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Análisis de Vengeful Guardian: Moonrider, la aventura del robot ninja con un aire a clásico de 16 bits
Retrocede atrás en el tiempo en esta experiencia retro repleta de plataformas, disparos y robots ninja.
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Los videojuegos han alcanzado unas cotas de calidad difíciles de imaginar hacer años. Con el 2023 apenas comenzado tenemos lanzamientos con presupuestos de tantos ceros que no pueden contarse con los dedos de una mano, y que nada tienen que envidiar a las producciones de la gran pantalla. Está a la orden del día ver videojuegos con unos gráficos que cuesta diferenciar entre la realidad o la ficción. ¿Estás viendo una película con actores reales o es un videojuego? Hace años era difícil imaginar algo así, peleas por ver quién tiene mejores gráficos, llegando a situaciones "curiosas", con juegos que reciben críticas porque una maceta cualquiera no se rompe si el personaje le dispara con su arma.
Hubo una época más sencilla, donde no se hacía tanto énfasis en según qué cosas y se primaba la diversión y los juegos directos. Por suerte, hay compañías que tienen pensamientos parecidos al mío, y echando de menos esos años, desarrollan experiencias que hoy día son llamadas retro. Es el caso de JoyMasher, el estudio brasileño que se define a sí mismo como expertos en lo retro. Y no es ninguna mentira, ya que ya nos sorprendieron hace años con su Blazing Chrome, un run and gun que no tenía nada que envidiar a los míticos Contra o Metal Slug. Con ello nos presentan su nueva aventura, Vengeful Guardian: Moonrider, con la que pretenden seguir transportándonos a principios de los 90.
Vengeful Guardian: Moonrider es un juego de plataformas de acción que tiene como referencia a grandes clásicos del género, como Ninja Gaiden, Shinobi o Mega Man. La ambientación nos presenta un futuro distópico en el cual el gobierno ha creado unos súper robots ninja para mantener el control del pueblo y preservar así un estado totalitario. Nosotros nos ponemos en el papel de Moonrider, uno de esos soldados, que rechaza su papel como herramienta y emprende la guerra contra sus creadores. Con esta simple premisa comienza un viaje entre ocho niveles, en el cual tendremos que enfrentarnos a diferentes enemigos y jefes finales.

La jugabilidad que nos presenta Vengeful Guardian: Moonrider es muy sencilla: en su mayoría de niveles tendrás que avanzar saltando y acabando con todos los enemigos que se te pongan por delante (o por detrás) con tu espada y con las habilidades especiales, hasta alcanzar el jefe que espera al final de cada uno de ellos. En general todo puede realizarse con apenas tres botones, e incluso incluye un clásico como pulsar dos veces en una dirección para correr. Pero tranquilo, que el control también está modernizado en este aspecto, y podrás correr igualmente con un botón adaptado para ello. Tú decides.
Las mencionadas habilidades son de vital importancia para finalizar los niveles sin caer en el intento. Éstas se desbloquean acabando con cada uno de los jefes, a los cuales le robas la habilidad, al estilo Mega Man. Cuando las usas se vacía una de las barras (la otra es la de la vida, que baja con cada golpe que recibes o caída fuera del escenario), por lo que es indispensable controlarla. Estas armas secundarias son muy variadas, y van desde unos tentáculos que aparecen mediante un vórtice y atraviesan escudos (en mi opinión la mejor) a unos shurikens que se dan vueltas alrededor de Moonrider y le protegen de enemigos que se acercan demasiado. Por suerte puedes cambiar la activa en cualquier momento, así que te recomiendo ir variando según la situación.
Además de los movimientos básicos, existen unos coleccionables escondidos en cada nivel que otorgan habilidades extra. Éstas has de seleccionarlas al comenzar cada nivel, por lo que es indispensable quedarte con la más adecuada, con un máximo de dos por pantalla. De nuevo son muy variadas y útiles, y van desde una que te permite hacer un doble salto, a otras más pasivas que van recuperando vida o energía con el tiempo. Incluso existe una especial que es una armadura mejorada que disminuye el daño recibido, aunque impide obtener un rango mayor a B en el nivel.

