de esports del mercado. A partir de ahí conoceremos a su mejor amigo Luca, que comparte piso con Carter y a Jey, la productora que jugará un papel clave en toda la historia.


Los personajes tienen muchos matices y eso los hace muy realistas
La manera en la que abordan todos y cada uno de los aspectos de las vidas de los personajes es abierta, transparente, con muchos matices y, sobre todo, realista. Se agradece ver referencias reales a cómo funcionan los trabajos como la gestión de un evento mundial de esports, la producción de una canción o la industria musical en general. También veremos las diferentes aristas de todos los personajes, alejándose de los arquetipos de “villano” y “héroe” y mostrándonos personas reales, con inquietudes, con momentos buenos y momentos malos.
La incorporación de la tecnología en el juego es realista pero roza la distopía de una forma curiosa: Carter trabaja como VJ, es decir, que realiza renders y CGs para pinchar música en pantallas, y su relación con la tecnología evoluciona de manera muy interesante. Los teléfonos son imprescindibles en las escenas y sirven para hacer la mayoría de elecciones de conversación: podremos hablar con personajes y decidir cómo abordar todo tipo de cuestiones. Incluso podremos hacerlo en el menú del juego, un gran acierto que amplía un poco más el lore de esta historia.
«Da gusto leer historias escritas por personas que realmente son y escriben así y no por corporaciones que intentan apelar a esta generación sin tener ni idea.»
Si hay algo que está bien hecho en ‘We are OFK’, más incluso que la historia, son los guiones. Personajes reales que hablan como personas de verdad, chicos jóvenes que se comunican con emojis casi sin sentido y un vocabulario íntimo y cerrado que a veces roza el inside joke. Da gusto leer historias escritas por personas que realmente son y escriben así y no por corporaciones que intentan apelar a esta generación sin tener ni idea.
Algo común en todos los capítulos (5 en total, ya tienes 2 disponibles) es que siguen la estructura de una buena canción: una introducción fuerte, un desarrollo interesante con escenas clave, un momento de puente en el que parece que nada tiene solución… y el subidón final: el videoclip de la canción correspondiente del EP de OFK. Es una muy sabia elección porque, cuando ya lo sabes, no ves el momento de conocer la canción, su letra, su producción y disfrutar de la interacción, ya que es el momento en el que más vas a usar el mando. Durante el vídeo de cada tema, habrá diferentes escenas interactivas, que te permitirán mover al personaje, tocar cosas, recoger puntos… Pequeños minijuegos que te liberan de la tensión de la historia y te recuerdan que tienes un mando (o un teclado) con el que tomar decisiones. Y todo esto, bien hilado con lo que está sucediendo en la vida de los personajes.


La tecnología es un elemento clave de la historia de ‘We are OFK’
No quiero dejar sin aplaudir un aspecto del que quizá se hable por las razones incorrectas, pero que hay que celebrar y seguir como ejemplo: la diversidad mostrada en el juego. Todos sabemos que la sociedad en general, y nuestro sector, tolera la diversidad siempre que “no moleste” y “se entienda”, pero en ‘We are OFK’ han hecho algo increíble introduciendo personajes LGTBIQ+ de la mejor manera posible: sin explicar nada. Un chico puede tener una cita con una chica y luego con una chica. ¿Hay que sorprenderse o preguntar por qué? En absoluto. Se usan los pronombres correctos con cada persona, incluyendo los no binaries y nadie se sorprende ni tiene que dar explicaciones. Así funcionan las generaciones que vienen, y esta muestra de diversidad, respeto y naturalidad ha de servir como ejemplo para todos los juegos que quieran abordar esta cuestión de forma natural y realista.
«Ya podemos disfrutar de ‘Follow/Unfollow’, su primer single, en las plataformas de streaming»
Conclusión
‘We are OFK’ vendrá acompañado del lanzamiento de un EP con las canciones que suenan en el juego. De momento, ya podemos disfrutar de ‘Follow/Unfollow’ en las plataformas de streaming, y os recomendamos escucharla porque, si os gusta, el juego os encantará.
‘We are OFK’ puede pecar de poco interactivo, es un hecho que se han dedicado más esfuerzos a la narrativa y a la credibilidad de unos personajes que a las decisiones que se puedan tomar. Pero su historia, el cuidado que han puesto en el sonido y en el doblaje hace que merezca la pena arriesgar por un juego indie sobre una banda indie que nace en Los Angeles y tiene el mundo por explorar.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Popagenda.
Alternativas
Desde Idol Manager hasta Phoenix Wright o las historias de Telltale
La historia, los personajes, la diversidad y, sobre todo, la música
La baja interacción del jugador en la toma de decisiones
Estrena el género del biopic en el mundo del videojuego con aciertos y mucho espacio para la mejora