Viaje al oeste

Analizado en PlayStation 4. Código digital proporcionado por Dead Good Media.

Aviso: Como apunte, cabe mencionar que la historia de Unruly Heroes está basada en Viaje al Oeste, una de las obras clásicas de la literatura china.

Desde el despertar de los tiempos el Pergamino sagrado ha mantenido el equilibrio entre los mundos. Las fuerzas oscuras siempre han conspirado para romper este equilibrio. Y, por fin, lo han conseguido... Cual cometas caídos del cielo, los fragmentos del Pergamino quedaron dispersos a los cuatro vientos. A partir de entonces, la bondad se convirtió en maldad. La virtud se transformó en vicio. Criaturas malignas deambulan ahora por doquier, sembrando el caos y arrasando todo a su paso. Solo cuatro héroes verdaderamente indomables serán capaces de cambiar el curso de las cosas y devolver el orden en el cielo y la tierra (¡o al menos van a intentarlo!).

Y envueltos en esta desgracia es cuando empieza la aventura de esos cuatro héroes (cinco si nos contamos a nosotros) en Unruly Heroes. Y como habréis deducido, sí, podremos manejar a los cuatro. Es más, deberemos usar a los cuatro, cambiando de uno a otro en tiempo real y en cualquier momento de la partida, ya que cada uno cuenta con movimientos y habilidades especiales que nos harán ir avanzando. Pero antes de adentrarnos en las características de cada uno de ellos, primero habrá que presentarlos, ¿no?

Wukong es una especie de mono, con su cola, su cuerpo peludo y un bastón mágico (si habéis pensado en Son Goku no es porque estéis obsesionados con él; es que Wukong es muy Goku). Sanzang es algo así como un monje, y no golpea con ningún tipo de arma sino con unas esferas de energía. Kihong es un cerdo, literalmente, y porta una especie de rastrillo como arma. Sandmonk parece el primo lejano de Blanka (el de Street Fighter) y es el bruto del grupo, quien se basta con sus puños para atacar. Todos ellos comparten la mayoría de los 18 movimientos, excepto algún que otro ataque (uno de ellos el superataque, que para utilizarlo hay que rellenar una barra golpeando a enemigos y se ejecuta con L2+R2) y la posibilidad de realizar un doble salto (solo pueden Wukong y Sandmonk) o planear (solo Sanzang y Kihong).


Con estos cuatro personajes deberemos luchar contra todo tipo de enemigos, superar todo tipo de obstáculos y completar todo tipo de puzzles durante un total de 29 niveles. Pero, además, cada uno de estos niveles cuenta con un pergamino oculto y -excepto los de cada boss- cien monedas para recoger (sirven para comprar nuevos aspectos de los protagonistas). Y cómo no, para conseguir la máxima puntuación no solo hay que completar el nivel, sino recogerlo todo... así como no morir y hacerlo por debajo del tiempo límite establecido. Un auténtico reto, sin duda, y algo que hace de Unruly Heroes un juego altamente rejugable si se quiere obtener el 100% (de hecho, para conseguir algunas monedas hay que morir sí o sí). Y para lo más de lo más, está el modo de dificultad difícil, en el que cuando muere uno de los cuatro héroes no puede ser revivido en el momento (en dificultades más bajas aparece volando en una burbuja y hay que golpearla para romperla) sino en las estatuas y los puntos de control repartidos en cada nivel (unos puntos de control que, independientemente de la dificultad, para activarlos debemos rellenar previamente una especie de farolillo, algo que se logra golpeando a enemigos).

¿Qué tal el transcurso de la aventura? ¿Se hace repetitivo? Pues pese a que va alternando entre momentos de lucha (un sistema poco profundo, que se basa mayormente en machacar botones), plataformas (en algunos momentos el control juega malas pasadas) y puzzles (no suponen ningún reto), la verdad es que se puede llegar a pensar en que quizá eso no sea suficiente, que haga falta algo más. Y es aquí, en este preciso instante, cuando Unruly Heroes nos da un buen tortazo en la cara y nos sorprende con algo totalmente diferente (aunque la mecánica de lucha-plataformas-puzzles no varía, realmente). Y no sé en otros análisis, pero en este no se va a mencionar nada de eso, porque es echar a perder las sorpresas que el juego tiene preparadas para el usuario. Lo único que diré es que no siempre manejaremos solo a esos cuatro héroes ni siempre en su forma original. Y hasta aquí puedo leer... o escribir, más bien (también llevaremos objetos muy... mágicos y especiales).


En lo referente al apartado gráfico, Unruly Heroes cuenta con unos escenarios en 2D muy bellos, con bonitos paisajes, y unos personajes, enemigos y efectos creados con mucho mimo. Todo dibujado a mano. ¿Sabíais que sus creadores son ex empleados de Ubisoft? Para ser más concretos, ex empleados que antaño trabajaron en Rayman Origins y/o Rayman Legends. De ahí que no sea de extrañar que en este sentido recuerde a ambos títulos mencionados, aunque sin llegar a esa calidad. Además, cuenta con un modo foto; en cualquier momento podemos pausar la acción y, pulsando en el panel táctil del DualShock 4, tomar una captura a nuestro gusto (usando marcos, filtros, zoom, etc.). Para muestra, esta imagen.

¿Y qué pasa con el sonido? Bueno, mientras que la melodía del menú principal está a la altura, durante el juego como que desaparece, queda en un segundo plano, tanto que ciertamente no logro recordar ninguna. Y es una verdadera lástima, con lo bien que empieza... En cambio, efectos hay de todo tipo, sobre todo de golpes, tortazos... Cumple bien, al igual que las voces (en perfecto inglés).

Por último, Unruly Heroes cuenta con modo multijugador, tanto cooperativo como competitivo y tanto offline como online. Pero con matices. Para empezar, la aventura puede ser completada junto a otras tres personas... solo en modo local, por desgracia. En cambio, hay un modo PvP a lo Super Smash Bros. tanto offline como online, aunque es prácticamente una misión imposible encontrar gente con la que combatir online. Una pena.


Conclusiones

Los fans de Rayman (los dos últimos) o la saga Trine hallarán en Unruly Heroes un juego muy a tener en cuenta. Su duración oscila entre las seis y ocho horas, y como se ha mencionado anteriormente, en ningún momento llega a hacerse repetitivo, gracias a la variedad de situaciones y las sorpresas que nos deparan durante la aventura. Eso sí, ni mucho menos es perfecto: el sistema de combate no es muy profundo, el control a veces falla en los saltos y los puzzles no requieren muchas neuronas para ser superados. Aún así, en lo general es un título que difícilmente decepcionará a alguien, sobre todo a los amantes del género.

Redactado por Daniel Fernández (Reberant)