
Nintendo Switch
PC
PlayStation 4
La sacerdotisa ausente
Square Enix junto al conocido Yoko Taro recuperan Voice of Cards con una continuación, pero sin aportar nada nuevo a la fórmula

0
0
0
Voice of Cards: The Isle Dragon Roars fue toda una sorpresa a la que tuvimos la oportunidad de hincarle el diente hace solo unos cuantos meses. Era un juego de rol japonés tradicional que se desarrollaba a través de un tablero de cartas al estilo de un juego de mesa. Se trataba de un homenaje a los juegos de rol clásicos con un enfoque muy sencillo que resultaba ser accesible para todos los públicos. Si bien nos dio la sensación de que podía ser la primera piedra para una nueva serie rolera dentro del catálogo de Square Enix, no nos imaginábamos que su continuación, Voice of Cards: The Forsaken Maiden, iba a lanzarse con tan poco tiempo de espacio. No se trata de una precuela o una continuación, sino que cuenta con su propia entidad y no es necesario haber jugado a The Isle Dragon Roars para disfrutarlo. Aún así, para bien o para mal, ambos parten prácticamente de la misma base. The Forsaken Maiden no aporta nada nuevo y cuenta con los mismos puntos fuertes y debilidades que la primera entrega. Debido a esto os recomendamos que primero le echéis un vistazo a nuestras impresiones sobre Voice of Cards: The Isle Dragon Roars, ya que en esta ocasión no vamos a reiterar innecesariamente los puntos reflejados.
La aventura de The Forsaken Maiden transcurre en un archipiélago remoto que ha estado protegido por sacerdotisas durante generaciones, pero que ahora se enfrenta a una inminente destrucción. Por ahí aparece nuestro protagonista, un muchacho despreocupado cuya única motivación es terminar de construir su precioso barco. En su vida se cruza Latys, una chica que no ha conseguido convertirse en sacerdotisa y que ahora debe cargar en sus espaldas el odio de su pueblo. La estructura del grupo principal de The Forsaken Maiden es, en esencia, muy similar al de The Isle Dragon Roars, y eso es algo que se construye deliberadamente, ya que consigue que los cambios en el ritmo de la historia sean más significativos. Se aprecia una vez más el peculiar estilo de Yoko Taro para crear historias emotivas y enrevesadas donde no todo es lo que parece y con varios giros de guión que sorprenden. En esta ocasión la historia sí mantiene en todo momento la intriga y está mucho mejor llevada.
El cambio más significativo es que The Forsaken Maiden no entorpece con un desarrollo lineal como el de su predecesor. Todos los conceptos están mucho más simplificados y se nos presentan relativamente pronto, con lo que la subida de nivel no está atada a esos combates aburridos que se podían hacer cuesta arriba. Esto se debe a que ahora en combate los grupos son de cuatro personajes, y no de tres como en The Isle Dragon Roars. Por contra, esto simplifica aún más el sistema de combate, que ya era fácil y ahora lo es todavía más. Las batallas se basan en turnos donde ganamos una gema por cada turno. Estas gemas se utilizan como moneda de cambio para utilizar habilidades poderosas. Saber qué hace cada habilidad y cuál es nuestro orden para atacar es parte importante de la estrategia. El principal inconveniente es que ahora los personajes tienen lazos entre sí, y cuanta mayor sea su amistad más habilidades combinadas podrán desbloquear. Estas habilidades son devastadoras, y por lo general atacan en área, por lo que resuelven los combates en pocos turnos pese a su alto coste en gemas.
Sucede todo lo contrario cuando nos toca combatir con los jefazos. Cada batalla importante es un propio rompecabezas y nunca está claro cuál es el mejor movimiento. Por lo general hay poca tensión en este tipo de enfrentamientos, pero los eventos misteriosos que ocurren en estas batallas nos fuerzan a cambiar nuestra estrategia. No siempre será así, algunos efectos como aumentar nuestro daño de la escuela de magia de las sombras o de la piromancia puede que sean inútiles, pero otros como rebajar nuestra defensa o aumentar nuestro poder de ataque puede que nos lleven a rediseñar nuestra estrategia.