Como comento en cada fase podrás obtener un rango en base a cómo lo has finalizado. Por mi experiencia propia depende totalmente del tiempo, de si mueres o no y de la cantidad de enemigos con los que acabas. Así pues si tu objetivo es sacar el rango S en cada pantalla (un buen desafío que solo los jugadores experimentados en el género podrán sacar), tendrás que acabar los niveles rápido, acabando con todos los enemigos y especialmente sin morir. Como sé que si estás leyendo este análisis es que te interesa exprimir los juegos al máximo, sé que irás a por ellos. Mucha suerte en el intento, tengo total confianza en ti.
Los niveles por suerte son bastante variados, al menos lo suficiente para no darte la sensación de estar jugando a lo mismo con diferente plantilla de colores. Pasarás por escenarios acuáticos, con la consecuente disminución de velocidad y saltos en ese entorno; por unos aéreos, en los que deberás ir saltando entre naves con cuidado de no caerte; unos repletos de trampas como láseres o cuchillas; etc. Especial atención a un par de niveles que se diferencian al resto, incluso a nivel de jugabilidad, y que tienes que controlar una motocicleta por una carretera en una secuencia en Modo 7, muy típico de los lanzamiento en Super Nintendo de los 90.
En cuanto a los enemigos, apenas te enfrentarás a unas pocas variaciones de ellos. Además, aparecen en los mismos lugares, siguiendo un patrón, por lo que esto facilita la obtención del rango S en sucesivos intentos, ya que se convierten en fáciles de esquivar y atacar. En general todos los enemigos siguen un estilo robótico, pero parten de soldados ninja con sus variaciones (con espada de samurai, metralleta, shuriken, etc), unos gusanos que salen del techo, unos peces en los niveles acuáticos, etc.
Respecto a las peleas con los jefes, por desgracia en general son bastante decepcionantes. La mayoría de ellos, además de compartir diseños parecidos, también lo hacen a nivel de patrón de movimientos. Cada uno de ellos tiene su habilidad propia, sí, pero en general se mueven de la misma forma y son fáciles de derrotar siempre que seas agresivo y uses tu arma secundaria de manera efectiva. Más interesantes son los jefes intermedios que puedes encontrar en algunos niveles, que sí son diferentes entre sí y resultan un desafío mayor.

A nivel visual Vengeful Guardian: Moonrider es una absoluta maravilla. Si eres un amante de los 16 bits y del arte de píxeles característico del mismo, es imposible que no te enamores con solo mirar unas capturas. Todo está realizado con un cariño y amor que pocas veces se ve en un videojuego, desde el movimiento del personaje, enemigos, jefes, a la ambientación, con ciudades ciberpunk, entornos submarinos o espaciales. Además, se incluye un filtro CRT opcional que visualmente simula una televisión de la época, y le añade una capa de autenticidad que es prácticamente obligatorio activar.
Pero no estaríamos hablando de una experiencia completa sin un mismo nivel de cuidado y atención en el apartado sonoro. Cada uno de los niveles ofrece una melodía diferente, repleta de sintetizadores con ritmos rápidos que acompañan a la perfección a la velocidad que debes ir avanzando por la pantalla. Incluso los efectos de sonidos son variados, y recuerdan inevitablemente a los que tanto se llevaban por aquella época. Mención especial merecen los diálogos de los jefes, que a pesar de ser cortos, están realizados en un perfecto japonés con toques robóticos, y que le da a cada personaje una capa adicional de profundidad.

Finalizar la aventura por primera vez probablemente no te lleve demasiado tiempo, alrededor de 2 o 3 horas. Si bien sí invita a cierta rejugabilidad, ya sea para recolectar todas las armas, encontrar las áreas ocultas o simplemente superar tu rango anterior. Por mi parte te insto a intentar sacar el rango S en todas las misiones, una tarea que solo aquellos verdaderos expertos podréis sacar (y que es necesario si deseas sacar todos los logros en PC o los trofeos en PlayStation). Sin embargo, si eres de aquellos jugadores que tras finalizar el juego pasas al siguiente, seguramente Vengeful Guardian: Moonrider te sepa a poco. Sí se habría agradecido más contenido, ya que aparte de la superación propia, no hay mucho más que hacer.
Conclusión
Vengeful Guardian: Moonrider acierta totalmente en transportarte a la época dorada de los 16 bits, siendo una fiel representación retro del género de acción-plataformas de principios de los 90. Su estilo artístico que entra directamente por los ojos, el plataformeo y combate fluido, así como la buena variedad de niveles, hará las delicias entre los amantes del género. Más si sabes perdonar sus puntos negativos, como los pocos enemigos disponibles, las decepcionantes batallas contra los jefes o su escasa duración. En cualquier caso, estamos ante una experiencia fantástica para aquellos que quieren viajar a una época en la que todo era más simple, pero también más entretenido.
Hubo una época más sencilla, donde no se hacía tanto énfasis en según qué cosas y se primaba la diversión y los juegos directos. Por suerte, hay compañías que tienen pensamientos parecidos al mío, y echando de menos esos años, desarrollan experiencias que hoy día son llamadas retro. Es el caso de JoyMasher, el estudio brasileño que se define a sí mismo como expertos en lo retro. Y no es ninguna mentira, ya que ya nos sorprendieron hace años con su Blazing Chrome, un run and gun que no tenía nada que envidiar a los míticos Contra o Metal Slug. Con ello nos presentan su nueva aventura, Vengeful Guardian: Moonrider, con la que pretenden seguir transportándonos a principios de los 90.
Vengeful Guardian: Moonrider es un juego de plataformas de acción que tiene como referencia a grandes clásicos del género, como Ninja Gaiden, Shinobi o Mega Man. La ambientación nos presenta un futuro distópico en el cual el gobierno ha creado unos súper robots ninja para mantener el control del pueblo y preservar así un estado totalitario. Nosotros nos ponemos en el papel de Moonrider, uno de esos soldados, que rechaza su papel como herramienta y emprende la guerra contra sus creadores. Con esta simple premisa comienza un viaje entre ocho niveles, en el cual tendremos que enfrentarnos a diferentes enemigos y jefes finales.


