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Analisis de Wanted: Dead, la inesperada virtud de la nostalgia llega a corte de katana
Hemos pasado una semana con la Unidad Zombie en Hong Kong destrozando soldados a golpe de katana ¿Es todo tan bueno como parece?

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El pasado 14 de febrero la desarrolladora Soleil (formada por antiguos miembros de Team Ninja) y la distribuidora 110 Industries lanzaron Wanted: Dead para PC, Xbox Series, Xbox One, PlayStation 5 y PlayStation 4. Se trata de título que apela a la nostalgia de juegos pasados (literalmente, de consolas PlayStation 2 y coetáneas de sexta generación) que sin mucha ambición pretendían o conseguían hacer pasar al jugador una tarde divertida y frenética cargada de acción, sangre y una historia que funcionaba más bien de fondo para nuestras matanzas ¿Ha conseguido esta nueva propuesta impresionar en su resultado tanto como su exótica premisa? Quedaos, porque si tenéis un mínimo de interés en el juego este análisis sin spoilers os puede interesar.

Una pandilla alucinante, la historia no tanto...
La teniente Hannah Stone, una mujer con un oscuro pasado condenada a cadena perpetua por cometer crímenes de guerra, recibe una invitación del cuerpo de policía de Hong Kong para unirse a la Unidad Zombie, un escuadrón de élite del cuerpo policial entrenado para situaciones de alto riesgo. Contando con la ayuda de los soldados Herzog, Doc y Cortez nuestra misión será destapar los trapos sucios de Dauer (la típica corporación malvada y poderosa de turno) sin perder nuestra placa para no volver a la cárcel, con una sucesión de alocadas misiones que se sucederán en el transcurso de una semana. En cada nivel despacharemos decenas de enemigos a sablazo limpio, casi al tiempo que empleamos las balas que hagan falta contra ellos ya sea desde cobertura o a toda velocidad al descubierto a través de oficinas, parques y hasta un cabaret. Todo esto sazonado con unos personajes bastante extravagantes, jefes finales desquiciados y un sentido del humor extravagante fácilmente asociable al país del sol naciente.
Respecto a narrativa, Wanted: Dead sabe que no tiene una gran historia y no lo oculta, por lo cual no hay demasiado que rascar. En las cinco misiones que jugaremos no hay mucha oportunidad para desarrollar personajes y cuando lo hacen a través de cinemáticas gran parte del tiempo están diciendo cosas que no aportan demasiado y que con suerte consiguen esbozar alguna sonrisa. De igual forma toda la trama corporativa y la motivación para luchar no es muy emocionante y a veces se intentan cubrir huecos narrativos con escenas anime intercaladas con las del motor del juego, pero ambas están mayormente desaprovechadas por lo que no es raro quedarse con la cara regañada cuando cualquiera de estas termina o no va a ningún lado. Es cierto que Wanted: Dead tampoco buscaba ser El Padrino de los videojuegos, pero una trama potente nunca está de más, y aquí encontramos más bien poco de eso. En su lugar nos encontramos con personajes que pretenden ser profundos mientras tienen una constante y penetrante mirada sin vida, escenas que acaban con solo toser y con un montón de relleno.
La espada es La Familia
Aparte de la historia, lo primero que llama la atención del juego es su sencilla presentación y apariencia de juego de acción de la vieja escuela. Una ambientación futurista, una premisa simple y directa para pasar al adictivo grueso del juego; engancharte a base de ataques, esquives, mejorar tus habilidades a través de un variado árbol de habilidades con lo que podrás mejorar y quitar límites al festival de sangre que aparecerá en pantalla. Ciertamente la idea del juego está ahí, sabes lo que puede y pretende ser pero aún así la ejecución se queda a medio gas. Es decepcionante teniendo como principal reclamo un combate machacabotones sumado a mecánicas de disparo heredadas de juegos de disparo en tercera persona que prometían ser cuanto menos funcionales… y no se puede decir que sea un completo desastre, pero tampoco es bueno.
