La eterna carrera contra los elementos

El genial Dirt 3 de Codemasters es una excelente opción para los amantes de las carreras extremas, pero a pesar de su reputación es un juego cuya filosofía se ha ido alejando poco a poco de la experiencia de los rallies reales, por lo que hemos de suponer que los seguidores de este deporte de motor esperarán con los brazos abiertos la llegada de este WRC 2 con la licencia oficial del World Rally Car. Una licencia que durante años ha estado dando varios tumbos y recibiendo trato con mayor o menor fortuna que este año recae, por segunda vez consecutiva, en Namco Bandai, que ha vuelto a confiar en el estudio italiano Milestone para su desarrollo.

WRC 2 FIA World Rally Championship es en muchos sentidos muy parecido a la entrega del año pasado, por lo que de entrada es fácil saber lo que podemos esperar. Milestone ha vuelto a apostar fuerte por la jugabilidad, que es sin duda el aspecto más destacado, en detrimento de la espectacularidad, algo que seguramente no importará a los seguidores de los rallies pero que puede provocar que pase desapercibido entre el gran público.

Como muchos otros simuladores de conducción actuales, WRC 2 comienza con una pantalla en la que se puede configurar el nivel de dificultad, bien eligiendo uno de los tres niveles preestablecidos, bien configurando manualmente cada aspecto del juego, como las ayudas de la conducción, el nivel de daños en los coches, la dificultad de la IA y hasta el número de rebobinados que podremos usar en una carrera, otra opción que cada vez cobra más protagonismo en este género y que además en un juego como este resulta más crucial que nunca, pues el más mínimo error puede echar por tierra toda una carrera.

Ya entrando en materia, comprobamos que el plato fuerte está en la simulación de la conducción. A lo largo de los diferentes trazados de los trece rallies del calendario oficial de 2011 del World Rally Car nos encontraremos todo tipo de escenarios y superficies que afectan a la conducción. Desde asfalto a gravilla, pasando por tierra o nieve, y bajo condiciones de terreno seco, húmedo o sucio, el juego ofrece un comportamiento realista de cada tipo de superficie. Además es posible modificar los reglajes de los coches antes de cada carrera, como la altura de suspensión, las relaciones de marchas, la carga aerodinámica y así hasta más de una docena de opciones. Es por tanto un juego bastante trabajado en cuanto a simulación y que ofrece una gran experiencia de conducción.

Esto se complementa con un sistema de daños tanto estéticos como en rendimiento. Cada golpe puede provocar que alguna parte del coche se dañe o se rompa completamente, lo que puede afectar a la conducción de muchas maneras. Por ejemplo, un daño en el motor afectará a la velocidad máxima, si se daña la caja de cambios podemos perder alguna marcha o el cambio será más lento, si se rompe la dirección no podremos girar bien, etc.