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Un dragón viene a verme
Nintendo Switch PC PlayStation 4

Un dragón viene a verme

Square Enix y Yoko Taro nos traen Voice of Cards, un J-RPG de cartas inspirado en los clásicos del género.

Por Juan B.,
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Square Enix está haciendo todo lo posible por recuperar a figuras emblemáticas del estudio con nuevos proyectos que intentan experimentar con la fórmula clásica del rol japonés a través de un tablero. Ya tuvimos recientemente un primer acercamiento con Dungeon Encounters, un JRPG de corte minimalista firmado por Hiroyuki Ito y Hiroaki Kato, director y productor respectivamente de Final Fantasy XII. Ahora es el turno de Voice of Cards: The Isle Dragon Roars, lo nuevo de Square Enix que desarrolla el pequeño estudio Alim y que cuenta con la dirección creativa de uno de los hombres de moda: Yoko Taro, sinónimo de excelencia y padre de la serie NieR. ¿Que qué es Voice of Cards? Pues un mundo bonito y lleno de misterios formado por un montón de cartas, pero al fin y al cabo, un juego de rol clásico.

La historia de Voice of Cards: The Isle Dragon Roars arranca justo donde terminaba la demo del juego, que ha resultado ser un prólogo independiente que nos enseñaba los principios básicos del juego. La reina Vainilla ha convocado a los héroes y aventureros en su palacio para encomendarles una tarea: acabar con un dragón que está poniendo en peligro su reinado. Son muchos los que deciden acudir a la llamada, pero sólo tres héroes son los que reciben la misión. Estos héroes forman parte de la Orden Blanca, una organización caritativa que se ha granjeado un enorme apoyo popular. Sin embargo, nuestro grupo protagonista es otro. El primero de ellos es Stóbal, un joven maleducado que solo tiene interés por rascar un poco de oro de cualquiera que le encomiende una misión. Junto a él viaja un monstruo azul llamado Zafil que no entiende la lengua de los humanos, aunque que se las apaña para hacer buenas migas con ellos. Durante el desarrollo de la historia se unirán nuevos integrantes al equipo, como Kuroé, una misteriosa maga, o Ridi, una elfa de los bosques. ¿Si se nota el sello de Yoko Taro? Aunque está lejos de ofrecer un desarrollo profundo de personajes como en Drakengard 3 o NieR: Automata, los personajes se guardan un as bajo la manga para sorprendernos. No obstante, se echa en falta esa pizca de genialidad de Taro para dejar una huella imborrable en nuestro recuerdo.

Un dragón y hombres musculosos. Podría ser una versión alternativa de Cómo entrenar a tu dragón.


Pese a lo que podría parecer por el material promocional, Voice of Cards no es un juego de cartas. En ese caso, es un juego de rol japonés que mezcla el concepto de toda la vida con las cartas y el rol de mesa. A lo largo de las aproximadamente 15 horas que nos puede llegar a durar esta aventura, nos acompañará la dulce voz de un maestro de juego (en inglés o en japonés), cuya personalidad maliciosa no dudará en romper la cuarta pared para sacarnos los colores. Él será la voz de todos los personajes, monstruos, objetos o escenarios, y su trabajo será narrar todo lo que suceda en pantalla. Usar las cartas para representar a los protagonistas no es algo que nos sorprenda, pero sí que lo haga con el escenario. Cada mazmorra, poblado o bosque es un tablero repleto de cartas. A medida que nos movemos por ellas, se dan la vuelta y muestran lo que hay, lo que invita a explorar el mundo y que nos sorprendamos mientras descubrimos tesoros escondidos o activamos eventos opcionales que nos llevan a una nueva trama de la historia.

«Pese a lo que podría parecer por el material promocional, Voice of Cards no es un juego de cartas. En ese caso, es un juego de rol japonés que mezcla el concepto de toda la vida con las cartas y el rol de mesa.»


Por tanto, estamos ante un juego de desarrollo clásico cuya base nos lleva a ir de un poblado a otro para charlar con la gente y aceptar recados mientras atravesamos un campo abierto lleno de peligros. Bosques frondosos, cavernas oscuras o castillos malditos serán algunas de las zonas por las que nos moveremos. Eso sí, rápidamente pierde el impacto inicial, ya que camino solo hay uno y siempre será el mismo. Además, nos da la sensación de que Voice of Cards pretende llevar un ritmo lento a propósito y eso le pasa factura. El cómo nos movemos por el tablero, la presentación de los eventos y su resolución, los diálogos o incluso las tiradas de dados se hacen eternas. El juego se toma su tiempo para representar cada acción que tomamos, imaginamos que por aquello de querer parecerse a una partida de rol física, y eso nos lleva a momentos muy desesperantes. Algo parecido sucede con la exploración, que si bien premia el conocer cada recoveco, nos llevará muchísimo tiempo recorrer las mazmorras por el acoso que recibiremos de los enemigos y de los eventos aleatorios, que aunque se repiten con demasiada frecuencia su resolución no varía.

Explorar los tableros siempre es algo que querremos hacer, el problema está en la enorme cantidad de combates aleatorios con los que tendremos que lidiar.