Afortunadamente, Wanted: Dead funciona con lo elemental en esta clase de juegos: Tres armas a distancia, un arma cuerpo a cuerpo y las arrojadizas que son las granadas. Centrados en el orden expuesto; con nuestra arma principal, podremos parapetarnos en alguna cobertura para acabar con los enemigos a distancia con comodidad. Con nuestra pistola podremos interrumpir los ataques o movimientos de algunos enemigos cercanos para poder atacar nosotros usando un único botón (tiene auto apuntado), ambas armas son personalizables con colores y piezas de arma que modifican los atributos de las mismas. Tendremos una segunda arma "opcional" y equipable de otros enemigos que podremos recoger del suelo para situaciones puntuales y que principalmente usaremos de refuerzo para cuando la otra falle, ya finalmente está la katana, que nos permite acabar con los enemigos que se nos acerquen.

No se puede decir que las mecánicas de disparo ni los movimientos estén mal, pero si que se siente un desajuste importante en la cantidad de esfuerzo que requiere matar a un solo enemigo. Con la espada tendremos unos pocos combos disponibles (ligeramente ampliable en el árbol de habilidades) alternando el botón de disparo y ataque cuerpo a cuerpo por lo que estos combos cuerpo a cuerpo cuentan con una cámara que se queda fija en nuestro objetivo y hasta aquí todo bien. Pronto nos daremos cuenta de que los ataques se repiten en exceso, de que haremos muchas veces los mismos movimientos con las mismas animaciones sin variar un ápice y básicamente nos llegaremos a cansar por la repetición. Disparar tampoco es mucho mejor, los impactos y reacciones de enemigos no generan ninguna sensación real de daño, muchas veces parece que tenemos que destrozar el blindaje de unos enemigos que visten básicamente en chándal y ya luego, si quieren, comienzan a sangrar. Afortunadamente, la cámara del juego generalmente no da problemas en lugares amplios, pero en pasillos cerrados (que no son pocos) a veces imposibilita ver lo que apuntamos y podemos perder por ello fácilmente.
Esta dureza de los enemigos claramente entorpece los combates, y nos encontraremos insistiendo con espadazos a un mismo enemigo mientras vemos con desagrado cómo llegan más y es que Wanted: Dead falla. Falla cuando un juego con una premisa tan simple no es disfrutable sino soportable. No solo se hace cuesta arriba por el ritmo, sino porque apenas hay variedad de enemigos. Aunque no luzcan igual a lo largo de los cinco niveles de los que se compone la campaña, su comportamiento es idéntico con algunas variaciones estéticas y producen el mismo sonido al morir. Como contrapunto positivo, ante tanto contenido insípido acabaremos teniendo facilidades para debilitar grupos de enemigos (un remate a cámara lenta) donde podremos disfrutar de las muchas ejecuciones de Hannah contra sus enemigos. Se puede decir que una vez se domina el combate y consigues avanzar sin problema se hace bastante espectacular, así que en ese aspecto cumple notablemente y consigue que nos olvidemos de que la dificultad del juego es completamente artificial y no es un reto hecho a medida para los jugadores.

Pero no solo de sangre vive el jugador, durante el transcurso de la historia llena de espadazos y disparos nos veremos (abruptamente) interrumpidos por algunos minijuegos como Karaoke o comer ramen (que es básicamente la misma jugabilidad de pulsar botones en el momento justo que ya tenemos visto con cierta saga japonesa muy conocida), la típica máquina del gancho y hasta unas máquinas arcade que nos servirán para picarnos y con la que conseguiremos alargar un poco la ya ajustada duración del título.