Ponte a los mandos de Moonrider y recorre los ocho niveles en busca de venganza contra quienes te trajeron a este mundo.
La jugabilidad que nos presenta Vengeful Guardian: Moonrider es muy sencilla: en su mayoría de niveles tendrás que avanzar saltando y acabando con todos los enemigos que se te pongan por delante (o por detrás) con tu espada y con las habilidades especiales, hasta alcanzar el jefe que espera al final de cada uno de ellos. En general todo puede realizarse con apenas tres botones, e incluso incluye un clásico como pulsar dos veces en una dirección para correr. Pero tranquilo, que el control también está modernizado en este aspecto, y podrás correr igualmente con un botón adaptado para ello. Tú decides.
Las mencionadas habilidades son de vital importancia para finalizar los niveles sin caer en el intento. Éstas se desbloquean acabando con cada uno de los jefes, a los cuales le robas la habilidad, al estilo Mega Man. Cuando las usas se vacía una de las barras (la otra es la de la vida, que baja con cada golpe que recibes o caída fuera del escenario), por lo que es indispensable controlarla. Estas armas secundarias son muy variadas, y van desde unos tentáculos que aparecen mediante un vórtice y atraviesan escudos (en mi opinión la mejor) a unos shurikens que se dan vueltas alrededor de Moonrider y le protegen de enemigos que se acercan demasiado. Por suerte puedes cambiar la activa en cualquier momento, así que te recomiendo ir variando según la situación.
Además de los movimientos básicos, existen unos coleccionables escondidos en cada nivel que otorgan habilidades extra. Éstas has de seleccionarlas al comenzar cada nivel, por lo que es indispensable quedarte con la más adecuada, con un máximo de dos por pantalla. De nuevo son muy variadas y útiles, y van desde una que te permite hacer un doble salto, a otras más pasivas que van recuperando vida o energía con el tiempo. Incluso existe una especial que es una armadura mejorada que disminuye el daño recibido, aunque impide obtener un rango mayor a B en el nivel.


Avanza por los niveles eliminando a todos los enemigos con tu espada y todas las habilidades secundarias de las que dispones.
Como comento en cada fase podrás obtener un rango en base a cómo lo has finalizado. Por mi experiencia propia depende totalmente del tiempo, de si mueres o no y de la cantidad de enemigos con los que acabas. Así pues si tu objetivo es sacar el rango S en cada pantalla (un buen desafío que solo los jugadores experimentados en el género podrán sacar), tendrás que acabar los niveles rápido, acabando con todos los enemigos y especialmente sin morir. Como sé que si estás leyendo este análisis es que te interesa exprimir los juegos al máximo, sé que irás a por ellos. Mucha suerte en el intento, tengo total confianza en ti.
Los niveles por suerte son bastante variados, al menos lo suficiente para no darte la sensación de estar jugando a lo mismo con diferente plantilla de colores. Pasarás por escenarios acuáticos, con la consecuente disminución de velocidad y saltos en ese entorno; por unos aéreos, en los que deberás ir saltando entre naves con cuidado de no caerte; unos repletos de trampas como láseres o cuchillas; etc. Especial atención a un par de niveles que se diferencian al resto, incluso a nivel de jugabilidad, y que tienes que controlar una motocicleta por una carretera en una secuencia en Modo 7, muy típico de los lanzamiento en Super Nintendo de los 90.
«Los niveles son tan variados que pasarás de llevar una motocicleta por una larga carretera a saltar entre aeronaves con el vacío bajo ti»
En cuanto a los enemigos, apenas te enfrentarás a unas pocas variaciones de ellos. Además, aparecen en los mismos lugares, siguiendo un patrón, por lo que esto facilita la obtención del rango S en sucesivos intentos, ya que se convierten en fáciles de esquivar y atacar. En general todos los enemigos siguen un estilo robótico, pero parten de soldados ninja con sus variaciones (con espada de samurai, metralleta, shuriken, etc), unos gusanos que salen del techo, unos peces en los niveles acuáticos, etc.
Respecto a las peleas con los jefes, por desgracia en general son bastante decepcionantes. La mayoría de ellos, además de compartir diseños parecidos, también lo hacen a nivel de patrón de movimientos. Cada uno de ellos tiene su habilidad propia, sí, pero en general se mueven de la misma forma y son fáciles de derrotar siempre que seas agresivo y uses tu arma secundaria de manera efectiva. Más interesantes son los jefes intermedios que puedes encontrar en algunos niveles, que sí son diferentes entre sí y resultan un desafío mayor.