En cuanto al combate, que es la piedra angular de cualquier JRPG, Voice of Cards nos presenta un sistema bastante sencillo y accesible para cualquiera. Nuestro equipo está formado por tres personajes (aunque en el grupo son más), y cada uno de ellos cuenta con unas habilidades y características únicas para que los podamos diferenciar claramente. Algunos dominan el cuerpo a cuerpo, otros la distancia, mientras que siempre está el personaje que nos purga los estados alterados. Son bastantes las opciones para la batalla, y siempre se puede orientar un personaje a distintos roles a medida que sube de nivel para que cumpla nuevas funciones. El juego utiliza un sistema de maná representado mediante unas joyas que están relacionadas con los ataques y las magias que podemos usar. En cada turno recargamos una joya, por lo que debemos gestionar nuestras habilidades que no consumen esta "moneda" para así poder acumularlas y lanzar un poderoso ataque que requiera un buen puñado de gemas. A medida que vayamos derrotando a los enemigos subirá el nivel de nuestros personajes para así mejorar sus atributos en ataque, defensa y velocidad, que determinará nuestra posición a la hora de atacar. Además, nuestro maestro de juego se reserva el derecho de añadir condiciones especiales a los combates, especialmente contra los jefazos, como aumentar aleatoriamente la defensa de uno de los dos bandos o aplicar estados alterados a todos los participantes de la batalla.

La peor parte de lo que hemos hablado es que más allá de unas cuantas mazmorras en la recta final del juego, no encontraremos ningún desafío a la hora de progresar en la aventura. El sistema de combate nos brinda desde el principio todas las herramientas para que superemos cualquier amenaza sin ningún problema, y aunque en ocasiones se aprecian pequeños picos de dificultad, bastará con unos pocos combates y la compra de nuevo equipamiento para sobrepasarlo. Además, y como ya hemos comentado en un párrafo anterior, nos da la sensación de que los combates aleatorios son abundantes y nos rompen el ritmo de juego. Cierto es que podemos escapar del enfrentamiento con una buena tirada de dados, pero hay que ir preparados en caso de no tener la suerte de nuestro lado, que por desgracia es lo que suele ocurrir.

«Nos da la sensación de que los combates aleatorios son abundantes y nos rompen el ritmo de juego. »


Un detalle que nos ha gustado mucho es que cada combate recompensa con extractos de la historia del universo de Voice of Cards. A medida que hablamos con distintos personajes y cumplimos sus tareas o matamos varias veces al mismo monstruo, desbloqueamos un dorso de carta que ampliará su historia. Al principio veremos descripciones vagas sobre ellas, de su dueño o de algún evento con el que esté relacionado, pero poco a poco se irá ampliando hasta relatar una historia completa. Es prácticamente lo mismo que en NieR: Automata y las armas, que al subirlas de nivel podíamos acceder a más información de sus portadores.

El sistema de combate está genial, y sobre todo es accesible, aunque echamos en falta una pizca de complejidad.


El diseño artístico nos ha parecido maravilloso. Para la ocasión, Yoko Taro le ha cedido el trabajo a Kimihiko Fujisaka, uno de sus ilustradores de confianza que ya trabajo con él en algunas de las entregas de Drakengard y en la serie NieR. Sin embargo, aunque el diseño de los personajes principales es excelente, es un hecho que los modelos de los personajes secundarios se repiten hasta la saciedad. Nos deja un mal sabor de boca que en pequeñas mazmorras nos podamos encontrar hasta cuatro personajes que comparten el mismo modelo. En el apartado técnico estamos ante un juego muy comedido que no aprovecha para nada la potencia para la nueva generación de consolas, ni tampoco lo necesita.

Por otro lado, nos ha sorprendido cada uno de los temas que ha compuesto Keiichi Okabe, famoso por su trabajo en NieR, entre otros. Sobre el doblaje, en inglés en nuestro caso, cumple muy bien. Por suerte, este Voice of Cards nos llega traducido al español, con lo que no habrá necesidad de sufrir para superar la barrera del idioma.

En Voice of Carda también hay tiempo para las partidas de rol de toda la vida.


CONCLUSIÓN

Voice of Cards: The Isle Dragon Roars propone una aventura J-RPG a la antigua usanza mientras utiliza los naipes como recurso principal. Su historia es interesante (aunque le cuesta arrancar) y tiene esos pequeños destellos de la magia de Yoko Taro, que siempre suma puntos. Sin embargo, el planteamiento se ve afectado por un sistema de combate que reclama a gritos una mayor complejidad y por unos problemas con el ritmo de la historia. Nos queda la sensación de que podría haber dado para mucho más, pero no nos cabe la menor duda de que Voice of Cards tiene todo lo necesario para ser una nueva serie rolera dentro del catálogo de Square Enix. Sin duda, un juego disfrutable para todo aquel que busque rememorar las sensaciones de los primeros Final Fantasy o Dragon Quest.

Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Koch Media.


Análisis de Voice Of Cards: The Isle Dragon Roars para PS4: Un dragón viene a verme
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Alternativas
Podéis echarle un ojo a los Final Fantasy Pixel Remaster
Su apartado artístico y su banda sonora. La trama es interesante...
... aunque previsible. Su sistema de combate podría ser más complejo.
Voice of Cards: The Isle Dragon Roars logra construir algo interesante, pero nos deja con la sensación de que podría haber sido más.
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