Entre misión y misión deambularemos por la comisaría de Hong Kong donde podremos acceder fácilmente a los minijuegos ya presentados, hablar con los polis o leer documentos, además de picarnos con la armera de la comisaría interpretada por Stephanie Joosten, (quizás os suene por ser Quiet en la quinta entrega de la saga Metal Gear Solid) quién además de su aportación al personaje, ha proporcionado un curioso número de canciones que podemos escuchar en una gramola ubicada en la comisaría. Salvo el minijuego del gancho, el resto de los minijuegos presentan una dificultad más elevada de la esperada, quizá con la esperanza de picar al jugador y que este se proponga completarlos todos.
Lo cortés no quita lo valiente y es que el juego es corto (muy corto), sobre unas 8 horas te lo pasas a poco que tengas experiencia en el género, y la brevedad no da tiempo a cansarse tanto como podría. Ni por asomo es tan brutal en su dificultad como un Ninja Gaiden (los enemigos no dan tanto juego) pero el sistema de punto de guardado a la vieja escuela en el que morimos y retrocedemos hasta el último puede ser tan beneficioso -le añade tensión al juego- como puñetero, subrayando esto último debido a la presencia de unos enemigos que arrojan granadas que detonan a placer, haciendo que en algunos casos ardas hasta morir sin poder moverte siquiera o unos enemigos notablemente más fuertes metidos en el nivel que pueden acabar contigo de forma injusta por lo abrupto de sus ataques.
Pese a tantos defectos, hay ideas que "aterrizan buen pie"; la variedad de ejecuciones, el funcionamiento del tiempo bala dentro del juego o la forma en la que los enemigos son destrozados y cómo la sangre adorna el escenario que a ratos consiguen generar una impresión cinematográfica bastante lograda. De nuevo, los combates no son sencillos -cosa que se agradece- y la presencia de los jefes llega a dejar algunos momentos interesantes en lo jugable y los que no son jefazos tampoco pueden ser ignorado puesto que nos pueden tumbar en pocos golpes muy fácilmente Y por último, quizá la decisión más "polémica" que ubico a su favor es la presencia y consistencia de los checkpoints. Como ya comenté, no están muy separados entre sí (cosa que habría hecho la experiencia mucho más insufrible) por lo que se agradece su medida distribución pese a estar en niveles tan simples pero es que con opción de autoguardado automático sería un juego mucho más aburrido.

No hay mucho que comentar aquí puesto que todo lo relacionado al sonido en el juego es incomprensiblemente pobre; desde una selección musical compuesta inicialmente por música tecno muy sosa y machacona (no como el tecno bueno que sale en otros juegos, creedme) y con una música sacada de contexto y razón como lo son los temas de la gramola que no aparecen en casi ningún momento del juego. Los efectos de sonido se pueden hacer casi tan pesados como la música, con unos enemigos que no dejan de repetir lo mismo y que, literalmente, todos gritan exactamente igual al morir una y otra vez.
La actuación de voz durante el juego es algo que daría para un párrafo entero, pero acortaremos diciendo que en varios casos parece hecho a desgana (Hannah) y en otros es bastante lamentable incluso para querer asemejarse a una película de serie B no habría estado mal que se tomara en serio este apartado si lo que se busca es presentar una historia seria aunque tenga segmentos de comer ramen, ninjas y karaoke de por medio. Tristemente es de lo más molesto de todo, con unos personajes cuyas voces a veces ni se sincronizan con lo que dicen y que sacan mucho de la experiencia. Como último apunte sobre el minijuego de Karaoke, me gustaría que alguien me dijera por qué hay un minijuego musical completo y responsivo cuando solo hay una única canción disponible para cantar en el juego (que para más inri está en alemán), habiendo muchas canciones de Joosten incluidas en la banda sonora del juego. La queja no es porque tengamos una necesidad interna de alargar la duración del juego, sino porque no se entiende la inclusión tan mal planteada de este minijuego para no sacarle nada de provecho.