Afortunadamente, The Forsaken Maiden incorpora de base una opción de "Velocidad Alta" que se agregó a The Isle Dragon Roars un tiempo después de su lanzamiento. Esta opción brinda una progresión mucho más rápida ya que acelera la velocidad de las animaciones tanto fuera como dentro del combate. Esto ayuda a aliviar la tasa de encuentros y a subir de nivel mucho más rápido para aumentar nuestras estadísticas o desbloquear nuevos dorsos de cartas de aporten más contexto al universo que nos rodea. Una característica que tampoco falta y que parece ser la seña de identidad de Voice of Cards es el "Salón de juegos", zona en la que podemos jugar a un juego de cartas único. El objetivo es combinar tres cartas de un mismo valor o tres de un valor consecutivo, lo que lo convierte en un minijuego de pura suerte. Puede ser bastante divertido, especialmente si lo probamos en el modo local y competimos contra un conocido.
Lamentablemente, lo que nos encontramos en The Forsaken Maiden es una secuela muy continuista, tal vez demasiado, y que no aporta nada nuevo. No tenemos nuevas mecánicas de juego con las que profundizar en el sistema de combate ni tampoco nuevos modos de juego en los que invertir tiempo extra. Y si bien es cierto que encontramos nuevos personajes y enemigos, muchos de ellos reciclan el diseño del primer Voice of Cards. Nos queda la sensación de que podría haber sido un contenido descargable de The Isle Dragon Roars más que un juego nuevo.
CONCLUSIÓN
Voice of Cards: The Forsaken Maiden no es para nada un mal juego, pero no aporta nada nuevo a la serie. Ya os comentamos en nuestras impresiones de The Isle Dragon Roars que estábamos ante un firme candidato a una de las nuevas series roleras dentro del voluminoso catálogo de Square Enix, pero ahora mismo hay cierta preocupación sobre si esto es lo que realmente le espera a Voice of Cards. ¿Podemos esperar una nueva entrega para este mismo año? Por nuestra parte, hubiésemos preferido esperar un poco más y tener en nuestras manos una continuación que nos dejase con la sensación de estar ante un juego realmente nuevo. Eso no excluye, claro que está, que nos encontramos ante un título al que merece la pena darle una oportunidad.
La aventura de The Forsaken Maiden transcurre en un archipiélago remoto que ha estado protegido por sacerdotisas durante generaciones, pero que ahora se enfrenta a una inminente destrucción. Por ahí aparece nuestro protagonista, un muchacho despreocupado cuya única motivación es terminar de construir su precioso barco. En su vida se cruza Latys, una chica que no ha conseguido convertirse en sacerdotisa y que ahora debe cargar en sus espaldas el odio de su pueblo. La estructura del grupo principal de The Forsaken Maiden es, en esencia, muy similar al de The Isle Dragon Roars, y eso es algo que se construye deliberadamente, ya que consigue que los cambios en el ritmo de la historia sean más significativos. Se aprecia una vez más el peculiar estilo de Yoko Taro para crear historias emotivas y enrevesadas donde no todo es lo que parece y con varios giros de guión que sorprenden. En esta ocasión la historia sí mantiene en todo momento la intriga y está mucho mejor llevada.


Yoko Taro repite al mando de la dirección de la historia, que cumple con creces respecto a la primera entrega.
El cambio más significativo es que The Forsaken Maiden no entorpece con un desarrollo lineal como el de su predecesor. Todos los conceptos están mucho más simplificados y se nos presentan relativamente pronto, con lo que la subida de nivel no está atada a esos combates aburridos que se podían hacer cuesta arriba. Esto se debe a que ahora en combate los grupos son de cuatro personajes, y no de tres como en The Isle Dragon Roars. Por contra, esto simplifica aún más el sistema de combate, que ya era fácil y ahora lo es todavía más. Las batallas se basan en turnos donde ganamos una gema por cada turno. Estas gemas se utilizan como moneda de cambio para utilizar habilidades poderosas. Saber qué hace cada habilidad y cuál es nuestro orden para atacar es parte importante de la estrategia. El principal inconveniente es que ahora los personajes tienen lazos entre sí, y cuanta mayor sea su amistad más habilidades combinadas podrán desbloquear. Estas habilidades son devastadoras, y por lo general atacan en área, por lo que resuelven los combates en pocos turnos pese a su alto coste en gemas.