Prepárate para disfrutar de niveles variados mientras te enfrentas a enemigos por doquier y sus jefes finales.
A nivel visual Vengeful Guardian: Moonrider es una absoluta maravilla. Si eres un amante de los 16 bits y del arte de píxeles característico del mismo, es imposible que no te enamores con solo mirar unas capturas. Todo está realizado con un cariño y amor que pocas veces se ve en un videojuego, desde el movimiento del personaje, enemigos, jefes, a la ambientación, con ciudades ciberpunk, entornos submarinos o espaciales. Además, se incluye un filtro CRT opcional que visualmente simula una televisión de la época, y le añade una capa de autenticidad que es prácticamente obligatorio activar.
Pero no estaríamos hablando de una experiencia completa sin un mismo nivel de cuidado y atención en el apartado sonoro. Cada uno de los niveles ofrece una melodía diferente, repleta de sintetizadores con ritmos rápidos que acompañan a la perfección a la velocidad que debes ir avanzando por la pantalla. Incluso los efectos de sonidos son variados, y recuerdan inevitablemente a los que tanto se llevaban por aquella época. Mención especial merecen los diálogos de los jefes, que a pesar de ser cortos, están realizados en un perfecto japonés con toques robóticos, y que le da a cada personaje una capa adicional de profundidad.


Sus gráficos y sonido harán las delicias de los amantes de lo retro y te trasladarán a la época dorada del género.
Finalizar la aventura por primera vez probablemente no te lleve demasiado tiempo, alrededor de 2 o 3 horas. Si bien sí invita a cierta rejugabilidad, ya sea para recolectar todas las armas, encontrar las áreas ocultas o simplemente superar tu rango anterior. Por mi parte te insto a intentar sacar el rango S en todas las misiones, una tarea que solo aquellos verdaderos expertos podréis sacar (y que es necesario si deseas sacar todos los logros en PC o los trofeos en PlayStation). Sin embargo, si eres de aquellos jugadores que tras finalizar el juego pasas al siguiente, seguramente Vengeful Guardian: Moonrider te sepa a poco. Sí se habría agradecido más contenido, ya que aparte de la superación propia, no hay mucho más que hacer.
Conclusión
Vengeful Guardian: Moonrider acierta totalmente en transportarte a la época dorada de los 16 bits, siendo una fiel representación retro del género de acción-plataformas de principios de los 90. Su estilo artístico que entra directamente por los ojos, el plataformeo y combate fluido, así como la buena variedad de niveles, hará las delicias entre los amantes del género. Más si sabes perdonar sus puntos negativos, como los pocos enemigos disponibles, las decepcionantes batallas contra los jefes o su escasa duración. En cualquier caso, estamos ante una experiencia fantástica para aquellos que quieren viajar a una época en la que todo era más simple, pero también más entretenido.
Analizado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Cosmocover.
Alternativas
Con una clara influencia en las entregas de 16 bits de Ninja Gaiden, Shinobi o Mega Man, solo puedo recomendarte cualquier juego de estas sagas.
Excelentes gráficos 16 bits, gran variedad de niveles, buena jugabilidad entre saltos y combates.
Las peleas con jefes son demasiado parecidas entre sí, poca variedad de enemigos, su corta duración.
Sólido juego de acción que parece venido de la época de los 16 bits, y que a pesar de sus fallos, es una experiencia retro satisfactoria.