El acabado técnico del juego no es malo, hay apartados como las animaciones faciales o texturas que parecen (mucho) más que un homenaje a generaciones pasadas de consola así como unos bugs realmente molestos y alguno habitual como el típico enemigo que después de haberle realizado una ejecución se queda inmóvil (y alguno grave como carme del mapa tras realizar un sprint casi sin razón aparente pero más raro que ocurra) por lo que no es de extrañar que vaya con fluidez en la mayoría de ordenadores gaming actuales.
Un servidor ha podido jugar al juego en calidad ultra bajo su fiel GTX1070 y el rendimiento ha sido totalmente satisfactorio en todo momento. Ni los fluídos, desmembraciones ni los efectos de lluvia con muchos enemigos han provocado el menor problema de stuttering o ralentización salvo con el segundo jefe del juego que me salió un pantallazo a la vez que el enemigo había destrozado todas las columnas del lugar. No es que sea algo meritorio pues el acabado visual del juego está lejos de impresionante pero no es de lo peor que se ha visto en la en el mundillo ni por asomo, diríamos nosotros.
Todos estos problemas, esperamos, se corrijan con un parche en el futuro aunque tampoco son algo que entorpezcan la experiencia como un todo. Con cosas buenas y malas, Wanted: Dead es un juego humilde que tiene buenas ideas, y el hecho de jugarlo es bastante entretenido pero la cosa no pasa de ahí. Hay que tener en cuenta también que no es un juego de gran presupuesto, y que es un estudio que aún está potenciando su fórmula, por lo que no deseamos que este análisis no sea tomado de forma destructiva sino como una piedra sobre la que construir un juego mejor, sobre todo teniendo en cuenta el “abusivo” precio de salida del juego en todas las consolas (ronda los sesenta euros) para todas las plataformas. No creo que sea un juego que haya que odiar tampoco, puesto que esta clase de propuestas cortas y divertidas no abundan y pese a sus fallos es un juego con buenas ideas y apetecible para un determinado público que, a un precio más acorde a lo que ofrece, podría quedar satisfecho conociendo bien lo que ofrece el título: Sangre, sudor y lágrimas a la vieja escuela de la pura serie B videojueguil.


Una pandilla alucinante, la historia no tanto...
La teniente Hannah Stone, una mujer con un oscuro pasado condenada a cadena perpetua por cometer crímenes de guerra, recibe una invitación del cuerpo de policía de Hong Kong para unirse a la Unidad Zombie, un escuadrón de élite del cuerpo policial entrenado para situaciones de alto riesgo. Contando con la ayuda de los soldados Herzog, Doc y Cortez nuestra misión será destapar los trapos sucios de Dauer (la típica corporación malvada y poderosa de turno) sin perder nuestra placa para no volver a la cárcel, con una sucesión de alocadas misiones que se sucederán en el transcurso de una semana. En cada nivel despacharemos decenas de enemigos a sablazo limpio, casi al tiempo que empleamos las balas que hagan falta contra ellos ya sea desde cobertura o a toda velocidad al descubierto a través de oficinas, parques y hasta un cabaret. Todo esto sazonado con unos personajes bastante extravagantes, jefes finales desquiciados y un sentido del humor extravagante fácilmente asociable al país del sol naciente.
Respecto a narrativa, Wanted: Dead sabe que no tiene una gran historia y no lo oculta, por lo cual no hay demasiado que rascar. En las cinco misiones que jugaremos no hay mucha oportunidad para desarrollar personajes y cuando lo hacen a través de cinemáticas gran parte del tiempo están diciendo cosas que no aportan demasiado y que con suerte consiguen esbozar alguna sonrisa. De igual forma toda la trama corporativa y la motivación para luchar no es muy emocionante y a veces se intentan cubrir huecos narrativos con escenas anime intercaladas con las del motor del juego, pero ambas están mayormente desaprovechadas por lo que no es raro quedarse con la cara regañada cuando cualquiera de estas termina o no va a ningún lado. Es cierto que Wanted: Dead tampoco buscaba ser El Padrino de los videojuegos, pero una trama potente nunca está de más, y aquí encontramos más bien poco de eso. En su lugar nos encontramos con personajes que pretenden ser profundos mientras tienen una constante y penetrante mirada sin vida, escenas que acaban con solo toser y con un montón de relleno.