«El cambio más significativo es que The Forsaken Maiden no entorpece con un desarrollo lineal [...] los conceptos están mucho más simplificados y se nos presentan relativamente pronto .»
Sucede todo lo contrario cuando nos toca combatir con los jefazos. Cada batalla importante es un propio rompecabezas y nunca está claro cuál es el mejor movimiento. Por lo general hay poca tensión en este tipo de enfrentamientos, pero los eventos misteriosos que ocurren en estas batallas nos fuerzan a cambiar nuestra estrategia. No siempre será así, algunos efectos como aumentar nuestro daño de la escuela de magia de las sombras o de la piromancia puede que sean inútiles, pero otros como rebajar nuestra defensa o aumentar nuestro poder de ataque puede que nos lleven a rediseñar nuestra estrategia.


Los combates se sienten repetitivos a causa de su escasa dificultad. Con los jefes ya es otra cosa, habrá que meditar mucho las jugadas.
Afortunadamente, The Forsaken Maiden incorpora de base una opción de "Velocidad Alta" que se agregó a The Isle Dragon Roars un tiempo después de su lanzamiento. Esta opción brinda una progresión mucho más rápida ya que acelera la velocidad de las animaciones tanto fuera como dentro del combate. Esto ayuda a aliviar la tasa de encuentros y a subir de nivel mucho más rápido para aumentar nuestras estadísticas o desbloquear nuevos dorsos de cartas de aporten más contexto al universo que nos rodea. Una característica que tampoco falta y que parece ser la seña de identidad de Voice of Cards es el "Salón de juegos", zona en la que podemos jugar a un juego de cartas único. El objetivo es combinar tres cartas de un mismo valor o tres de un valor consecutivo, lo que lo convierte en un minijuego de pura suerte. Puede ser bastante divertido, especialmente si lo probamos en el modo local y competimos contra un conocido.
«Nos queda la sensación de que [The Forsaken Maiden] podría haber sido un contenido descargable de The Isle Dragon Roars más que un juego nuevo.. »
Lamentablemente, lo que nos encontramos en The Forsaken Maiden es una secuela muy continuista, tal vez demasiado, y que no aporta nada nuevo. No tenemos nuevas mecánicas de juego con las que profundizar en el sistema de combate ni tampoco nuevos modos de juego en los que invertir tiempo extra. Y si bien es cierto que encontramos nuevos personajes y enemigos, muchos de ellos reciclan el diseño del primer Voice of Cards. Nos queda la sensación de que podría haber sido un contenido descargable de The Isle Dragon Roars más que un juego nuevo.


The Forsaken Maiden no aporta novedades de peso, aunque sí incopora las habilidades duales o la posibilidad de surcar el mar con nuestro propio barco.
CONCLUSIÓN
Voice of Cards: The Forsaken Maiden no es para nada un mal juego, pero no aporta nada nuevo a la serie. Ya os comentamos en nuestras impresiones de The Isle Dragon Roars que estábamos ante un firme candidato a una de las nuevas series roleras dentro del voluminoso catálogo de Square Enix, pero ahora mismo hay cierta preocupación sobre si esto es lo que realmente le espera a Voice of Cards. ¿Podemos esperar una nueva entrega para este mismo año? Por nuestra parte, hubiésemos preferido esperar un poco más y tener en nuestras manos una continuación que nos dejase con la sensación de estar ante un juego realmente nuevo. Eso no excluye, claro que está, que nos encontramos ante un título al que merece la pena darle una oportunidad.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Koch Media.
Alternativas
Dungeon Encounters
Su banda sonora y diseño artístico. La historia y sus personajes.
No aporta nada nuevo. Escasa dificultad. Puede llegar a ser repetitivo.
Voice of Cards: The Forsaken Maiden es un buen juego, pero nos deja la sensación de haberse realizado a toda prisa para aprovechar su tirón comercial