"Soleil está formado por exmiembros de Team Ninja como Yoshifuru Okamoto, Hiroaki Matsui o Natsuki Tsurugai."
La espada es La Familia
Aparte de la historia, lo primero que llama la atención del juego es su sencilla presentación y apariencia de juego de acción de la vieja escuela. Una ambientación futurista, una premisa simple y directa para pasar al adictivo grueso del juego; engancharte a base de ataques, esquives, mejorar tus habilidades a través de un variado árbol de habilidades con lo que podrás mejorar y quitar límites al festival de sangre que aparecerá en pantalla. Ciertamente la idea del juego está ahí, sabes lo que puede y pretende ser pero aún así la ejecución se queda a medio gas. Es decepcionante teniendo como principal reclamo un combate machacabotones sumado a mecánicas de disparo heredadas de juegos de disparo en tercera persona que prometían ser cuanto menos funcionales… y no se puede decir que sea un completo desastre, pero tampoco es bueno.
Afortunadamente, Wanted: Dead funciona con lo elemental en esta clase de juegos: Tres armas a distancia, un arma cuerpo a cuerpo y las arrojadizas que son las granadas. Centrados en el orden expuesto; con nuestra arma principal, podremos parapetarnos en alguna cobertura para acabar con los enemigos a distancia con comodidad. Con nuestra pistola podremos interrumpir los ataques o movimientos de algunos enemigos cercanos para poder atacar nosotros usando un único botón (tiene auto apuntado), ambas armas son personalizables con colores y piezas de arma que modifican los atributos de las mismas. Tendremos una segunda arma "opcional" y equipable de otros enemigos que podremos recoger del suelo para situaciones puntuales y que principalmente usaremos de refuerzo para cuando la otra falle, ya finalmente está la katana, que nos permite acabar con los enemigos que se nos acerquen.


No se puede decir que las mecánicas de disparo ni los movimientos estén mal, pero si que se siente un desajuste importante en la cantidad de esfuerzo que requiere matar a un solo enemigo. Con la espada tendremos unos pocos combos disponibles (ligeramente ampliable en el árbol de habilidades) alternando el botón de disparo y ataque cuerpo a cuerpo por lo que estos combos cuerpo a cuerpo cuentan con una cámara que se queda fija en nuestro objetivo y hasta aquí todo bien. Pronto nos daremos cuenta de que los ataques se repiten en exceso, de que haremos muchas veces los mismos movimientos con las mismas animaciones sin variar un ápice y básicamente nos llegaremos a cansar por la repetición. Disparar tampoco es mucho mejor, los impactos y reacciones de enemigos no generan ninguna sensación real de daño, muchas veces parece que tenemos que destrozar el blindaje de unos enemigos que visten básicamente en chándal y ya luego, si quieren, comienzan a sangrar. Afortunadamente, la cámara del juego generalmente no da problemas en lugares amplios, pero en pasillos cerrados (que no son pocos) a veces imposibilita ver lo que apuntamos y podemos perder por ello fácilmente.
Vacaciones en el infierno, entretenimiento para todos los gustos
Esta dureza de los enemigos claramente entorpece los combates, y nos encontraremos insistiendo con espadazos a un mismo enemigo mientras vemos con desagrado cómo llegan más y es que Wanted: Dead falla. Falla cuando un juego con una premisa tan simple no es disfrutable sino soportable. No solo se hace cuesta arriba por el ritmo, sino porque apenas hay variedad de enemigos. Aunque no luzcan igual a lo largo de los cinco niveles de los que se compone la campaña, su comportamiento es idéntico con algunas variaciones estéticas y producen el mismo sonido al morir. Como contrapunto positivo, ante tanto contenido insípido acabaremos teniendo facilidades para debilitar grupos de enemigos (un remate a cámara lenta) donde podremos disfrutar de las muchas ejecuciones de Hannah contra sus enemigos. Se puede decir que una vez se domina el combate y consigues avanzar sin problema se hace bastante espectacular, así que en ese aspecto cumple notablemente y consigue que nos olvidemos de que la dificultad del juego es completamente artificial y no es un reto hecho a medida para los jugadores.


Pero no solo de sangre vive el jugador, durante el transcurso de la historia llena de espadazos y disparos nos veremos (abruptamente) interrumpidos por algunos minijuegos como Karaoke o comer ramen (que es básicamente la misma jugabilidad de pulsar botones en el momento justo que ya tenemos visto con cierta saga japonesa muy conocida), la típica máquina del gancho y hasta unas máquinas arcade que nos servirán para picarnos y con la que conseguiremos alargar un poco la ya ajustada duración del título.
Entre misión y misión deambularemos por la comisaría de Hong Kong donde podremos acceder fácilmente a los minijuegos ya presentados, hablar con los polis o leer documentos, además de picarnos con la armera de la comisaría interpretada por Stephanie Joosten, (quizás os suene por ser Quiet en la quinta entrega de la saga Metal Gear Solid) quién además de su aportación al personaje, ha proporcionado un curioso número de canciones que podemos escuchar en una gramola ubicada en la comisaría. Salvo el minijuego del gancho, el resto de los minijuegos presentan una dificultad más elevada de la esperada, quizá con la esperanza de picar al jugador y que este se proponga completarlos todos.
"La actriz Stephanie Joosten es uno de los principales reclamos del juego"
Arma letal... durante un rato
Lo cortés no quita lo valiente y es que el juego es corto (muy corto), sobre unas 8 horas te lo pasas a poco que tengas experiencia en el género, y la brevedad no da tiempo a cansarse tanto como podría. Ni por asomo es tan brutal en su dificultad como un Ninja Gaiden (los enemigos no dan tanto juego) pero el sistema de punto de guardado a la vieja escuela en el que morimos y retrocedemos hasta el último puede ser tan beneficioso -le añade tensión al juego- como puñetero, subrayando esto último debido a la presencia de unos enemigos que arrojan granadas que detonan a placer, haciendo que en algunos casos ardas hasta morir sin poder moverte siquiera o unos enemigos notablemente más fuertes metidos en el nivel que pueden acabar contigo de forma injusta por lo abrupto de sus ataques.
Pese a tantos defectos, hay ideas que "aterrizan buen pie"; la variedad de ejecuciones, el funcionamiento del tiempo bala dentro del juego o la forma en la que los enemigos son destrozados y cómo la sangre adorna el escenario que a ratos consiguen generar una impresión cinematográfica bastante lograda. De nuevo, los combates no son sencillos -cosa que se agradece- y la presencia de los jefes llega a dejar algunos momentos interesantes en lo jugable y los que no son jefazos tampoco pueden ser ignorado puesto que nos pueden tumbar en pocos golpes muy fácilmente Y por último, quizá la decisión más "polémica" que ubico a su favor es la presencia y consistencia de los checkpoints. Como ya comenté, no están muy separados entre sí (cosa que habría hecho la experiencia mucho más insufrible) por lo que se agradece su medida distribución pese a estar en niveles tan simples pero es que con opción de autoguardado automático sería un juego mucho más aburrido.


El apartado sonoro: Sentencia de muerte
No hay mucho que comentar aquí puesto que todo lo relacionado al sonido en el juego es incomprensiblemente pobre; desde una selección musical compuesta inicialmente por música tecno muy sosa y machacona (no como el tecno bueno que sale en otros juegos, creedme) y con una música sacada de contexto y razón como lo son los temas de la gramola que no aparecen en casi ningún momento del juego. Los efectos de sonido se pueden hacer casi tan pesados como la música, con unos enemigos que no dejan de repetir lo mismo y que, literalmente, todos gritan exactamente igual al morir una y otra vez.
La actuación de voz durante el juego es algo que daría para un párrafo entero, pero acortaremos diciendo que en varios casos parece hecho a desgana (Hannah) y en otros es bastante lamentable incluso para querer asemejarse a una película de serie B no habría estado mal que se tomara en serio este apartado si lo que se busca es presentar una historia seria aunque tenga segmentos de comer ramen, ninjas y karaoke de por medio. Tristemente es de lo más molesto de todo, con unos personajes cuyas voces a veces ni se sincronizan con lo que dicen y que sacan mucho de la experiencia. Como último apunte sobre el minijuego de Karaoke, me gustaría que alguien me dijera por qué hay un minijuego musical completo y responsivo cuando solo hay una única canción disponible para cantar en el juego (que para más inri está en alemán), habiendo muchas canciones de Joosten incluidas en la banda sonora del juego. La queja no es porque tengamos una necesidad interna de alargar la duración del juego, sino porque no se entiende la inclusión tan mal planteada de este minijuego para no sacarle nada de provecho.


Consideraciones y remate final
El acabado técnico del juego no es malo, hay apartados como las animaciones faciales o texturas que parecen (mucho) más que un homenaje a generaciones pasadas de consola así como unos bugs realmente molestos y alguno habitual como el típico enemigo que después de haberle realizado una ejecución se queda inmóvil (y alguno grave como carme del mapa tras realizar un sprint casi sin razón aparente pero más raro que ocurra) por lo que no es de extrañar que vaya con fluidez en la mayoría de ordenadores gaming actuales.
Un servidor ha podido jugar al juego en calidad ultra bajo su fiel GTX1070 y el rendimiento ha sido totalmente satisfactorio en todo momento. Ni los fluídos, desmembraciones ni los efectos de lluvia con muchos enemigos han provocado el menor problema de stuttering o ralentización salvo con el segundo jefe del juego que me salió un pantallazo a la vez que el enemigo había destrozado todas las columnas del lugar. No es que sea algo meritorio pues el acabado visual del juego está lejos de impresionante pero no es de lo peor que se ha visto en la en el mundillo ni por asomo, diríamos nosotros.
Todos estos problemas, esperamos, se corrijan con un parche en el futuro aunque tampoco son algo que entorpezcan la experiencia como un todo. Con cosas buenas y malas, Wanted: Dead es un juego humilde que tiene buenas ideas, y el hecho de jugarlo es bastante entretenido pero la cosa no pasa de ahí. Hay que tener en cuenta también que no es un juego de gran presupuesto, y que es un estudio que aún está potenciando su fórmula, por lo que no deseamos que este análisis no sea tomado de forma destructiva sino como una piedra sobre la que construir un juego mejor, sobre todo teniendo en cuenta el “abusivo” precio de salida del juego en todas las consolas (ronda los sesenta euros) para todas las plataformas. No creo que sea un juego que haya que odiar tampoco, puesto que esta clase de propuestas cortas y divertidas no abundan y pese a sus fallos es un juego con buenas ideas y apetecible para un determinado público que, a un precio más acorde a lo que ofrece, podría quedar satisfecho conociendo bien lo que ofrece el título: Sangre, sudor y lágrimas a la vieja escuela de la pura serie B videojueguil.
Jugado en PC. Copia digital proporcionada por Electronic Arts.
Alternativas
Metal Gear Rising: Revengeance, Ninja Gaiden Collection, Devil May Cry.
El combate, las ejecuciones, el diseño de varios personajes, minijuegos "entretenidos".
El combate, el apartado sonoro, la actuación de voz digna de Tommy Wiseau, fallos técnicos notables.
Entretenido hack and slash con buenas intenciones pero demasiados elementos por pulir para recomendar en su precio completo.